Las open office son un motivo más de estrés y acoso para las mujeres

Una de las características de la economía godín moderna es el culto al espacio de trabajo, siendo el anhelo primordial tener home office por aquello de no gastar en transporte mientras que el tener un cubículo de al menos dos paredes sería deseable por mera humanidad en un mundo de estaciones de trabajo sin alma y ni un Funko de Beetlejuice.

Una manera en que las empresas, por más grandes (+500 empleados en una sede) o chicas (menos de 25) que sean, pueden ahorrar espacio es por medio de los planes de oficina abierta u open office. Al mero estilo de las oficinas de CRM o de los corporativos de Silicon  Valley, si nos vamos a extremos demenciales. Los cubículos action office de Herman Miller son cosa del pasado o para meros ejecutivos.

Resulta que un estudio reciente, ampliamente difundido por la revista Fast Company, ha revelado las secuelas sexistas de las oficinas abiertas.

¿Por qué lo afirman?

  • Las mujeres que trabajan bajo este esquema, se declararon observadas todo el tiempo.
  • Es más, se habla de que esta manera de trabajar [sin paredes y propensa a ser interrupciones] es una especie de imán para los típicos machitos que acosan con la mirada a sus compañeras, o bien aquellos que creen que cualquier momento es bueno para tener una charla.
  • En una nota posterior con comentarios de los lectores, una mujer señaló que al ser gerente tuvo dejar de vestirse de cierta manera para proyectar su rango entre el personal, ya que la falta de oficinas jerárquicas en su empresa hacía que [por mero sexismo] los hombres no asumieran su cargo en interacciones cotidianas.
  • Otras mujeres señalaron que en general han cambiado su forma de vestir por las miradas masculinas, de colegas y jefes.
  • Uno de los casos más impactantes: Una chica con ataques de pánico indico que tenía que vivirlos en la acera, controlarlos con todas sus fuerzas o incluso ir a un sótano. Una oficina abierta es terrible para un ansioso.
  • “Los hombres miran a las mujeres de manera obsesiva y en grupos”, dice el estudio de las universidades de Bedforshire y Anglia Ruskin.

¿En tu empresa cómo se trabaja? ¿Qué experiencias viven las lectoras de Tercera Vía?

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PARA LEER: La nota resumida en Hello Giggles y el reporte completo en Fast Company.

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