Los libros que he leído: Reflexiones en drogas en tiempos del Covid-19
Texto: Tercero Díaz Fotos: Cortesía de Ana
La emergencia sanitaria por el Coronavirus (Covid-19) ha puesto en jaque a la salud mental de lxs ciudadanxs, y ha desencadenado una serie de encontronazos entre distintos sectores de la sociedad. Los conflictos en redes sociales entre quienes sí pueden cumplir las condiciones de confinamiento y “cuidado”, contra quienes tienen que decidir entre a qué le temen más, si al hambre o al Covid-19, se han acentuado.
Entre las herramientas que la gente está utilizando para sobrellevar el encierro, entre la yoga, la lectura, las películas de Netflix y Ambulante, se encuentra también el consumo de drogas legales e ilegales, como remedio, o quizá como consecuencia del confinamiento.
No se puede generalizar una situación tan seria partiendo de estos supuestos, por lo que, y aprovechando el viaje, me he puesto a reflexionar en colectivo con algunxs amigxs ¿Cómo estamos consumiendo en nuestros confinamientos? sin ningún propósito ambicioso, científico ni academicista, sino por la pura necesidad de cuidado y acompañamiento virtual en nuestros consumos.
Confinamiento y drogas: el caso colombiano
En Colombia, sí tenemos cifras y un delineado de lxs consumidores durante la pandemia, según un informe de la organización Échele Cabeza, estas son los números del consumo de drogas durante la pandemia en Colombia:
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El 64 % de las personas que respondieron han comprado sustancias ilegales en cuarentena.
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El 49 % de las personas encuestadas dicen que han disminuido su consumo, el 28 % que se mantiene y el 23 % que ha aumentado.
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El Cannabis es la sustancia de mayor consumo en cuarentena (25 %), cuyo aumento puede relacionarse como sustituto de otras sustancias, que no están disponibles.
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El cannabis es la sustancia con la que más se ha experimentado en casi un (23 %), y la sustancia que relacionan con mayor productividad para el teletrabajo (17 %).
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El café es la segunda sustancia de mayor experimentación (19 %), así como la segunda sustancia que se relaciona más con la productividad y el teletrabajo (15 %).
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El 32 % dice que ha sentido abstinencia durante la cuarentena y de ellas el 58 % dice que su abstinencia es por falta de cannabis, seguido de nicotina (13 %), alcohol (10 %), éxtasis (6 %), cocaína (5 %), entre otras.
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El 44 % de las personas descubrieron que, sí tenían dependencia a una sustancia, especialmente al cannabis.
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El 76 % de los encuestados creen que el consumo seguirá después de la pandemia.
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El 65 % dicen que las sustancias han aumentado entre un 25 % y un 50 %, dependiendo de la sustancia.
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La pandemia aceleró los procesos de pago virtual de drogas (12 %) y entrega a domicilio (27 %) esto sin que el banco se entere que es para pagar drogas y los mensajeros sepan lo que están entregando.
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El 91% de las personas que diligenciaron la encuesta dicen que las sustancias les han ayudado a sobrellevar de mejor manera la cuarentena y dimensionar el problema de la pandemia.
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La abstinencia afecta físicamente más a los hombres (sudoración, problemas gástricos, inquietud motora) mientras que a las mujeres les afecta su salud mental (tristeza, angustia y pensamientos negativos).
Los datos de la organización Échele Cabeza, han sido recolectados mediante plataformas digitales de la misma iniciativa y redes sociales, las cuales cuentan con 120,000 seguidorxs, el 95% de los que respondieron son de Colombia. El 63% de los encuestados se identificaron con el género masculino y el y el 35% del género femenino. El 83% de quienes respondieron tienen entre 18 y 29 años de edad. Lo cual nos habla de patrones de consumo de poblaciones clase media y quizá media alta. Y aunque todo tema en América Latina está atravesado por la cuestión de clase, raza y género, en estos momentos de crisis sanitaria hay muy poca información sobre el consumo de sustancias en las poblaciones más vulnerables.
Échele Cabeza es una iniciativa piloto que busca generar y difundir información sobre Sustancias Psicoactivas (SPA) para la reducción de riesgo y mitigación de daño, orientada a promover y fortalecer la capacidad de decisión y respuesta de población joven vulnerable y no vulnerable frente al consumo, así como la generación de prácticas de autocuidado hacia personas usuarias no problemáticas de SPA. Es entonces una estrategia que como Proyecto estimula una cultura de la gestión de riesgo y y placer, sin importar si se habla de sustancias legales, ilegales, comportamientos sexuales o hábitos de rumba.
Reflexiones compartidas entre consumidorxs en México
“Mi consumo de cocaína y alcohol definitivamente aumentó, de los 2 a los 5 días por semana variando en la cantidad por día, digamos si es lunes solo son dos puntas porque hay y si es viernes en la noche son varias rayas (½ gramo) en lo que dura la botella de mezcal y un 12. ¿Por qué aumentó? Porque tengo más tiempo libre y no tengo que cumplir con actividades que me exijan salir y cumplir un horario”, comentó K, de 32 años, mercadóloga de un corporativo de turismo médico.
“¿Por qué aumentó? Porque tengo más tiempo libre y no tengo que cumplir con actividades que me exijan salir”
“El efecto es el mismo, enfiestar, divertirme y aparte en lo personal me ayuda a bajar el ritmo o entumir el sobre análisis de ideas obsesivas que pudiese llegar a tener, que aumentaron moderadamente durante el confinamiento. Si tuviera que agregar algo con respecto a mi consumo en relación a la emergencia sanitaria que estamos viviendo, es que antes de esto mi consumo de 1 a 2 días por semana fue constante durante 9 años, ahora con el encierro en nuestras casitas por nuestro bien (risas), consumo más droga y mi gasto aumentó de los 500 pesos por semana a los 900 pesos, ah porque el precio por ½ gramo subió a 300 pesos (en la frontera norte de México)”, agregó.
