Cuatro científicas mexicanas que no conocías

Ostrosky Shejet realizó estudios de biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, de maestría en genética humana en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv y de doctorado en Farmacología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, donde se tituló con mención honorífica.

Es investigadora titular C en el Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del Instituto, pertenece al PRIDE en su nivel D y al Sistema Nacional de Investigadores en el nivel III. Actualmente es Directora del Instituto de Investigaciones Biomédicas.

Sus premios:

En 2005 obtuvo el EMS Student Educator Award, otorgado por Environmental Mutation Society; la medalla Ricardo Miledi del Premio Heberto Castillo en 2007, por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, en la categoría Salud, Biotecnología y Medio Ambiente, y el Premio Universidad Nacional en 2009.

 

Es la primera mujer latinoamericana en presidir la Unión Atronómica Internacional.

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Estudió la licenciatura en Física en la UNAM y continuó con un posgrado en astronomía en la Universidad de Berkeley. Su tema de investigación es el estudio de la composición química de nebulosas planetarias. Ha publicado más de 100 artículos académicos, pero considera su mayor responsabilidad la formación de futuras generaciones de científicos y científicas.

Sus premios:

Medalla Guillaume Bude, del College de France, la Medalla Académica de la Sociedad Mexicana de Física, el Premio Universidad Nacional de la UNAM y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2007, siendo la primera mujer en recibirlo en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales. Además, en 2011 obtuvo el premio L’Oréal Unesco en el rubro de «Mujeres de la ciencia».

 

López Goerne estudió la Licenciatura en Fisicoquímica, Maestría en Estado Sólido y Doctorado en Ciencia de Materiales en la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Iztapalapa (UAM-I). Desde 1982 ha sido profesora investigadora, académica y divulgadora en su alma máter.

Se ha especializado en los campos de la nanotecnología y nanomedicina, además de ser pionera en nanomedicina catalítica. Dirige los Laboratorios de Nanotecnología y Nanomedicina.

Premios:

En 1991 obtuvo el Premio Weizmann por su tesis doctoral, ese mismo año ganó el Premio Nacional de ciencia y tecnología de la juventud. En 1993 le fue otorgado el Premio Nacional de la Academia de la Investigación Científica. En 1995 obtuvo el premio Unesco “Javen Husain” en Ciencias.

 

Es doctora en robótica y sistemas inteligentes. Desarrolló una “nariz robótica” capaz de simular el sentido del olfato con la finalidad de ubicar aromas humanos, de gases o de elementos tóxicos. Esto podría servir para detectar el olor de sangre, orina o sudor humano para comenzar labores de rescate o puede ser utilizada en fugas de gases en plantas petrolíferas y en instalaciones donde se manejan productos químicos, además de en la detección de explosivos y drogas en aeropuertos, en la exploración espacial, en zonas radiactivas y en muchas otras áreas.


 

Con información de: TecReview y Esceptica.

 


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