I won’t deny it, I’m a straight ridah… you don’t wanna fuck with me… El sol se relaja como cada octubre en la frontera norte de México y bajo él, un hombre de alrededor de 40 años, con vestimenta holgada tipo cholo, camiseta blanca de tirantes, tatuaje de la santa muerte en brazo, pelón y piocha larga, escucha una canción de 2pac mientras se bebe una cerveza sudorosa y juega con su perro a la pelota… Got the police bustin’ at me… declara el celular de aquel hombre, mientras las familias y colectivos rastreamos en las montañas de Tijuana algún indicio de personas desaparecidas.
“Encontrar a nuestros familiares, no perder otro y cambiar este país de mierda porque cada vez está peor”, comenta a las familias fronterizas Mario Vergara, víctima indirecta y miembro del colectivo Los Otros Buscadores, quien junto a Miguel Ángel Trujillo Herrera, fueron invitados por los colectivos Una Nación Buscándote, Siguiendo Tus Pasos, Todos Somos Erick Carrillo, Colectivo Carlos Luna, Madres Unidas y Fuertes para iniciar la primer Brigada de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Baja California llevada a cabo del 13 al 23 de octubre en los municipios de Mexicali, Ensenada y Tijuana, con apoyo de Grupo Armadillos y Colectivo Reco.
Autoridades y sociedad
La Brigada inició su labor el domingo 13 de octubre con un rastreo exhaustivo en 3 zonas de Mexicali y Juan Manuel León Martínez, Comisionado Estatal de Búsqueda, jamás apareció. Una de las asistentes a la Brigada menciona que León le advirtió que él descansa los domingos.
El estira y afloja entre sociedad organizada y autoridades se daba desde el inicio. “Al Comisionado se le mandó un escrito que íbamos a salir desde el 13. Se le pusieron horarios porque vamos a visitar 3 ciudades. Entonces se le mandó un itinerario al Comisionado, un escrito donde poníamos todos esos puntos y él se comprometió en darnos seguridad. El comisionado no llegó el día 13 que empezó la brigada. El día 14 llegó, había dicho que solo podía llegar a las 11 de la mañana, es una simulación. Eso hizo que nosotros nos deslindáramos, porque rompió los acuerdos. Dijimos –Bueno las familias hemos hecho las búsquedas, tampoco vamos aceptar simulaciones del Estado que se presente un comisionado y que diga que está trabajando con las familias de desaparecidos y que está trabajando en la búsqueda cuando es una gran mentira y nada más viene a las 11 de la mañana a tomarse la fotografía. ¿Cuándo hemos empezado las búsquedas a las 11 de la mañana? Nunca iniciamos tan tarde”, menciona Mario Vergara.
Esta ruptura con el Comisionado, que se originó desde el segundo día de búsqueda, colocó a las familias en una disyuntiva, sin embargo, fue a través de un proceso organizativo interno que las familiares valoraron la situación y optaron por continuar con la Brigada hecha por las familias y para las familias.
Al respecto Mario Vergara explicó; “Miguel Ángel Trujillo Herrera y yo, cuidamos mucho la parte política. El costo político que le llamamos. Nosotros no vamos apoyar las mentiras de un comisionado acompañándonos en campo, tomarse la foto y eso, porque hemos visto que ellos usan esas fotos para mandar el mensaje que les convenga. Es esa parte que nosotros cuidamos, las mentiras del gobierno”.
Por otro lado, varias familiares de todos los colectivos participantes dentro de la Brigada, hicieron saber mediante comentarios cómo el Comisionado tiene tratos preferentes hacia algunas víctimas y desatiende a otras.
“Como si hubiera víctimas de primera, de segunda y de tercera. Todas las familias de víctimas tenemos los mismos derechos por igual. El mensaje que les mandamos a las familias es que no peleen hacía los lados, no golpetearnos entre nosotras las familias, porque nosotros no tenemos la culpa de lo que no ha hecho el gobierno. Siempre que el reclamo sea hacía arriba. Eso es lo que está mal en nuestro país, los grupos de colectivos estamos golpeándonos entre nosotros mismos”, agrega Mario al respecto en un intento de fomentar la unidad entre los colectivos de Baja California.
Compartir experiencias
“Aprendan a leer la tierra, a leer lo que les dice”, les comenta Miguel Trujillo mientras una retroexcavadora va haciendo agujeros en uno de los puntos que se les ha señalado como posible fosa. Les menciona, entre otras cosas, cómo identificar cuando han llegado a la profundidad de tierra virgen y ya no es necesario seguir cavando.