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“Considero que mi consumo de cocaína durante la cuarentena ha aumentado; esto se debe a varias cosas. Antes de la cuarentena solo la consumía en eventos o fechas o actividades importantes para mí. Ya sea por la diversión que implicaba el evento, porque acudirían amigos que también consumen, o porque alguien (de la banda), de repente, se le ocurría decir ¿conectamos? Ahora consumo cada tercer día. Puedo porque ahora estoy en casa, todo el tiempo, y no hay que salir a una oficina u otro lugar de trabajo”, mencionó Jean Chupé académico universitario.
“Ya no es en la fiesta sino en el home office. Y lo más loco, es que además no hay alcohol, entonces, así, con puro Gatorade. El uso que le estoy dando ahora es para aguantar jornadas de desvelo por el trabajo, para calmar la ansiedad, y lo más importante, porque tengo dinero. Porque si no tuviera feria para comprar, no lo haría, tristemente. Porque está re buena”. Concluyó Jean.
Por su parte, María de 33 años, estudiante de último semestre de doctorado y docente en diversas instituciones académicas a nivel licenciatura, asegura que por el contexto de crisis en el que nos encontramos como ciudad y país, en ocasiones lo efectos negativos de diferentes drogas se han incrementado, los “mal viajes”.
“Antes de la pandemia consumía un gramo de cocaína al mes. Ahora es un gramo a la semana, acelerado y siempre acompaño con alcohol, lo mezclo mucho con vodka. Mi consumo era por fiestas pero hoy lo hago en casa porque me ayuda a pasar la cuarentena, aunque al día siguiente me siento mal, pienso: verga no debí haber gastado en esto, porque no hay trabajo pero hay drogas. Aquí en Tulum como es un pueblo que dependemos 100 por ciento de turismo, pues solo estamos los locales ya, así que los dealers necesitaban vender y nos ofrecieron promociones de 2 gramos por el precio de 1, así con buenas promos mi consumo ha aumentado. Aquí hay mucho consumo de M, de ácidos, y ketamina, todo esto es muy fácil de consumir aquí, y los dealers tienen muy buenas promociones ahorita”, mencionó Luis.
“Mi nombre es Ana, tengo 32 años, tengo algunos años viviendo en Ciudad de México. Consumo asuntos varios (risas). Mi fuerte es la cocaína. El pedo del coronavirus a mí me quitó todo, me quedé sin trabajo, sin casa, sin pareja, y recién rechazadx de la academia. Como ya venía arrastrando una crisis mental y emocional, colapsé. Vengo de consumir de vez en cuando para fiestas, a meterme 13 mil pesos por la nariz en una semana encerradx en mi casa, sin ninguna fiesta, solx, escuchando punk o reggaeton. Cuando me acabé esos 13 mil pesos, quise más, y he seguido inhalando, obvia. Triste, con deudas, pero también sonriendo. Sí, mi consumo ha aumentado en cuarentena porque siento que lejos de acelerarme, me dopa, me calla la mente, me baja la velocidad. Inicio o termino el día eligiendo algún libro de los que he leído para consumir sobre ellos”.
Recomendaciones a usuarios de distintas sustancias
El contexto ha cambiado y eso implica que las sensaciones, usos e intenciones en el consumo también cambien. Finalmente sabemos (aunque no de manera formal mediante algún estudio o estadística como el caso Colombia) que la situación de confinamiento y sana distancia en México ha atravesado de diversas formas a lxs usuarixs de drogas, por lo que organizaciones como Échele Cabeza que hacen un arduo trabajo en favor del derecho a las drogas de lxs ciudadanx, hace algunas las siguientes recomendaciones para reducir riesgos durante la emergencia sanitaria:
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No compartas cigarrillos, vaporizadores, pipas, bongs y porros.
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No compartas llaves, popotes, con los que esnifes o inhales sustancias como cocaína, “tusi”, o ketamona. Estarás en riesgo de contagiarte de otras enfermedades aparte de Covid-19.
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No compartas botellas, vasos, copas o cualquier envase de licor con otras personas. Deshecha o lava los envases después de su uso.
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Si usas sustancias como MDMA en cristales o comprimidos, no los dividas con los dientes. Por otra parte, estas sustancias facilitan la sociabilidad y los afectos, evita ceder a besos, abrazos y sexo durante la pandemia.
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Desinfecta constantemente pipas, bongs, pitillos, y toda la parafernalia que uses para consumir sustancias psicoactivas.
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Si consumes habitualmente cocaína u otros estimulantes (tipo anfetaminas o MDMA) ten en cuenta que el consumo de estas sustancias en el encierro de la cuarentena podría aumentar tu ansiedad.
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Cada que quieras consumir piensa del 1 al 10 ¿cuánto lo necesitas? Pregúntate si existe otra forma de calmar esa ansiedad. Podrás evitar el consumo o aumento del mismo.
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Prepárate para después de la cuarentena, ten en cuenta que tu cuerpo puede haber reducido la tolerancia a las sustancias que eventualmente consumes, debido a la escasés de estar en cuarentena.
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Si tienes oportunidad y la intención de volver a consumir después de la cuarentena evita una sobre dosis o intoxicación grave. Comienza con dosis más pequeñas que las habituales.