Los primates mexicanos están al filo de la extinción
En el calendario mexica, el undécimo signo para nombrar un día de su mes y para conocer el nacimiento de los hombres fue ozomatli, que quiere decir “mico” o “mono”. Quienes en este signo nacían, “tenían por hombres alegres, truhanes, graciosos, representadores y ganaban su vida a ello (…) y si fuere mujer, será cantora, regocijada, graciosa, no muy honesta ni casta, risueña y muy fácil de persuadir”, afirma el Gran Diccionario Náhuatl.
A la importancia sociocultural e histórica de esta especie, plasmada en la cosmogonía prehispánica, en la arqueología y en los mitos fundacionales de diversas culturas, se agregan su relevancia biológica y las estrategias actuales de su conservación. En el sureste mexicano habitan tres especies de primates: el mono aullador negro (Alouatta pigra), el mono aullador pardo (Alouatta palliata) y el mono araña (Ateles geoffroyi), las cuales además representan a México como el límite norteño en la presencia de primates silvestres en todo el continente americano.
Actualmente las tres especies están catalogadas “en peligro de extinción” en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT 2010; y el mono aullador negro y el araña se han clasificado en las categorías de mayor riesgo de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En Tabasco, las tres especies de primates se distribuyen y coinciden en su territorio. No obstante, en los últimos 40 años alrededor de 90 por ciento de su vegetación original se ha perdido. Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), cerca de 77 por ciento de la cobertura original de las selvas tropicales del sureste mexicano se ha perdido y degradado.
Debido a sus hábitos arborícolas y su alimentación folívoro-frugívora, los monos son muy vulnerables a la destrucción, fragmentación y degradación de su hábitat. Además de que en muchos lugares se encuentran amenazados por la caza furtiva y el comercio ilegal de mascotas, refiere la Conabio. Es este escenario en el que, desde hace más de 25 años, Juan Carlos Serio Silva, investigador del Instituto de Ecología (Inecol) —que pertenece al Sistema de Centros Públicos de Investigación Conacyt— realiza trabajo científico para conocer aspectos biológicos, condiciones y cambios que han sufrido estas especies, pero también para difundir y crear conciencia sobre la importancia de su conservación, cuidado y rescate.
“Nosotros hemos querido dar un paso extra a la investigación clásica, queremos retribuir a la sociedad algo del conocimiento adquirido gracias a la investigación científica, enfatizando las razones por las que son importantes los monos y cómo en su vida cotidiana las personas pueden obtener un beneficio con su presencia y cuidado. De ahí vienen los festivales, los programas con las artesanas, los jóvenes que se han involucrado para replicarlo en sus lugares de origen tanto en México como en el extranjero”, explica el especialista.
En una síntesis del proyecto denominado Identidad, conciencia y modelos de conservación para salvar al mono aullador negro y su hábitat natural en Balancán, Tabasco, Serio Silva y sus colaboradores explican cómo la investigación científica básica puede contribuir a generar un beneficio social. “Creo que se tiene que aterrizar la investigación científica generando beneficio social, que no significa solo económico sino también en conocimiento, y el conocimiento ayuda a que puedas entender mejor el valor de tu entorno replanteando la forma de tener beneficios sustentables”, afirma el investigador.
Marco ecológico
Por la relevante función que desempeñan en la regeneración de los ecosistemas, los primates se han considerado como especies prioritarias para la conservación en México. “Nuestros primates mexicanos tienen mucha importancia, son elementos clave en la dinámica de las selvas. Su relevancia ecológica radica en que son dispersores primarios. Muchas plantas no van a germinar si antes no han pasado esas semillas por el tracto digestivo de estos animales. Ellos ayudan incrementando el número de semillas germinadas y su velocidad de germinación”, comenta Juan Carlos Serio Silva.
Considerados por su grado de amenaza, valor social y cultural, significado como emblema internacional, viabilidad de recuperación, especie clave, entre otros criterios más, forman parte de la lista de Especies Prioritarias para la conservación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Las tres especies de primates mexicanos se distribuyen en Tabasco. Según refiere el especialista, el género Alouatta habita en simpatría, es decir, que las dos especies de monos aulladores pueden convivir en un espacio único e incluso se han obtenido algunos reportes que sugieren un posible proceso de hibridación.
