El ‘Cineclub Literario’ del Centro Cultural del Bosque es la opción que estabas esperando

Para todos los amantes del séptimo arte y de la literatura ha llegado un opción que definitivamente hará que los miércoles se cubran de eso que todos buscamos: “efímera felicidad”. El Centro Cultural del Bosque ha lanzado el ciclo ‘Cineclub literario’, cuyo objetivo es difundir las aportaciones que los escritores mexicanos han hecho a las grandes obras de la cinematografía.

Esta estupenda oportunidad para conocer más de la íntima unión entre el cine y las letras dio inicio el pasado miércoles 1 de marzo y finalizará el próximo 29 del mismo mes. La películas que se presentarán te llevarán literalmente al cielo.

El pasado 1 de marzo, la sesión inaugural estuvo compuesta por la proyección del filme Subida al cielo (1951), donde participó el crítico cinematográfico Rafael Aviña, quien comentó esta película dirigida por Luis Buñuel, cuyo guionista fue Juan de la Cabada, uno de los autores mexicanos más contestatarios del siglo XX.

En la segunda sesión, programada para el 15 de marzo, se proyectará Raíces (1953), largometraje dirigido por Benito Alazraki que ilustra diferentes aspectos del enfrentamiento entre la civilización moderna y el mundo indígena tradicional, con un guion inspirado en algunos cuentos de El diosero de Francisco Rojas González.

Otra película dirigida por Benito Alazraki es La tijera de oro (1958), protagonizada por Germán Valdés Tin Tan y escrita por Juan de la Cabada y Luis Alcoriza, que podrá ser apreciada en la tercera función del ciclo, el 22 de marzo. Esta obra narra la historia del caritativo Emilio, un peluquero que trata de impedir a toda costa que el rico y empistolado Mario se meta con su novia Rosita.

En la última sesión de marzo del Cineclub literario, el miércoles 29, se proyectará Llovizna (1977) de Sergio Olhovich, basada en un cuento de Juan de la Cabada. Esta cinta cuenta la historia de un hombre de negocios cuyo auto sufre una avería en la carretera y recibe el auxilio de una pareja de campesinos que le solicitan a cambio ser llevados a la ciudad. La película utiliza magistralmente el suspenso psicológico para denunciar los prejuicios racistas de la clase media mexicana.