IV. La Ciencia Comunitaria frente al Colapso Capitalista
Este texto corresponde a la serie titulada Ciencia y Tecnología de la Liberación y publicada en la sección Vía Futura por parte del Colectivo Alterius.
El colapso inminente
Hoy sabemos que pertenecemos a una especie curiosa que, en términos biológicos, ha resultado tan exitosa que ha puesto en riesgo las bases mismas de su continuidad. Nos acercamos, parece que imparablemente, a un colapso global que pondrá en crisis a las sociedades modernas y recrudecerá los escenarios de confrontación derivados de las políticas de dominación 1Para profundizar en la crisis capitalista recomiendo el libro de Carlos Taibo “Colapso: Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo”..
Diagnósticos de la catástrofe hay muchos y considero que apostar por cual de ellos es más eficiente en sus predicciones es una perdida de tiempo; noto con preocupación que muchas de las energías de quienes deciden confrontar la crisis humana se pierden en pretenciosas discusiones teóricas cargadas de ideología y que a la hora de poner en marcha las respuestas imaginadas las delegan o simplemente no las asumen con convicción. La tragedia está presente y hay dos tipos de locura que rechazo en lo absoluto; la que la niega y la que mirándola decide no actuar en consecuencia.
El colapso no se vislumbra en un horizonte catastrófico futuro, sino que está aquí y es el escenario cotidiano de millones de personas en el mundo. Si bien podríamos atribuir dicha crisis al Capitalismo, con su inherente contradicción de crecimiento fundamentada en el deterioro ambiental, lo cierto es que aún colapsando nada indica que las condiciones de dominación se reviertan. De hecho, lo que observamos es que en los escenarios estocásticos como los que genera la crisis global, son las estructuras que concentran mayor poder y riquezas las que se adaptan mejor y sostienen sus privilegios.
Desde mi perspectiva, esto implica que es necesario asumir estrategias que permitan superar el colapso en pequeños espacios y tejerlos en red 2Eso es lo que se ve en todo el mundo, desde Kurdistán hasta las comunidades autónomas zapatistas, pasando por esfuerzos comunitarios en todas partes del mundo, tanto en las ciudades como en zonas rurales, con claras diferencias en tanto la urgencia pero todos ejemplos de un movimiento global ampliamente difundido y esperanzador. pero a la vez es necesario lanzar pequeños misiles a los pilares del poder.
La salida a la crisis está en nosotras
Al respecto, Dmitry Orlov describe cinco fases críticas que cabe esperar o que ya estamos observando; colapso financiero, colapso comercial, colapso político, colapso social y colapso cultural. De nuevo, la descripción de Orlov que también incorpora de forma inherente un colapso ecológico en las primeras etapas, no es una proyección futura sino parte de una realidad latente en múltiples espacios del sistema actual. Sin embargo, lo que en su perspectiva conduce inevitablemente a una sociedad apática, en realidad puede resolverse en comunidades que colaboran cuando la tragedia llega 3Pongamos como ejemplo las respuestas multitudinaria de las personas que habitan la Ciudad de México, el año pasado a raíz del terremoto de Septiembre o las muestras de solidaridad que se han observado en apoyo a la Caravana Migrante (que han sido más amplias que las expresiones de rechazo).
Es importante recalcar esto, toda vez que incluso en los peores escenarios proyectados, lo que tenemos en el imaginario es una humanidad brutal dispuesta a violentar para sobrevivir. La maquinaria mediática hegemónica construye también las posibles salidas futuras, marcando pautas que generen escenarios favorables para su causa. Con esto quiero decir que así como se encargan de construir y gestionar la tristeza común, el enojo generalizado, la desesperanza permanente, sentimientos que al final canalizan hacia el consumo como salida momentánea, también se encargan de articular un futuro donde las salidas provienen exclusivamente de ellos.
Nuestra propuesta es parte de aquellos esfuerzos que buscan arrebatarles ese destino, nos parece una locura siquiera pensar que aquellos que crearon la crisis puedan resolverla, sobre todo cuando sus principios esenciales no han cambiado en lo mínimo. Por Ciencia y Tecnología de la Liberación, no solo nos referimos a la creación de espacios que permitan la investigación independiente y autónoma para resolver problemas locales, sino también a la urgente necesidad de transformar los códigos de la ciencia convencional.
