Del dicho al hecho: la transparencia en la 4T

#VueltayVuelta, una columna recurrente por Carlos Aguirre


El gobierno de Andrés Manuel López Obrador pregona transparencia y honestidad como principio básico. No dudo que el presidente lo sea, en su vida o en su actuar político personal. Incluso en conceptos, creo que entiende que la transparencia es una virtud en todo gobierno; tan es así que nombró a Irma Eréndira Sandoval como Secretaria de la Función Pública. Sandoval es especialista en transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, académica respetada y citada por otros académicos en libros y artículos sobre el tema. Hoy es difícil citarla, porque eso implica una lectura política del posicionamiento, pero en honor a la verdad, ese nombramiento habla de la buena interpretación del presidente sobre la transparencia y el gobierno. 

Sin embargo, del dicho al hecho, hay mucho trecho, la distancia de lo que se pregona y lo que se es, es larga. El discurso del presidente no se ha traducido en políticas integrales de transparencia y rendición de cuentas. Incluso, en algún debate tuitero, algún militante de la 4T me dijo que eran conceptos neoliberales. Ahí el poco nivel de transferencia del discurso a la realidad. La nota de Reforma es consecuencia de ello, hay más negativas a solicitudes de acceso a la información con AMLO que con Peña. Eso no depende del presidente, pero sí de una carencia de políticas institucionales de transparencia y rendición de cuentas y ahí el presidente sí puede mostrar más voluntad. 

El gobierno federal se negó a informar costo de remodelaciones de Palacio Nacional

También, ante la solicitud de información sobre el costo de la remodelación y los metros cuadrados que ocupará la familia presidencial en Palacio Nacional no hubo respuesta. No se ha transferido esa voluntad presidencial a los funcionarios encargados del acceso a la información y transparencia en la administración federal. 

Para que la cuña apriete, CIMTRA presentó su evaluación a las capitales del país, de las 13 de capitales que gobierna MORENA sola una presentó calificación aprobatoria. La Cuarta Transformación no viene aderezada con transparencia, aunque quizá esto sea una señal más de que para el cambio de régimen no basta con que nos gobierne un buen hombre sino con prácticas institucionales y políticas que vayan en el sentido de la transformación. 

Al presidente se le olvida las máximas de la transparencia y rendición de cuentas, esas que escribió y definió con lucidez Irma Eréndira Sandoval. Pero quizá el mayor defecto sea la poca transferencia del discurso del presidente a las acciones de legisladores, de munícipes o de funcionarios de la Administración Pública Federal. Aunque algunos la tilden de un concepto neoliberal, en democracia y para un cambio de régimen, la transparencia debe ser protagonista. 

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