El abrazo de la serpiente
Dirección: Ciro Guerra
País: Colombia
Año: 2015
Fotografía: David Gallego
Guión: Ciro Guerra, Jacques Toulemonde Vidal basada en los diarios de viaje de Theodore Koch-Grünberg y Richard Evans Schultes
Estamos acostumbrados a considerar a los pueblos originarios como algo ajeno a nosotros. El cine, en su mayoría el convencional, se ha comportado de la misma manera ante ellos. Comúnmente vemos al colonizador que llega a tierras lejanas y comienza a aprender, y en ocasiones aprehender, costumbres antes desconocidas para él. En El abrazo de la serpiente, dirigida por Ciro Guerra, ganadora de innumerables premios y nominada a mejor película extranjera en los premios Óscar; ocurre exactamente lo contrario, nosotros somos parte del mundo indígena y aquí el extraño es el que llega, el blanco, el colonizador.
El abrazo de la serpiente nos cuenta la historia de Karamakate, un chamán del Amazonas, quien se aferra a su mundo y a no ser colonizado, podemos verlo en su juventud y en su vejez gracias a los diarios de viaje de dos científicos, el alemán Theodore Koch-Grünberg, interpretado por Jan Bijvoet (Borgman, 2013) y el estadounidense Richard Evans Shultes representado por Brionne Davis. A pesar de pertenecer épocas diferentes, uno de 1909, el otro de 1940; los dos guardan algo en común, además de la cercanía con Karamakate, están en busca de la Yakruna, una planta con poderes curativos y alucinógenos, la cual les ayudará con sus dolencias.
No importa que los diarios de viaje en los que la película está basada hayan sido escritos por estos dos hombres, nuestro personaje principal se vuelve Karamakate, éste no solo sirve de guía de los dos hombres, también nos guía a nosotros a través de la película y a través de lo que él cree es lo más importante: el conocimiento compartido, el contacto con la naturaleza y una visión anti-materialista del mundo.
Nuestros tres personajes comparten el deseo del conocimiento al igual que la soledad y las creencias. Claro, ésta última con diferentes rostros, uno el de los mitos, leyendas e historias de un pueblo, el otro, el del conocimiento, la investigación y una familia que espera cruzando el mar y otro un rostro muy particular como lo es el de la música.
El director Ciro Guerra se encarga de caricaturizar y satirizar al cristianismo así como mostrar la ironía en el comportamiento de los curas quienes castigan la crueldad con más crueldad.
Presentada en un blanco y negro que bien podría remitirnos a un mundo prácticamente ya olvidado, pero que aún guarda su belleza e importancia. La transición de un tiempo al otro viene siempre en el momento justo con cortes o secuencias limpias, como la de la naturaleza reflejada en el río.
Lo único diferente y ligeramente preocupante que podemos encontrar en esta obra es el viaje, el cual contiene escenas un poco más convencionales y similares a las que aparecen en películas de dicho género, como Enter the Void de Gaspar Noé o Miedo y asco en las Vegas de Terry Gilliam. Me refiero particularmente a ese momento en que la pantalla se llena de formas y colores.
Lo preocupante no es la similitud, sino que el color en una película en blanco y negro puede hacer el trabajo de resaltar, podríamos llevarnos la falsa impresión de disminuir peso al resto de la trama.
El abrazo de la serpiente es una cinta que podríamos relacionar con el cine de Werner Herzog, con la diferencia de que en las de éste, la atención se centra en la colonización ya hecha o al menos en proceso, en cambio aquí todavía nos queda algo de un mundo que otros se están esforzando por desaparecer.
Karamakate nos invita a dejarnos abrazar por la serpiente, la cual no solo encontramos en el viaje, sino en el lugar mismo donde nos encontramos, los ríos y lo que nos rodea. Mientras que en otras películas se lucha contra la naturaleza, aquí luchamos con ella.
Una historia contada a través de aquellos de los que ésta habla.
Claro que no pude evitar, en algún punto de la película, empezar a entonar en mi mente la canción de la Abuela Sauce.