El Proyecto Truman de Seguridad Nacional
Existe una amplia y creciente literatura en los temas de defensa, seguridad, seguridad nacional, entre otros relacionados, así como un interés por comprenderlos y establecer estrategias que permitan revenir y solucionar una agenda de nuevos conflictos, en el orden de las naciones, regional y global.
La palabra defensa, tiene su origen en el latín defensa, interpretándose como la acción o efecto de proteger algo contra una ofensiva o daño. Es también conceptuado en la Real Academia de la Lengua como el mecanismo natural por el que un Organismo se protege de agresiones externas. En este sentido, la palabra defensa mantienen acepciones, aunque la más usada es aquella que refiere a la seguridad de un Estado o nación.
El concepto seguridad, proviene del latín securitas, que se interpreta regularmente como ausencia de riesgo y aún confianza en algo o alguien. Esta acepción, hace ver a la seguridad como un estado de ánimo, una sensación, una condición, un objetivo e incluso como un fin; sin embargo, no se le asocia necesariamente con acciones en sí misma. La seguridad también se expresa como un principio de la guerra; en este sentido se le considera como una condición esencial a todo tipo de actividad táctica. Esta consideración, hace ver que la seguridad es ausencia de riesgo, condición o garantía, por lo que difícilmente se le asocia con el término acciones.
En el ámbito de la seguridad nacional, ésta se inscribe como una situación en la cual los intereses vitales de una nación están a cubierto de amenazas, mientras que la defensa nacional, se interpreta como las medidas que se adoptan para alcanzar la primera, ambas nociones son indicadas de esta manera por quien se desempeñara como Secretario de la Defensa Nacional de México Gral. Div. DEM. Gerardo Clemente Ricardo Vega García en su libro Seguridad Nacional, concepto, organización, método.
En esta lógica se comprende que los temas de seguridad nacional lejos de estar agotados suscitan constantes reflexiones y en la práctica convocan a una mayor coordinación. Debido a los retos, amenazas y riesgos, que se implican en el entendimiento profundo de la Seguridad y Defensa Nacional se han convertido en el mundo contemporáneo en problemas de carácter internacional.
Bajo estas coordenadas puede comprenderse por qué tras el 11 de septiembre de 2001 los Estados Unidos de América crearon el Proyecto Truman de Seguridad Nacional, el cual es una organización de seguridad nacional que identifica, organiza y posiciona líderes americanos de siguiente generación que comunicarán, legislarán y tratarán con asuntos de seguridad nacional y política internacional.
En épocas recientes se organizó una mesa redonda los días que van del 25 al 28 de julio para discutir el papel de Estados Unidos ante el mundo. En la mesa se encontraba el Contraalmirante Mike Smith, quien es Alto Ejecutivo de una empresa de tecnología de la Información en Virginia del Norte; Marcus Roberts, Director de Proyectos Internacionales en YouGov una empresa de investigación de mercanos digitales; Bishop M. Garrison Jr. Quien actualmente es Consejero Adjunto de Seguridad nacional para la campaña de Hillary Clinton, y Leigh O’Neill, Director Ejecutivo de Asuntos Políticos y Legislativos del Centro Truman y del Proyecto Truman de Seguridad Nacional.
Debido a los retos, amenazas y riesgos, que se implican en el entendimiento profundo de la Seguridad y Defensa Nacional se han convertido en el mundo contemporáneo en problemas de carácter internacional.
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En ese marco, el que escribe estas líneas presentó un análisis tendente a ponderar los riesgos y retos que enfrenta una generación nueva de políticos ante la circunstancia contemporánea de seguridad, abordando al mismo tiempo acontecimientos internacionales con efectos en nuestro país. Ahí se planteó que los atentados terroristas en Béligica, Francia y Estados Unidos, muestran que en la actualidad se debe caminar vía la coordinación y el trabajo entre las naciones. Entre los nuevos y viejos retos a priorizar se encuentran los siguientes cinco: 1] Ciberseguridad, 2] Terrorismo, 3] Armas químicas y biológicas, 4] Cambio Climático y 5] Crimen organizado trasnacional.
En la práctica los riesgos sobre los que Estados Unidos y México han trabajado en los últimos año de manera sistemática en materia de seguridad nacional son los de crimen organizado trasnacional y prevención del terrorismo en la región, asentándose de entrada que la visión de terrorismo entre los países es distinta, sin embargo, es posible coincidir en puntos concretos como es el trabajo coordinado e integral para evitar que acontecimientos como los del 11 de septiembre se repitan, y en especial que México sea utilizado como plataforma de alguna organización terrorista.
La relación entre México y Estados Unidos es compleja y supone vasos comunicantes de distinta índole, por ello la agenda bilateral habría de asumir los cinco puntos antes citados, y reforzar estrategias ya en práctica para fortalecer el combate a estos problemas, tales como las que se indican a continuación:
1) Mejorar el nivel de eficacia de planea y acciones de cooperación como la Iniciativa Mérida para el combate al crímen organizado.
2) Fortalecer los mecanismos de cooperación entre ambos países para hacer segura la frontera y evitar el flujo de criminales.
3) Cooperar para hacer frente y tener respuesta ante los posibles ataques cibernéticos, en especial lo que pudieran dirigirse a instalaciones estratégicas.
4) En materia de narcotráfico se deben crear nuevos instrumentos que logren contrarrestar las zonas de tránsito de los cárteles de la droga, y transitar a la persecución de los delitos financieros inherentes a estas actividades ilícitas. El corazón del narcotráfico está en las finanzas y en sí en el sector servicios de las economías de ambas naciones.
5) Fortalecer los acuerdos de cooperación en materia de inteligencia para permitir a las agencias de seguridad mexicana ser más efectivas en el combate contra el crimen organizado.
Ninguna de estas agendas es simple o lineal, todas implican coordinación, cooperación, y suma de capacidades, pero sobre todo requieren de confianza, es necesario un nuevo momento en el trabajo conjunto que permita esclarecer qué se hace, cómo se hace y para qué se hace, y en especial abrir avenidas de respeto fundadas en el conocimiento común de las acciones.
Debemos asumir, de uno y de otro lado que los temas no son neutrales, que están cargados de sentido y que cada acción supone riesgos y consecuencias para ambas naciones, en especial cuando se trata de terrorismo, más aún si consideramos que los enfoques y las prácticas de seguridad nacional en nuestros países son distintos por principio y por pragmática, dado que México mantiene y mantendrá en el plano mundial una posición de defensa ante posibles riesgos y amenazas con base en sus objetivos nacionales.
La presencia de personal de las diferentes agencias de los E.U. en México habría de ser vista bajo un sistema de trabajo que permitiese esclarecer las cosas para transitar a una cooperación con sus propios códigos, pero no puede darse de manera fortuita o de manera axiomática, se necesitan diálogos permanentes que nos lleven a lograr metas que trasciendan los listados de recursos, compras, necesidades o detección de brechas.
En todo caso la cooperación implica un método, responsables, estrategias y líneas de acción consistentes en la ruta del tiempo, donde se los principios de cada nación sean la base de respeto para lograr posibles acciones conjuntas en una lógica de sistema. México no va a convertir su Ejército en una agencia de policía, no generará acciones que vulneren la soberanía de otras naciones, y no actuará en clave de hegemonía al lado de nadie, empero, México si coopera y pueda cooperar mejor sobre la apertura de la relación bilateral en la seguridad de la frontera, la seguridad regional y las seguridades hemisférica y global.