Incluyen a la jirafa africana como especie en riesgo de extinción
Hace tiempo hablamos del impactante deterioro en la diversidad biológica, provocada por nuestra forma de organizarnos en sociedad. Hoy la jirafa africana Giraffa camelopardalis, uno de los animales más reconocibles de la megafauna africana, se suma a esa lista de especies que están en peligro de desaparecer por culpa de la actividad del ser humano.
Y es que según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su población ha pasado de unos 150.000 ejemplares a poco más de 97.000 en los últimos 30 años. Esta reducción del 40% ha cambiado su clasificación de “preocupación menor” a “vulnerable”.
“A pesar de que es muy común verlas en safaris, zoos o en los medios, lo cierto es que la gente –incluidos los conservacionistas– no se da cuenta de que se dirigen a una extinción silenciosa”, cuenta Julian Denessy, codirector de la Species Survival Commission de la UICN y director de la Giraffe Conservation Foundation. La mayor amenaza para la la jirafa africana es el crecimiento de la población humana en su hábitat. La expansión de la agricultura o la minería, la caza ilegal o los conflictos civiles son factores que están conduciendo a la especie hacia su extinción.
La UICN tan solo reconoce a la jirafa como una única especie con nueve subespecies, a pesar de que varias pruebas genéticas han demostrado que existen al menos cuatro especies de jirafa africana de las cuales, tres podrían incluirse en la Lista Roja como “amenazadas de forma considerable” de aceptarse estos nuevos hallazgos.
Es importante reconocer que las diferentes clasificaciones de riesgo, no ejemplifican adecuadamente la crisis ambiental que supone la desaparición de una especie. Incluso, hablar de “preocupación menor” o “vulnerable”, es otro ejemplo de como las metáforas ocultan la gravedad de los problemas.
Debemos de tener claro que dichas clasificaciones tienen por un lado el objetivo de implantar programas de protección, pero al estar asociadas a categorías de mayor alarma como “en peligro de extinción” o “extintas en vida silvestre” (categoría que se utiliza para el lobo mexicano que sólo se encuentra en zonas de cautiverio), dan la impresión de que su situación no es tan grave y eso impide el desarrollo de políticas que detengan el deterioro del ambiente a manos del sistema económico imperante (extractivo, acumulativo y ecocida).
Con información de Current Biology y Agencia SINC | Comentarios del Proyecto ALTERIUS