Del muro a los aranceles: la contención migratoria
Por Moisés Quintana Guerrero. Estudiante de la Maestría en Estudios de Migración Internacional. Colegio de la frontera Norte.
En menos de una semana, Trump, mediante presiones económicas, logró que México se convierta en el muro que siempre quiso: el límite que contendrá los flujos migratorios procedentes del Triángulo Norte conformado por Guatemala, Honduras y el Salvador. De esta manera, México seguirá siendo el patio trasero de los Estados Unidos.
Lo sucedido en los acuerdos de junio de 2019 entre los gobiernos de los presidentes de Andrés Manuel Lopez Obrado y Donald Trump tendrá altos costos en vidas de migrantes y en la instrumentación de políticas públicas que deberán llevarse a cabo en México.
Será necesaria la reactivación de la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR) que será una medida necesaria para el trámite de solicitudes de Refugio de los Migrantes que quieran permanecer en territorio nacional como una opción ante el bloqueo administrativo de solicitudes y resolución de refugio en los Estados Unidos que previsiblemente impondrá una estrategia de no aceptación.
Para esto el gobierno federal deberá realizar una reasignación presupuestaria para la COMAR y para el INM, ya que los datos que la COMAR y Fundar proporcionan dejan ver que hay un claro abandono presupuestario para las labores de la Comisión, en contraposición con el aumento de los flujos migratorios del Triángulo Norte con destino a los estados Unidos.
Los datos que la COMAR proporciona sobre solicitantes de 2013 a 2019 son los siguientes: para 2013 hubo 1296 solicitudes; para 2014, 2137 personas iniciaron el trámite, con un incremento de 164.8%; en 2015 hubo 3424 solicitudes, un incremento de 264.1%; en 2016, 8796 personas hicieron lo propio, con un aumento porcentual de 678.7%; para 2017, 14619 personas, lo que representa un incremento de 1128.0%; en 2018, 29,647, lo que supone un aumento de 2287.5%; de enero a mayo 2019, van 24,424 personas en ese supuesto, lo que supone un incremento de 1884.5% respecto al 2013.
Cabe destacar que los hondureños son los que más solicitan refugio, con 13,023 de enero a mayo 2019, igualando prácticamente las solicitudes promovidas en 2018 que fueron de 13,669.
La evolución del presupuesto para la COMAR, en acuerdo con Fundar, tiene la siguiente evolución: para 2014 contó con 27.15 millones de pesos; en 2015 con 27.01 millones de pesos; en 2016 disminuyó a 23.27 millones de pesos; en 2017 tuvo 25.40 millones de pesos; en 2018, 25.78 millones de pesos… para 2019, la cifra se redujo a 20.8 millones de pesos, es decir, se le asignó el 76.61% con respecto al presupuesto del 2014.
Estas cifras no coinciden con las exigencias de la realidad: la COMAR ha tenido de 2013 a 2018 un incremento en sus solicitudes de refugio de un 1884.5% y una asignación de presupuesto de solo el 76.61% para 2019 con respecto al 2014. Dicho de otra forma: para 2014 se tenían 2137 solicitudes de refugio con un presupuesto de 27.15 millones de pesos y para mayo del 2019 se registraron 24,424 solicitudes con un presupuesto asignado para ese año de 20.8 millones de pesos.
Con esto datos se puede ver que para los gobiernos anteriores como para el gobierno actual la solicitud de refugio de migrantes no son parte de su política de Estado y de respeto de los Derechos Humanos de los solicitantes.
México debe prepararse para atender a solicitantes de refugio a territorio nacional y a los solicitantes de refugio retornados por los Estados Unidos en espera de su resolución; para ambos casos el gobierno federal deberá estar preparado para satisfacer las necesidades básicas de vivienda, alimento, educación, salud y seguridad.
- En ese sentido, cabe formular una serie de preguntas:
- ¿Realmente el Estado mexicano está preparado en políticas públicas y recursos financieros para proporcionar y satisfacer los derechos humanos de los migrantes?
- ¿México es un país realmente seguro, que pueda salvaguardar la integridad de los migrantes que esperan la resolución del gobierno estadounidense?
- ¿Qué políticas de inserción se tienen contempladas para los migrantes que esperan su resolución de refugio para territorio nacional o para los estados unidos en el tiempo de espera de dicha resolución?
Sin tener respuesta a las preguntas anteriores el Estado mexicano ante los acuerdos que se llevaron a cabo el 7 de junio de 2019 en Estados Unidos, enviará 6 mil elementos de la Guardia Nacional (GN) a la frontera sur para la realización de labores de vigilancia y contención migratoria. Para este fin se construirán 3 cuarteles en Chiapas en los municipios de Pichucalco, Tonalá y Palenque.
La contención migratoria no podrá ser exitosa sin la modernización del INM en el registro de los migrantes que entren a territorio nacional y no tendrá éxito si no se lleva a cabo la conformación de una base de colaboración entre los países del triángulo norte y México. Hay que recordar, además, que sin la solución de las causas que originan la movilidad en los países de origen mediante estrategias colaborativas y multinacionales no se podrá frenar el flujo migratorio.
Es importante cuestionar: ¿Cómo se atacarán a los factores que generan la migración internacional hacia los estados unidos de los países del triángulo norte? Habrá que considerar factores como el deterioro de las economías y el incremento de la inseguridad y el desmantelamiento de las bandas de trata y tráfico de personas en los países de origen, tránsito y destino.
Lo acordado entre México y Estados Unidos es la contención del gobierno mexicano de la migración bajo la presión de un incremento a los aranceles. Esto generará mayor vulnerabilidad de los migrantes y una criminalización de los mismos que incrementarán la violación de los derechos humanos de los migrantes ‘mujeres, hombres y niños’. Ellos serán los que resentirán este retroceso en la política migratoria de México.
La autoridad migratoria aún no ha entendido que el fenómeno migratorio es un fenómeno en el cual deben estar involucrados todos los actores: países de origen, países de tránsito y países de destino, y que es crucial darle mayor importancia y destinar mayor cantidad de recursos a las causas que propician la migración.
Si no se atacan las causas del fenómeno migratorio internacional, no se erradicarán. Por el contrario: habrá modificación en los flujos. Se bucarán nuevas formas de llegar al país de destino.
Por ahora México seguirá siendo país de tránsito y en el presente sexenio cada vez más un país de destino.