#SEPagalojusto: La convocatoria de la SEP no sólo afecta a ilustradores
“Las quejas de hoy no tienen sentido, porque no se está precarizando algo que prácticamente no existía: se está planteando un trabajo colegiado y colaborativo, decoroso con lo que hoy el país necesita en cuestión de humanismo y equidad. Es el momento para apoderarse de esos espacios que poseían unos cuantos”. No, con esas palabras Marx Arriaga Navarro no se refiere a su sueldazo como funcionario público, ni a su trabajo como director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que lo coloca en eso que antes poseían “unos cuantos”, sino que se refiere cínicamente a las críticas populares que ha levantado la convocatoria de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para rediseñar los libros de texto gratuitos en educación primaria.
Críticas que por cierto no se limitan a la falta de reconocimiento al trabajo de los ilustradores e ilustradoras, cuyas demandas se han vuelto virales gracias a la #AntiConvocatoria, en la que responden con ilustraciones y diseños irónicos que dejan clara la importancia de pagar el trabajo de los artistas visuales.
Pero a quienes lanzaron la convocatoria no les importó demasiado esta iniciativa. La respuesta de Marx Arriaga que calificó de “genial” a la #AntiConvocatoria, es una muestra más del cinismo y la indiferencia con las que el actual gobierno (que parece insistir en comportarse como los anteriores) responde a las demandas más elementales y justas, en este caso la remuneración del trabajo editorial. Un ejemplo de como ese desinterés por las demandas comunes atraviesan a todos por igual; desde el presidente, hasta los más pequeños funcionarios y burócratas. Y es que declaraciones como “No podemos remunerar su trabajo por la coyuntura electoral que vivimos”, no pueden leerse de otra forma sobre todo si provienen de alguien que gana 88 mil pesos libres al mes.
Y ante las promesas de “pero en unos días, no meses, no años; observarán los mecanismos que hemos estado diseñando, buscando la manera de concretar un mecanismo de apoyo, profesionalización para que docentes, cronistas, ilustradores, bibliotecarios, normalistas, investigadores, puedan tener un justo pago para sus esfuerzos y continúe su profesionalización”, resulta un tanto irónico que alguien con ese salario, coordine a todo un grupo de personas para lanzar una convocatoria sin mecanismos adecuados de remuneración para que personas sin trabajo (¿o quien podría destinar tiempo a esto si no se encuentra en desempleo?) laboren de forma eficiente y apresurada sin pagos de por medio. Por eso, parece más lógico asumir que dichas promesas son una respuesta lamentable y torpe ante la presión social que ha sentido este personaje y esa dependencia en las últimas semanas.
Anticonvocatoria: La respuesta contra la explotación laboral de la SEP
Para ganarnos un lugar en la historia de la “transformación nacional”, le podemos obsequiar una simple asesoría técnica a Marx Arriaga: No hace falta diseñar ningún “mecanismo para concretar un mecanismo de apoyo” (sic) para que una persona pueda tener un “justo pago para sus esfuerzos”, porque dichos mecanismos ya existen; de hecho son los que sostienen el sistema económico global y se limitan a conocer cuanto cobra un profesional por su trabajo y depositarlo en una cuenta bancaria o darle un cheque como pago de esa labor.
También sería ideal que ese pago se realice a tiempo, pero sabemos que eso sí es pedir demasiado y somos conscientes de que sería ir en contra de todas las fuerzas históricas que nos constituyen.
Mientras el gobierno sigue debiendo en sus obligaciones más elementales, transfiere algunas de esas obligaciones a un sector social que parece sentirse obligada a trabajar sin reconocimiento, bajo el riesgo de convertirse en la “nueva clase conservadora” si no hace lo que se le indica; si no aplaude los errores o si no guarda silencio frente a la continuidad de los atropellos de la nueva élite.
En definitiva la convocatoria también es denigrante con otros gremios y algunos de ellos, en voz de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, lo han expresado de manera adecuada con el siguiente comunicado:
Quienes integramos la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, manifestamos nuestro desacuerdo con la covocatoria de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para rediseñar los libros de texto gratuito sin retribución económica, en contenidos y gráficos; situación que propicia la improvisación en el proceso de autoría y producción editorial, al tiempo que perjudica a los profesionales dedicados a ello.
Estamos de acuerdo en que la producción de los libros de texto es una actividad de gran relevancia, como se explica en la convocatoria, pero no puede negarse que se requiere de tiempos suficiente y del concurso de profesionales con experiencia disciplinar en las asignaturas para las que se convoca. Sin dejar de lado a otros especialistas con experiencia en el diseño didáctico, la escritura y la edición de textos.
Nunca será cuestionable el propósito de incluir la mayor diversidad de voces posible con el fin de lograr una mejor representación de la heterogeneidad nacional. Sin embargo, lo que consideramos altamente arriesgado es pensar que la inclusión no lleve un procesos de cuidado y acompañamiento especializado; imprescindible como se ha demostrado en ediciones bien logradas y en otras más perfectibles.
Renovar los libros de texto gratuito con generosidad no tiene por qué disociarse de una retribución económica justa y bien reglamentada por las leyes que regulan la operación de los programas públicos; aun en época electoral.
Es importante tomar en cuenta que el tiempo tan corto en el que se esperan los productos y el momento electoral al que se alude son factores de muy alto riesgo para la gran responsabilidad que se tiene; incluso, por qué no decirlo se trata también de un tema de ética profesional.
#SEPagalojusto
Como la #AntiConvocatoria, estos hechos contradictorios que de nuevo representan a la clase política de nuestro país, serían divertidos si no fuera peligroso que estemos montados en un proyecto de nación diseñado por personas que ganan bastante bien, viven sin carencias y algunos lujos, donde se pretenda explotar laboralmente a los ciudadanos comunes que hacen lo necesario para vivir al día, so pretexto de la necesidad de unidad nacional.
Este juego mediático con el que la ‘cuarta transformación’ hace su política electoral, no solo se limita a dividir discursivamente a la población mexicana entre conservadores y transformadores, sino que ya se ejerce como un recurso para crear una especie de ejército con soldados de buena voluntad; un ejército moral que, contrario a lo que pasa con las fuerzas armadas que obtienen cada vez más recursos y poder, debe vivir sólo del reconocimiento de la misma élite que les explota.
Texto de Jesús Huerta con información de Profesionales de la Edición y SinEmbargo