El infinito de sus ojos (2)

Esta es la segunda parte del infinito de sus ojos Parte 1 al fin y al cabo es infinito.

Wonderwall para hoy

Cuando llega el momento de partir, ese instante en que el alma tiene que abandonar nuestra carcasa y pasar a formar parte nuevamente de la energía universal, la mirada se nubla al mismo tiempo que se exhala el último suspiro y el corazón da el último latido. No es ficción lo que leemos o lo que vemos en las películas, realmente al morir y asomarnos a esos ojos que alguna vez proyectaron vida, nos percatamos que no hay nadie en casa y dejaron las ventanas abiertas al salir, entonces con el montón de recuerdos saliendo por nuestros ojos, las cerramos, conscientes que jamás volverán a abrirse, al menos no en esa armadura.

Mis ojos aparecerán tiempo después en alguien más, ya que es la tarjeta de presentación de mi alma, entonces sí existirán dos pares de ojos que sean idénticos, más no en el mismo tiempo y espacio.

¿Qué ocurre con aquellos cuyas ventanas están averiadas? Muchas veces desde el nacimiento y muchas otras causadas durante el transcurso de la vida. Nuestro cuerpo es etéreo, no es infinito como nuestra alma. Es entendible entonces que sea susceptible a daños. Son personas que vienen a este mundo con un propósito especial, me gusta llamarles héroes. Aquellos que son ciegos y no pueden percibir el alma de los demás expresada en sus miradas, tienen una tarea difícil, mas no imposible. Su alma arde dentro de su cuerpo, pero su mirada está oculta tras un velo, una cortina blanca que impide el asomase al interior de ellos. Viven en la oscuridad a pesar de que son seres de luz como todos.

— ¿Y qué ocurre con el amor? ¿Cómo se expresa nuestra alma cuando estamos enamorados? Ambos sabemos que no tiene un efecto nulo en nosotros, nos ha pasado anteriormente, tanto que se dice que lo enamorado y lo torpe no se pueden ocultar. Una mirada puede hacernos sentir que tocamos el cielo en un solo instante, que nos traicionen los nervios, que nos sintamos desarmados e indefensos… ¡Mira las cosas que me haces decir cerebro! Creo que nuevamente estamos sintiendo que nuestra alma está avivándose, nuestro corazón se acelera y el estómago se siente con miles de mariposas cada que su mirada cruza la nuestra y… Pero está bien, está bien, no me adelantaré a los hechos, continúa yo te escucho.

El amor. Lo que mueve al mundo dirían muchos. Hay tantas expresiones para el amor que caen fuera de la posibilidad de una definición objetiva y universal. Sin embargo, nuestra alma expresa con tanta obviedad el amor que es imposible ocultarlo. Cuando se pide describir al ser amado, además de elogiar la física del cuerpo y las emociones, siempre, siempre escucharemos mencionar los ojos. Hay miradas que enamoran, otras que matan, unas que nos traen paz y las hay que hasta nos incitan a pecar. Pero cómo pueden un par de ojos hacer que las personas pierdan el control, hasta la noción del tiempo. Un alma enamorada no es para mantenerse escondida y es esa luz, ese brillo tan especial el que percibimos en la mirada de las personas que están enamoradas. Volviendo al tema, todos concordamos en que los ojos son parte importante en la descripción del ser amado.

Y es que no estamos tan perdidos, basta con observarlos detalladamente y bastante cerca para caer en la cuenta de lo sublimes que son. Independientemente de la forma y el color de nuestros ojos, la madre naturaleza realmente se empeñó en desarrollarlos. A fin de cuentas su función no es nada insignificante. Se dijo ya que somos estrellas recicladas, nuestra materia alguna vez formó parte de las nubes de polvo cósmicas, nebulosas, galaxias y demás fenómenos del universo. Me inclino a pensar que nuestros átomos tienen memoria, a tal grado que buscan imitar o expresar lo que alguna vez fueron. Pero, ¿cómo es eso? Bien, basta observar muy de cerca las cortinas de nuestras ventanas al alma, aquellas que aportan el color y el principal atractivo, es decir, el iris de los ojos.

