¿Y la B, qué? El orgullo bisexual exige su espacio

Durante el mes del Orgullo, muchas personas alzan la voz para celebrar la diversidad y exigir justicia para las disidencias sexo-genéricas. Pero dentro de las letras del acrónimo, hay algunas que siguen enfrentando silencios, estigmas y malentendidos. Hoy, queremos mirar hacia la “B” de LGBT: la bisexualidad. ¿Qué significa ser bisexual hoy? ¿Cómo se vive? ¿Y por qué sigue siendo tan incomprendida incluso dentro de la propia comunidad?
Imagina esto: naces, creces y eres socializadx como una persona masculina o femenina, y por encima de eso, heterosexual. Empiezas a sentir atracción por personas de tu mismo género, pero no te escandalizas tanto porque te han enseñado a ver ese interés como una simple “admiración”. Además, te interesan personas del sexo opuesto, lo cual quiere decir que, hasta ahí, todo bien. Luego, te das cuenta de que esa admiración ha escalado a un deseo amoroso, incluso sexual. Entonces empiezas a experimentar cierto tipo de relaciones con el sexo opuesto, porque es todo lo que ves a tu alrededor, porque desde un inicio fuiste encasilladx como una persona “heterosexual”. Pero el deseo sigue ahí. Sabes lo que sientes, aunque tal vez aún no puedas nombrarlo.
La bisexualidad en la actualidad
Antes era común usar este término de forma binaria, refiriéndose a que únicamente puedes sentir atracción hacia hombres o mujeres. Hoy, podemos usarlo para expresar que se puede sentir atracción por más de un género, o incluso por todos los géneros (muy similar a la experiencia pansexual, aunque es cuestión personal cómo decidas nomb.
Lo que sí es verdad es que las personas experimentan la bisexualidad de diversas formas: imagina que toda tu vida has salido con personas del sexo opuesto, hasta que, de repente, decides formar una relación sexoafectiva con una persona de tu mismo género. No lo cuestionas ni lo ocultas. Te permites atravesar esta transición como cualquier otra. Sí, esto puede pasar, y es posible que tengas una preferencia por un género. Sin embargo, no es una regla, no es algo que siempre deba suceder.
Por otro lado, imagina que empiezas a desarrollar sentimientos hacia una persona que se identifica como transgénero o hacia una persona no binarie. Si bien estas identidades atraviesan lo que entendemos como el binarismo de género, es completamente válido que el término se extienda y se comprenda mucho más allá del espectro cisgénero. Es normal que la forma en que se vive la identidad bisexual cambie a través del tiempo, y siempre de acuerdo con los contextos en los que se encuentran las personas.
Muchas personas se nombran como bisexuales a partir de tener sus primeras relaciones no heterosexuales. Otras no se identifican como tal, ya que siguen existiendo prejuicios sobre las identidades bisexuales, como una especie de competencia entre si eres “más hetero” o “más homosexual”. Hay personas que siempre lo han sabido, pero debido a que nunca han tenido una relación sexoafectiva con alguien de su mismo género, tienden a mantenerlo en secreto. En cualquier caso, se viva como se viva, eso no te hace menos bisexual.
Existen más personas bisexuales de lo que piensas
Ok, entonces tal vez no te sientes identificadx con esto. Pero es muy probable que a un conocidx, familiar o amigx le resuene esta información.
Según datos del INEGI, en México, 1 de cada 2 personas con orientación sexual diversa se identifica como bisexual. Conforman el 51.7%, poco más de la mitad del total de la población con orientación no heterosexual en el país. Esto representa una gran parte de la comunidad LGBTTTIQ+, incluso por encima de quienes se identifican como gays o lesbianas.
En este mismo contexto, es importante mencionar que, a pesar de que exista visibilidad y representación, esto no asegura que todos los espacios sean seguros para explorar libremente esta orientación sexual. La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) reveló en 2022 que el 37.3% de la población declaró haber sido discriminada. La discriminación hacia personas bisexuales puede verse un poco así: te ves forzadx a ocultar que eres bisexual, tu orientación es negada o minimizada, tiendes a ser excluidx de la comunidad, y esto se extiende a estudios, investigaciones o programas sociales.
Así que, imagina: finalmente hay un término que te ayuda a comprender la manera en la que te has sentido durante mucho tiempo, te asumes como tal, te presentas como tal, te liberas de tal forma… pero, a su vez, llegan comentarios externos negando todo el proceso que has vivido. Pues mejor, nadota.
Por eso, este Pride Month también es momento para exigir que la B de LGBT no sea solo una letra más, sino una realidad que se reconozca, se respete y se celebre. Crear espacios seguros para personas bisexuales —y para todas las identidades sexo-genéricas diversas— es parte esencial del orgullo. La visibilidad no basta si no se acompaña de políticas inclusivas, representación real en los medios y un compromiso social con la diversidad. Porque sí, hay muchas formas de amar. Y todas merecen ser vividas con libertad.