Por supuesto lo que planteo no es nuevo, sólo por poner un ejemplo, ya en la década de los ochentas Donna Haraway lanzaba el “Manifiesto para Cyborgs” donde confrontaba la visión de lo transhumano encarnada en el Terminator de Hollywood un año antes. Vasta replicar las preguntas de Jacki Orr derivadas de su revisión sobre las idea de Haraway para entender la magnitud del problema: “¿Qué veríamos si Arnold Schwarzenegger no fuera la única encarnación que cruza los límites entre la tecnología, los seres humanos y los mundos futuros imaginados? ¿Qué significaría si viéramos a Terminator mutando en una reformadora socialista y feminista?” 4Introducción al libro “Ciencia, cyborgs y mujeres” de Donna Haraway..
Esta revolucionaria visión implica una crítica puntual al rostro de la tecnología y a partir de ella es que lanzamos una propuesta distinta para hacer una Ciencia que se resuelva en la tecnología con la que sueñan ambas pensadoras pero que no se transforma solo superficialmente, como algunas de las respuestas de la llamada Ciencia Libre, y que también se muestra crítica y escéptica frente a la intervención genética de otras formas de vida 5Difiero con la reivindicación que hacen algunas personas, incluyendo a Rosi Braidotti, sobre la creación de organismos genéticamente modificados. Si partimos de bases teóricas que enuncien nuestro cotidiano desde la complejidad es importante reconocer que todo discurso que sostenga la pertinencia de esta ruta tecnológica (de corte ultrareduccionista) está partiendo de una visión limitada y peligrosa. Tan sólo pensar el problema desde un concepto como el Holobionte-Hologenoma de Lynn Margulis, y considerarlo inserto en la maquinaria hiperconectada de la Gaia, cambia radicalmente la estructura del problema.
Nuestra ruta para crear una salida Posthumana
El amplio espectro de respuestas ante la crisis se extiende desde el extremo del primitivismo hasta la apuesta por las tecno-sociedades. Entre regresar o superar nuestra condición actual apostando por la tecnología de punta se juega lo que algunas pensadoras llaman la salida posthumana. Lo cierto es que resulta adecuado asumir que la superación de la crisis viene, sin lugar a dudas, con la destrucción del humanismo.
Aunque parece extraña y chocante esta conclusión, es adecuada en tanto reconocemos que “lo humano” es la herencia de una cultura de la dominación que pone en el centro de todo sólo una descripción posible de la humanidad; la del hombre blanco heteronormado. Por supuesto, lanzar una salida a este escenario no implica la resolución definitiva a la estructura del sistema mundo moderno, sino que debe asumirse como una de las posibles rutas de huida.
Para nosotras las respuestas se encuentra en el extremo del retorno pero aprovechando las herramientas de la modernidad; en imaginar modelos de desaceleración pero sin renunciar al desarrollo tecnológico. Nuestro tímido acercamiento con las formas de organización de los pueblos originarios nos hacen pensar que las únicas salidas válidas ante la crisis están asociadas a lo que en diferentes culturas indígenas llaman “el buen vivir”. No es casualidad que los territorios que mejor resisten el embate de la sobre explotación están gestionadas por comunidades indígenas y que por lo tanto las políticas de guerra actuales estén diseñadas para fragmentar a los pueblos y desarticular esa resistencia 6Es notable en este sentido el giro discursivo del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien retoma prácticas simbólicas del viejo PRI al tiempo que articula la cooptación de integrantes emblemáticos del Concejo Nacional Indígena. Lamentablemente para quienes creen en esta parafernalia mediática de bastones y ofrendas, la Madre Tierra no responde a falsos rituales ni puede sostener por más tiempo la creación de megaproyectos ecocidas como el Tren Maya.