Hoy en día con la tecnología es posible fotografiar a detalle casi cualquier cosa, y a algún curioso se le ocurrió tomar imágenes de ojos humanos con alta resolución. El resultado simplemente fue asombroso. Los patrones formados por nuestros átomos, se asemejan muchísimo a galaxias y nebulosas que están regadas por la inmensidad del universo. Sabemos que las estrellas emiten luz según su edad, y al estallar, su materia se reacomoda para crear un único patrón de colores, que puede ser comparado con el iris de nuestros ojos. Siendo así, cómo no enamorarse de la mirada de alguien cuando lo que estamos viendo es una ínfima parte del universo encapsulado en los ojos, asimismo, estamos observando el alma, que no es más que parte de la energía con la que comenzó todo. Es eso, precisamente eso lo que logra una mirada.

Cuando dos almas están destinadas a estar juntas, las palabras sobran, los gestos pasan a segundo plano, basta una mirada. Las almas se encuentran gracias a nuestros ojos, y si son compatibles, se expresarán en las miradas. El destino no se equivoca, toda acción que hagamos o dejemos de hacer tiene un efecto en el mundo que nunca será nulo. Y todo forma parte del destino, las oportunidades no vuelven a pasar dos veces frente a nuestras ventanas. El alma sabrá encontrar en los ojos de otra persona a su otra mitad. Donde las miradas hablan, las palabras sobran.

—Tienes razón, creo que siempre lo supe, pero nunca había llegado el momento en que lo experimentaríamos en carne propia. Creo que estoy enamorado de esos ojos y es que todo en ella es tan bello. Tanto esa carcasa que no trascenderá más allá de esta vida, como ese par de esmeraldas que tiene en sus ojos. Dicen que puedes enamorarte del físico de alguien, pero no durará para siempre, en cambio cuando te enamoras del alma, de sus emociones… de esa sí que no te libras nunca.

Y es que tiene algo en esos ojos que nunca habíamos visto, esa mirada tan inquieta y sublime, incluso a ti, mi querido cerebro, te ha mantenido pensando mucho tiempo en ella. Podría perderme por siempre en las nebulosas verdes que forma su mirada, ese pequeño trozo de universo en sus ojos. Ella fue afortunada, sus átomos alguna vez formaron parte de una estrella de la que solo quedó una explosión en color verde, en cambio me inclino a pensar que los nuestros desaparecieron en un agujero negro, ya que nuestras ventanas son oscuras como la noche. Y ¿qué ocurre en los agujeros negros? Otra singularidad en la que tanto el tiempo como el espacio no funcionan como los conocemos. Es el infinito mismo.

Sin embargo no creo que el infinito se pueda ver en nuestras ventanas, yo lo veo en sus ojos, cada que miro ese par de nebulosas, me encanta pensar que el tiempo se detiene y que puedo quedarme embelesado con su alma por mucho tiempo. En esta batalla de miradas creo que estamos perdiendo, ya que bajamos la mirada al sentir la suya. Tiene un alma tan fuerte que a veces no nos sentimos con fuerza para mirarla y nuestra alma se doblega, haciendo que ambos nos estremezcamos.

Me gustaría pensar que si en esta vida no podemos coincidir por equis o ye razón, quiero creer que al morir su alma y la nuestra formará parte de la energía que servirá para hacer funcionar el universo y posteriormente regresarán a darle vida a nuevas carcasas. Mis ojos aparecerán tiempo después en alguien más, ya que es la tarjeta de presentación de mi alma, entonces sí existirán dos pares de ojos que sean idénticos, más no en el mismo tiempo y espacio. Si el destino cree que no es ahora cuando nuestras almas se mantengan juntas, entonces me encantaría que en otra vida volviese a encontrar ese par de esmeraldas, ese mismo infinito en los ojos de alguien más.

-A mí también.

(Este fue un diálogo a dos voces, mi cerebro y yo)