“Aprendimos muchísimo. Aprendimos mucho sobre nuestros derechos; como identificar la tierra, dónde escarbar, donde no, hasta dónde escarbar. Cómo son los huesos, hasta como ir a rastrear. Cómo usar la varilla, cómo olerla, cuáles son las herramientas que nos sirven cuales no, fue una experiencia muy agradable para todas las compañeras que participamos en la Brigada. Nos dimos cuenta de la carencia y necesidad en Baja California y en la forma que nos han tenido sumisas y pisoteadas. Aprendimos también cual es el poder que tenemos como víctimas. Cómo hacer que nos respeten, hasta dónde puede llegar la policía, un perito, un agente y hasta donde podemos llegar nosotras”, comenta Angélica Ramírez, vocera del colectivo Una Nación Buscándote.
Vidas arrebatadas y omisiones del Estado
La maquila expandida por toda la frontera, Mexicali, Ensenada y Tijuana, la línea fronteriza que divide dos mundos puede visualizarse desde muchos puntos en la búsqueda. Estamos en el patio trasero de los Estados Unidos dice una solidaria; “aquí avientan todo lo que no les sirve, lo que no quieren”.
Infectados por la cotidianidad, vemos la inseguridad de este lado del muro como la soda de cola de cada día. Para quienes nos visitan del vecino país del norte, unas vacaciones de un par de días en Tijuana puede ser lo último que se sepa de ellos. De aquel lado la ley, de este lado la necropolítica y el horror sin disimulo. Tal es el caso de Erick Carrillo, nacido en Estados Unidos quien radicaba en Buena Park California y venía a México a visitar a su madre y hermanos.
“Desapareció el 1 de junio a las 6:46 de la mañana. Él trabajaba en Estados Unidos en Buena Park California, en una compañía que hace hielo seco. Esta ocasión el venía por 4 días y llevaba 3 días en Tijuana, le faltaba el domingo. aAmedio día se iba a Estados Unidos y fue cuando desapareció”, comenta Eddy Carrillo sobre el caso de su hijo.
Entre subidas y bajadas por las calles de Ensenada y de Tijuana, Eddy poco a poco va dejando entre ver la historia de su hijo. Cigarro tras cigarro maneja la camioneta durante toda la Brigada, a ratos sonriente bromeando, a ratos serio. Él es un familiar que cuenta con la ventaja del apoyo norteamericano para presionar a las autoridades mexicanas, aunque eso no es una certeza de dar con el paradero de Erick, es una fuerte presión que pesa en México.
“El gobierno de Estados Unidos nos ha apoyado en las investigaciones en lo que respecta al otro lado, ellos están investigando a que se dedicaba, si tenía algún antecedente, salidas y entradas al país, siguiendo todos sus pasos, tiene alerta AMBER nacional en Estados Unidos. Nos apoya el Sheriff del condado de Los Ángeles y el FBI”, agrega.
“Mi hijo desaparecido se llama Manelik Ayala Velázquez, y desapareció el 27 de septiembre del 2017. Ahorita ya tiene 30 años, desapareció a los 28. Él desapareció de aquí de la colonia donde vivo, o sea, exactamente pues no sé de dónde desapareció porque él salió de casa y dijo que iba al Oxxo y jamás regresó… Nada, absolutamente nada, no tenemos ningún indicio ninguna pista, no tenemos nada”, comenta Rosa María Velázquez Hernández de 62 años e integrante del colectivo Siguiendo Tus Pasos de Ensenada.
Manelik era un joven tatuado hasta el rostro, graffitero y rapero. Usuario de mariguana y heroína, ambas drogas muy comunes en el norte del país. “El hecho de que sean adictos no quiere decir que sean criminales, y adicto o no adicto duele igual para una madre o para un padre o un hermano, te duele igual. Todos valen igual”, comenta sobre su hijo la señora Rosa, poniendo sobre la mesa el debate de “buenas o malas” víctimas.
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A menudo los estereotipos y discursos oficiales impregnan de prejuicios a los espectadores, lanzando juicios carentes de empatía como “en algo andaba… es que era drogadicto… es que era dealer”. Para las familiares de víctimas de desaparición y un sector de la población solidaria, nada justifica este crimen de lesa humanidad y todas las víctimas merecen regresar a casa.
“La gente los criminaliza en la calle, dicen que son unos malandros, que son un esto o el otro, pero la gente no saben cómo en realidad son ellos. La gente no sabe si ese que va caminando que usa drogas, tiene un corazón bueno o no”, agrega Rosa María.
“Él estaba todo tapizado, en la cara trae un rombo tatuado, en el cuello trae un beso, o dos besos creo que por cada lado trae un beso, en la ceja arribita tiene el nombre que dice Dulce, es el nombre de la pareja que tenía. En la espalda de hombro a hombro tiene Velázquez, él se lo puso su apellido materno porque está enojado con su papá. Él estaba renegando y no quería saber nada del apellido de su papá y fue y se puso el mío, Velázquez.”