Aunado a lo anterior, Tabasco es también una zona idónea para entender diversos procesos ecológicos especialmente relacionados con la perturbación del hábitat. “Desafortunadamente el hábitat original ha sido degradado, fragmentado y transformado a tierras de uso agrícola y ganadero, aislando las especies y reduciendo su distribución. En Tabasco, 90 por ciento de su vegetación original se ha perdido en los últimos 40 años”, refiere.
De esta forma, en la selva fragmentada y con escasa vegetación, los animales quedan aislados. “Y es por eso que nos dedicamos a estudiar en muchos sentidos sobre cómo afecta la perturbación del hábitat en la conducta, ecología y diversos temas que tienen que ver con estas especies de primates”.
Investigadores trabajando
Juan Carlos Serio Silva lidera el grupo de investigación con estudios encaminados a conocer diferentes aspectos de la biología del mono aullador (o saraguato) negro, aunque también han abordado aspectos del mono araña y del mono saraguato pardo.
El equipo ha trabajado ininterrumpidamente en el municipio de Balancán, Tabasco, desde el año 2000, y en 2006 fundaron la primera Estación Primatológica a las márgenes del río Usumacinta, el cual en vocablo maya significa “río del mono sagrado”, y que era mantenida por donaciones y recursos de proyectos.
“Pero desde 2008 y especialmente en 2010, fuimos impactados por las inundaciones que afectaron el mobiliario y equipo que destinamos a nuestros estudios, por lo que reubicamos nuestra estación y encauzamos nuevos intereses académicos que involucran a la comunidad más estrechamente”, expresó.
Fue en la ranchería “Josefa Ortiz de Domínguez”, frente al municipio de Balancán, donde la familia Tejero les permitió establecer una nueva estación de investigación primatológica y de vida silvestre. “Esta es nuestra base de operaciones desde donde salimos a hacer nuestra labor”. Desde ahí, han realizado investigaciones en todo el estado de Tabasco y el resto del sureste de México, que incluyen, entre otras, la relación de los monos con su ambiente, su papel ecológico y su participación en la regeneración de las selvas. Los modelos predictivos de distribución y estudios poblacionales, porque de Tabasco se tenía poca información, “no se sabía ni dónde estaban, ni cómo se encontraban sus poblaciones y su hábitat”.
Entre algunos de los hallazgos que han obtenido en estos estudios se encuentran los comportamientos que despliegan estos primates como respuesta a la fragmentación. Se ha investigado sobre actividades diarias y comportamientos inusuales, porque, según explica el especialista, dada la fragmentación del hábitat, “los monos bajan al piso, y de repente los ves entre los puercos, perros, vacas y haciendo cosas que no tendrían que hacer”. También se ha abordado la presencia y prevalencia de parásitos y enfermedades; sus respuestas fisiológicas, genéticas y hormonales; estudios nutricionales, energéticos y contaminación por metales pesados y, por último, el valor de la educación ambiental en la conservación del hábitat y los monos.
Hasta la fecha, las aportaciones generadas son aproximadamente 20 tesis entre licenciatura, maestría y doctorado; 32 artículos publicados y 160 presentaciones en congresos tanto en México como en el extranjero; además de al menos 10 tesis en proceso. Asimismo, pensando en la formación de nuevas generaciones de primatólogos, han organizado cinco cursos internacionales de primatología de campo en los que han participado alrededor de 100 estudiantes de México y diversos países, con el objetivo de formar a los futuros estudiosos de los primates silvestres.
Vinculación con la comunidad
“La investigación clásica en ocasiones a la gente local no le favorece en muchos aspectos. En un acto de reflexión entre mis compañeros, decidimos que teníamos que trascender un poco más, y una de las cosas que intentamos lograr es que Balancán, que es el municipio que nos ha adoptado para nuestras investigaciones con primates, fuera un ejemplo de conservación a través de la figura de los monos saraguatos”, explica Serio Silva.
