Jane Goodall: Estamos provocando la sexta extinción masiva
El éxito de la primatóloga Jane Goodall no es propia de una científica, su agenda la asemeja más a una estrella del rock que a una investigadora y activista medioambiental. Sus conferencias comienzan saludando en chimpancé, una llamada a la que algunos responden con onomatopeyas similares.
Ahora, esta mensajera de la paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está a punto de celebrar seis décadas de investigaciones en las selvas tropicales africanas. A sus 84 años sigue viajando por todo el mundo más de 300 días al año para perseguir su misión de dejar un planeta mejor a las futuras generaciones.
“Es un momento maravilloso para estudiar la inteligencia animal”, dijo a los jóvenes que recientemente la escucharon en su gira por España, quienes la escucharon con atención y sin moverse de la butaca durante una hora y veinte minutos. La primatóloga lamentó no haber podido estudiarla en su época, cuando se consideraba que no existía en otras especies.
Con la ayuda de los peluches que a menudo la acompañan en sus conferencias, puso ejemplos de las capacidades cognitivas de ratas, cerdos y vacas. Ella fue la primera en describir que los chimpancés, además de los humanos, usaban herramientas. Denunció la dificultad de continuar estudiando esta especie en estado salvaje, ya que muchos están amenazados por el tráfico ilegal, así como por la deforestación y la acidificación de los océanos que impactan en sus ecosistemas.
El tráfico de especies es el tercer negocio ilegal más lucrativo
Fue por la mañana, en una breve atención a medios de comunicación, cuando advirtió a los periodistas: “Estamos viviendo la sexta extinción masiva de especies, causada por nosotros”. Su visita a la península española es un impulso para la campaña Forever Wild (Salvaje para siempre, en inglés), que el IJG lanzó el año pasado para denunciar el tráfico ilegal de animales salvajes, no solo chimpancés, y concienciar a las futuras generaciones de este problema.
Goodall se refirió al pangolín como la especie más amenazada del planeta, perseguido por cazadores furtivos por sus escamas, que son muy valoradas por la medicina tradicional asiática. Además, señaló un repunte del tráfico ilegal de especies salvajes en Asia, sobre todo en China, donde los chimpancés también se han convertido en un elemento de entretenimiento, como lo fueron –y siguen siendo– en países de Europa y los Estados Unidos. El negocio mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros anuales en todo el mundo y es el tercero más lucrativo, solo por detrás del tráfico ilegal de drogas y armas, según un informe que presentó el pasado mes de junio el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
El valor de preguntar y soltar las certezas
Hacerse preguntas, cometer errores, no desistir y tener paciencia son habilidades que dijo haber aprendido con cuatro años durante unas vacaciones familiares en una granja, en su primera experiencia observando animales. Las inquietudes científicas parecían estar bien despiertas entre el público, ya que muchos niños la aplaudieron de pie e hicieron cola para conseguir un autógrafo y una foto con ella.
Aparte de apelar directamente a los más jóvenes, en su intervención no olvidó poner en valor la implicación de las comunidades locales en la sostenibilidad de los proyectos de conservación. Antes de terminar, pidió a los miembros de su equipo español que subieran al escenario y pidió voluntarios y donaciones. Su nombre es toda una marca que cuenta con treinta oficinas en todo el mundo y más de ochenta países que secundan su lucha.
Con información de Agencia Sinc | Selección, edición y notas del Colectivo Alterius