Mario y Miguel tienen años buscando a sus familiares tanto en oficinas como en fosas clandestinas. Han viajado a Sinaloa, Sonora, Estado de México, Veracruz, Coahuila y Puebla, invitados por las colectivas locales para ayudarles a impulsar brigadas estatales y enseñarles lo que han aprendido en el camino. Son dos hombres colmilludos a los que, detectar las anomalías y omisiones de las autoridades les resulta fácil. Es así, como se percatan de como la mayoría de los casos por desaparición en el estado solo están como Acta Circunstanciada de Personas no Localizadas. Lo cual no obliga a las autoridades a realizar una investigación ni búsqueda. Incluso las víctimas que fueron denunciadas como secuestro donde se pidió un rescate, quedan así en Tijuana, como Acta Circunstanciada. “Esta es otra omisión que hace el estado a su favor, decir que no hay desaparecidos sino personas no localizadas. Este acto es desaparecer a los desaparecidos desde las instituciones mexicanas.”, agrega Mario.
Por otra parte, algunas familiares denuncian el negocio redondo que tienen autoridades municipales con funerarias y panteones, ya que a pesar de que localizan a su familiar víctima de desaparición en fosas comunes donde en ocasiones hay hasta 60 cuerpos por fosa, el ayuntamiento les cobra 5 mil pesos por cada cuerpo que tienen que retirar de encima de su familiar. “Entonces si tu familiar es el numero 40 vas a tener que multiplicar 39 por 5 mil pesos, ya da una cantidad exagerada, cuando las familias económicamente están mal”, comenta Mario.
Hallazgos
Los días pasan y la búsqueda avanza, algunos Marinos integrantes de la Guardia Nacional se aburren y nos hacen la plática, intercambiamos palabras, cosas como: “Ahora somos la Guardia, que es la misma mamada pero ahora te puedo arrestar e infraccionar si te veo sospechoso, como cualquier policía”, menciona un Marino de 19 años mientras nos resguarda.
“Veníamos caminando, yo me metí en los matorrales a buscar a ver que se encuentra, me metí y me dio un escalofrío, y cuando me regreso para atrás, sentí como que alguien me jaló, y me regresé y ya fue cuando yo le dije a Angélica que yo miraba algo envuelto. Y pues ya fue cuando nos acercamos y sí ya miramos los huesitos de la persona que ahí quedó”, menciona María Angélica Lora Díaz, madre de Alan Feliciano Martínez Lora, desaparecido el 18 de agosto del año en curso en Tijuana.
“Encontramos un positivo, una osamenta de al parecer un masculino” se escucha en la radio y algunos nos trasladamos al punto. El hallazgo estuvo manchado de actos intimidatorios y discusiones con un policía ministerial, ya que el agente comenzó a fotografiar a los familiares. Durante dicha disputa el agente toca su pistola en un gesto de amenaza ante las acusaciones de Mario y las familias, que al mismo tiempo que discuten, graban todo en sus celulares.
Cabe mencionar que dicho agente que fotografió a las familias, estuvo suspendido de su cargo como jefe de del Grupo de Homicidios Dolosos de la Procuraduría General de Justicia en Tijuana, y bajo investigación por formar parte del Cartel de Sinaloa, para quienes habría robado varias toneladas de marihuana de una bodega y protegido varías células criminales de dicho grupo delictivo, según notas periodísticas de Tijuana Sin Censura.
En efecto, el cuerpo que a cálculos de familiares llevaba poco menos de un año, se encontraba a la orilla del río seco de la presa Abelarto L. Rodríguez en Tijuana, escondido entre arbustos. Las familias se toman de las manos y realizan oraciones, como un acto ritual de sanación al encontrar a una víctima.
Otro de los grandes logros de la Brigada según las palabras de las participantes, es visibilizar la problemática de desaparición en el estado y las omisiones del Gobierno, en sus tres niveles, para propiciar la justicia, la verdad y evitar la repetición. Así pues, entre risas, llantos y oraciones, pleitos con los oficiales y demás da por concluida la primer Brigada Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas, con la que se planteaba de fondo “encender la chispa” y empoderar a las familias para que aprendan a exigir y hacer valer sus derechos en la búsqueda de sus desaparecidos.
2 comentarios
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[…] Familiares de desaparecidas y víctimas de feminicidio que mantienen un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México desde el pasado 6 de julio, han denunciado que durante este tiempo han sido objeto de varios ataques que incluyen agresiones, amenazas, intimidaciones y hostigamientos. […]