De esta forma se empezaron a imaginar Balancán como algo parecido a Michoacán, que se vincula de inmediato con las mariposas monarca, o Baja California, con las ballenas como su referente. “Por muchos años siempre fue el objetivo promover la identidad y el orgullo por los monos aulladores negros y que estos se conviertan en emblema del municipio. Balancán, como un ejemplo internacional de conservación”, señala.
Han logrado, por ejemplo, que el municipio incluyera en todos sus documentos oficiales la leyenda Balancán: Santuario Sagrado del Mono Saraguato Negro. Para el científico, uno de los principales retos ha sido cómo involucrar a las personas en actividades de conservación en beneficio de los primates mexicanos y convencerlos del porqué participar en actividades de conservación. “Entre las actividades que hemos estado implementando para lograr involucrar a las comunidades están las de reforestación y fomentar el uso de cercos vivos, además de promover el establecimiento de pequeños corredores que conecten fragmentos”, refiere.
Las principales actividades realizadas como el fomento de la siembra de cercos vivos con plantas nativas que beneficien a los primates y a las personas pretende, sobre todo, el incremento del hábitat disponible para estas especies. Imparten además talleres informativos y de capacitación sobre uso de cercos vivos, generando grupos de trabajo y monitoreo con personas de la localidad para reforestación. Han establecido un vivero forestal en Balancán para la producción de plantas nativas. Esto a partir de la colecta de semillas y pruebas de germinación que se realizan en ese espacio y cooperando con otros viveros para proveer de árboles nativos. Además, se aprovecha para promover huertos familiares de plantas medicinales, todo con el objetivo de restaurar.
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Festivales y educación ambiental
Uno de los principales objetivos de este equipo de investigadores ha sido la búsqueda de estrategias eficaces para enseñar la importancia de los primates y cómo generar conciencia y un valor relativo para crear actividades que beneficien a la comunidad. “Empezamos a fomentar con las personas el empoderamiento de las mujeres, creando grupos de artesanas trabajando por los primates, lo que permite una mayor identidad y conciencia sobre lo que representan los monos para los que viven cerca de ellos”, afirma Serio Silva.
Un ejemplo de las comunidades en que trabajan es la selva de Los Tuxtlas en Catemaco, Veracruz, en donde se integraron grupos de al menos diez comunidades, con un alcance de 125 mujeres, quienes bordan y pintan con la temática de los monos, “lo que implica beneficios en el sentido tanto psicológico como monetario, al buscar también la profesionalización de grupos de artesanos”.
A otro nivel de atención sobre la importancia de los monos, se ha formalizado un grupo denominado Educadores para la conservación de los primates mexicanos que implementa otras estrategias que tienen como componente la educación ambiental, dirigido principalmente a los jóvenes y niños. Dentro de las actividades que llevan a cabo, imparten talleres informativos en comunidades y escuelas de la cabecera municipal, han realizado murales, exposiciones, juegos, teatro, calendarios donde viene información de los monos, libros que se distribuyen en escuelas locales, poemas, cuentos, canciones, bailes, uso de materiales reciclados, entre otros métodos.
Aunado a esto, y como una de sus mayores plataformas de difusión, han desarrollado diversos festivales, uno de ellos en Veracruz llamado Changos y Monos: Tesoros de Los Tuxtlas, durante 2014 y 2015. Se trata de un evento en el parque central de Catemaco donde hay exposiciones, escenario para actividades tanto culturales como de divulgación científica, conferencias, venta de artesanías, estands y diversas actividades. Para Tabasco, el evento más importante es el que realizan en Balancán, denominado Semana Internacional del Mono Saraguato Negro, el cual se ha realizado desde 2013 y ha crecido en sus versiones de 2014 y 2015. En él participan instituciones académicas, se reúnen especialistas de todo el mundo, además de que se hacen visitas guiadas y un programa científico y cultural.
“Todo ello son formas mediante las cuales queremos generar conciencia en la comunidad, en la búsqueda de salvar estas especies y su hábitat; generar un vínculo estrecho entre los resultados que devienen de la investigación científica y su aplicación en la comunidad”, afirma Juan Carlos Serio Silva.
Información de Agencia informativa CONACyT