Alma Miranda Alamilla #VocesVioletas
#VocesVioletas es un espacio semanal dedicado a compartir poesía escrita por mujeres de México y Latinoamérica.
Alma Miranda Alamilla (1992). Basa parte de su escritura (con luz y palabra) en el análisis de los diferentes tipos de desplazamientos: sociales, matéricos y físicos. Ha analizado las redes creativas a nivel nacional a partir del 1er y 2do foro nacional de promotores culturales independientes, realizado en Villahermosa Tabasco.
Coorganizó la Caravana Nacional de Poesía “Colmillos de musgo, caravana para volver pan las piedras” (Diciembre 2016- Marzo 2017) en la que se hizo una investigación independiente y autogestiva por los 32 estados de la república; conjuntando a gestores, editores y poetas de más de 90 ciudades en una red de desplazamientos alternativos y autogestivos.
Es editora de la Editorial Ambulante Vialecto, Ha colaborado en diferentes antologías y revistas con poesía, periodismo literario y fotografía. Ha publicado: Pre-foranem (2016), punto de fuga (2017) y ForAmen Magnum (2018) Actualmente edita la colección “Espectro” en la que 10 poetas nacionales escribirán acerca del desplazamiento y su experimentación desde el sonido y la imagen en diferentes contextos.
A continuación compartimos uno de sus poemas:
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Nadie me dijo cómo comenzar esto
cómo caminar por las calles llenas de caballos ciegos.
y me asombro
por la forma del atropello y el molde.
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De todas las formas excepcionales para usar un recipiente,
como se puede usar el azúcar
la mantequilla
o la cabeza de un cerdo
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De las formas de arraigarse a un pedazo de hoguera
para la que la noche no se estropeé,
no dije la noche:
dije la carroña formada
por las diferentes máscaras de mi pecho
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Mis manos
mi cuello
Escucha nuestro podcast
mi vientre
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Comenzar a escribir poemas
que nadie piense que lo son
pero que se galopan de mis manos en un solo salto
con todo el miedo que le tengo al mundo
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De estrujar lo cuerpos entre las avalanchas
al dejar caer las pieles que necesitaré cuando vuelvas
para levitar la tuya
y darle abrigo al que llora en los trenes confundidos
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Estrujarnos en un deseo de infinita concordancia
y sabotearnos lejanos
para jugar a los reconocimientos
y las extrañezas.
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Eso nadie lo enseña
nadie lo aprende
a tener los auténticos para siempre
entre los sueños y depender de ellos
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Como quien hace la última promesa
de nunca abandonar la carne ajena
y lo único que logra no se refleja en el eco
y los lugares comunes.
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Aquí
donde no tengo nada que buscar,
bajo mis armas, a la espera de alguna cerca nueva
que pueda recordarme un poco a como fui ayer.
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Sé que de no encontrar más reservas en los reflejos
me quedará el verbo en las miradas ajenas
con la que sin poner puntos finales
apagaremos el fuego juntos
en silencio
sólo
con la lengua.
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