Neurociencias para mejorar el aprendizaje musical
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han descubierto un sistema que potencia el aprendizaje musical. Consiste en registrar la actividad cerebral de un estudiante cuando aprende a tocar el violín y al mismo tiempo medir la calidad de su interpretación mediante un sistema de retroalimentación visual.
De esta forma, el estudiante puede ir conociendo en tiempo real los progresos de su aprendizaje y obtener resultados mucho más significativos que si el aprendizaje se realiza por medios convencionales. eb
“Estudiamos la actividad cerebral a través de técnicas de electroencefalografía (EEG) en un grupo de participantes sin experiencia previa en tocar violín mientras aprendían a producir un sonido estable (con respecto al tono, la dinámica y el timbre), a fin de poder encontrar biomarcadores de aprendizaje al realizar una tarea musical”, explican Angel Blanco y Rafael Ramírez, los autores de esta investigación.
Al mismo tiempo, los investigadores evaluaron la efectividad del uso de un sistema de retroalimentación visual de la calidad de sonido para mejorar el sonido producido por estudiantes de violín principiantes. De esta forma obtuvieron registros de la actividad cerebral de los participantes a través de electroencefalogramas (EEG) y registros del sonido que éstos produjeron con el violín.
Los participantes (18) fueron divididos en dos grupos. Ambos tuvieron acceso a materiales de aprendizaje y videos de referencia durante el experimento, pero además, uno de los grupos recibió información sobre la calidad de su interpretación a través del sistema de retroalimentación visual con calidad de sonido.
La calidad del sonido producido, así como la actividad de EEG de cada participante, se registró durante 4 bloques de 5 ensayos cada uno (20 ensayos en total). Un grupo adicional de 9 expertos en violín actuó de grupo control.
Los resultados revelaron mejoras significativas en la calidad del sonido a lo largo de la sesión en todos los participantes, a excepción del grupo control, que no participó en el experimento.
Además, los participantes del grupo experimental mostraron un mayor interés en el proceso de aprendizaje y una mejora significativa después del segundo bloque de ensayos, lo cual no se objetivó en el grupo de control.
A nivel electrofisiológico, los autores han encontrado correlación entre los niveles de potencia de las ondas gamma del cerebro frontal y la mejora del sonido a lo largo de la tarea, tanto en el grupo experimental como en el de control.
Este resultado es consistente con el modelo de enlace temporal que asocia la potencia de las ondas cerebrales gamma con la integración de la información procesada en áreas corticales distribuidas.
La complejidad de la tarea exige más recursos cognitivos, más vinculante y, por lo tanto, mejora de la potencia de las ondas gamma, actividad que se reduce a medida que la tarea comienza a automatizarse.