Registran el árbol tropical más grande del mundo con una altura de 89.5 metros
En la selva de Malasia se ha encontrado el que parece ser el árbol tropical más alto del mundo, con 89,5 metros de alto y perteneciente a la especie meranti amarillo (Shorea faguetiana). David Coomes (University of Cambridge) y sus colaboradores descubrieron este ejemplar en el último reducto salvaje del país: el área de conservación de Maliau, conocido por el mundo perdido de Sabah. Lo lograron gracias al uso de un radar láser (LIDAR) que capturaba imágenes 3D de la selva como una parte del proyecto de levantar un mapa de la biodiversidad de la región.
Una vez localizado por LIDAR, un investigador se subió a su copa para medir su altura hasta el suelo. El nuevo record supera en 1,2 metros a la anterior marca de altura de un árbol tropical (el record absoluto lo ostenta una secoya roja de California, con 115 metros). La tala abusiva y la nefasta industria del aceite de palma han diezmado la población de esta especie en la región y ahora ya está clasificada como una especie en peligro de extinción por los organismos internacionales. Y como dato curioso, uno que muestra el horror que genera el sistema socio-económico global, esta especie se puede cultivar en el juego Minecraft y ya hay más árboles virtuales que reales.
Conservar los árboles grandes es realmente importante, pues son cruciales a la hora de mantener la salud de los bosques y su ecología. Se están realizando esfuerzos de conservación y regeneración por parte de las autoridades locales, pero una selva de este tipo necesita de unos 100 años para regenerarse una vez talada. La isla de Borneo concentra la selva más antigua de la Tierra y es compartida por Malasia, Brunei e Indonesia. La mayor parte pertenece a este último país, pero el Gobierno de Indonesia se ha caracterizado por un desprecio casi total por ella y por la vida natural en general de todo el país.
Las mismas compañías que ya han destruido la selva de Borneo se están instalando en el África tropical para hacer lo mismo. Dichas compañías, un símbolo claro de lo que representa el capitalismo con su insostenible lógica de “progreso”, destruyen las selvas tropicales de esa zona fundamentalmente por el aceite de palma. La selva es talada, quemada y sustituida por plantaciones de palma, ya que muchos productos de alimentación industrial incorporan su aceite que paradójicamente no es sano para la salud. En Occidente tenemos que detener la importación de este aceite empezando por rechazar los productos que lo contienen. Además, hay que presionar para que se elimine del gasoleo y otros productos no alimenticios porque si eso no sucede pronto, seguiremos viendo a estos hermosos y sabios árboles sucumbiendo ante la infinita estupidez humana.
Con información de Neo fronteras