El vanguardismo de Diego Rivera y su faceta como pintor cubista

Hasta el próximo 7 de mayo, dentro la muestra Pinta la Revolución. Arte moderno mexicano, 1910-1950 en el Museo del Palacio de Bellas Artes, el público podrá disfrutar de Retrato de Martín Luis Guzmán y Adoración de la Virgen, dos obras en las que el pintor Diego Rivera experimentó con el cubismo.

La Revolución ocurría en México cuando Diego Rivera se encontraba en París, sumergido en sus estudios de pintura y viviendo a profundidad la experiencia con el vanguardismo.

Uno de los principales puentes que lo mantuvo informado sobre dicho movimiento social fue su amigo, el escritor Martín Luis Guzmán, quién salió exiliado a España, y posteriormente visitó al artista guanajuatense en Francia. De ese encuentro se produjo una de las más importantes obras cubistas de Rivera, Retrato de Martín Luis Guzmán, realizada en 1915.

Retrato de Martín Luis Guzmán pone en evidencia de cómo en las obras de los artistas mexicanos hubo expresiones vanguardistas, “solo que adaptadas al nacionalismo que se vivía entonces,” explicó Dafne Cruz Porchini, una de las curadoras de la exposición.

En primer plano se puede observar al novelista mexicano retratado a partir de trazos geométricos. En la obra destacan elementos mexicanos: al fondo hay una silla de mimbre y el escritor lleva puesto un sarape de Saltillo. Aparece un rasgo singular, el personaje plasmado lleva una montera de torero, “lo cual devela la cercanía que tuvo con la cultura española.

Retrato de Martín Luis Guzmán

“Esta obra es excepcional porque evidencia el paso de Diego Rivera por las vanguardias, su asimilación del arte español y su influencia de El Greco, de ahí las figuras alargadas y la selección de colores. Es importante destacar que el marco es original de la obra y fue pintado por el mismo Rivera”, detalló la curadora.

Diego Rivera no vivió la Revolución, Martín Luis Guzmán sí. Cuando el escritor viajó a Europa y se encontró con su amigo en París, le cuenta sobre el movimiento social que se vive en México, y el artista empieza a imaginar el movimiento desde la distancia.

“Es una obra que además recuerda quien fue ese escritor y político. Martín Luis Guzmán escribió El águila y la serpiente, una de las primeras novelas de corte revolucionario, y nos pareció importante hacer esa vinculación entre el artista y el escritor”, explicó.

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Esta obra junto con Adoración de la Virgen (1912-1913), provienen de colecciones privadas y extrajeras, que pocas veces se exponen al público o vienen a México, por lo cual su exhibición se convierte en un evento que vale la pena apreciar.

Pinta la Revolución. Arte moderno mexicano, 1910-1950 podrá visitarse hasta el 7 de mayo en el Museo del Palacio de Bellas Artes, de martes a domingo en un horario de 10:00 a 18:00. Los domingos la entrada es libre.

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