Para nosotras, la apuesta zapatista por las ciencias duras rompió dos prejuicios bien arraigados en las sociedades modernas; (1) la parte del esencialismo que mantiene a las comunidades originarias en la periferia del conocimiento científico (que no les permite involucrarse en la investigación ni beneficiarse de la tecnología), exigiéndoles un purismo que cuando menos en el Sur de Chiapas han demostrado que no es válido, y (2) la imposibilidad de acercar dicho conocimiento y las herramientas metodológicas que lo generan sin que se produzca un choque epistémico que aplaste el conocimiento ancestral y sus prácticas simbólicas.
Por lo tanto, defendemos una apuesta que busca combinar las buenas prácticas comunitarias con la investigación científica y el desarrollo de tecnologías digitales. Una provocación en forma de pregunta, replanteando las dudas de Jacki Orr que ya hemos compartido, podría ilustrar mejor lo que estamos proponiendo: ¿Qué significaría si viéramos a Terminator mutando en una guerrillera feminista que forma parte de la resistencia de un pueblo originario? ¿Qué podemos crear si sumamos el poder de las comunicaciones virtuales, las interacciones potenciales del Internet de las Cosas (IoT), la robótica y demás plataformas tecnológicas de código abierto, a las prácticas de las comunidades autónomas?
Para resolver estas dudas, en la próxima entrada abordaremos los que mí parecer deberían ser los principios fundamentales de una Ciencia Otra. Explicaré como es que surgieron desde múltiples crisis, personales y colectivas, los códigos de nuestro colectivo y cómo es que los hemos puesto en práctica.
Texto: Jesús Vergara-Huerta
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Como en entradas anteriores, durante el texto lo masculino fue sustituido por lo femenino. Además de una declaración frente a la cultura patriarcal que ha complicado históricamente el avance de las mujeres científicas, se trata de un dispositivo para transformar de a poco nuestra mirada y llevarla a lo femenino, para situar desde el principio nuestra propuesta por una Ciencia Comunitaria y que parta de una cultura del cuidado y el respeto a la vida.
Referencias
↑1 | Para profundizar en la crisis capitalista recomiendo el libro de Carlos Taibo “Colapso: Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo”. |
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↑2 | Eso es lo que se ve en todo el mundo, desde Kurdistán hasta las comunidades autónomas zapatistas, pasando por esfuerzos comunitarios en todas partes del mundo, tanto en las ciudades como en zonas rurales, con claras diferencias en tanto la urgencia pero todos ejemplos de un movimiento global ampliamente difundido y esperanzador. |
↑3 | Pongamos como ejemplo las respuestas multitudinaria de las personas que habitan la Ciudad de México, el año pasado a raíz del terremoto de Septiembre o las muestras de solidaridad que se han observado en apoyo a la Caravana Migrante (que han sido más amplias que las expresiones de rechazo). |
↑4 | Introducción al libro “Ciencia, cyborgs y mujeres” de Donna Haraway. |
↑5 | Difiero con la reivindicación que hacen algunas personas, incluyendo a Rosi Braidotti, sobre la creación de organismos genéticamente modificados. Si partimos de bases teóricas que enuncien nuestro cotidiano desde la complejidad es importante reconocer que todo discurso que sostenga la pertinencia de esta ruta tecnológica (de corte ultrareduccionista) está partiendo de una visión limitada y peligrosa. Tan sólo pensar el problema desde un concepto como el Holobionte-Hologenoma de Lynn Margulis, y considerarlo inserto en la maquinaria hiperconectada de la Gaia, cambia radicalmente la estructura del problema. |
↑6 | Es notable en este sentido el giro discursivo del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien retoma prácticas simbólicas del viejo PRI al tiempo que articula la cooptación de integrantes emblemáticos del Concejo Nacional Indígena. Lamentablemente para quienes creen en esta parafernalia mediática de bastones y ofrendas, la Madre Tierra no responde a falsos rituales ni puede sostener por más tiempo la creación de megaproyectos ecocidas como el Tren Maya. |
1 comentario
[…] la perspectiva ambiental, no hay opciones sencillas ni salidas fáciles, y las políticas globales no están funcionando porque son incapaces de tocar las bases de la […]