Trump reaviva la guerra comercial contra México: amenaza con aranceles del 100% a autos mexicanos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a encender las alarmas en el comercio internacional con una amenaza directa contra la industria automotriz de México. En una escalada de su retórica proteccionista, ha señalado que impondrá aranceles del 100% a los automóviles fabricados en territorio mexicano, con el argumento de que su país debe recuperar la producción y los empleos que, a su juicio, han sido trasladados al extranjero.

Estas declaraciones, hechas en una entrevista con Fox News y posteriormente reiteradas en un mitin en Georgia, han generado preocupación en la industria automotriz y en los sectores económicos que dependen del comercio bilateral entre ambos países. La propuesta de Trump, sin embargo, no solo afectaría a México, sino también a Canadá y a otros países con operaciones dentro del mercado automotriz estadounidense.

¿Qué implican estos aranceles y por qué generan controversia?

El plan de Trump contempla tarifas arancelarias del 100% para los automóviles fabricados en México y exportados a Estados Unidos, lo que equivaldría a duplicar su costo al ingresar al mercado estadounidense. También considera impuestos adicionales para el acero, aluminio y baterías de autos eléctricos, una estrategia que recuerda las medidas implementadas durante su administración anterior y que desató una guerra comercial con China.

La medida es interpretada como un intento de fortalecer la manufactura nacional, al forzar a las automotrices extranjeras a trasladar su producción a territorio estadounidense. Sin embargo, las críticas no han tardado en llegar. Economistas y analistas advierten que esta estrategia encarecería los vehículos en Estados Unidos, afectando directamente a los consumidores.

Sam Abuelsamid, analista de Guidehouse Insights, señaló que la propuesta de Trump “no tiene sentido” en términos económicos, pues muchas automotrices ya fabrican en Estados Unidos más vehículos de los que venden en el país. Empresas como BMW, Mercedes y Volkswagen han establecido grandes plantas de ensamblaje en territorio estadounidense, lo que podría convertir las medidas de Trump en un golpe innecesario a una industria ya consolidada.

Por otro lado, el sector automotriz ha manifestado su preocupación ante el impacto en los costos de producción y la estabilidad de la cadena de suministro. La Industria Nacional de Autopartes (INA) explicó que aunque los aranceles afectarían principalmente a los productos terminados, todavía queda por analizar el impacto en la manufactura de partes y componentes.

¿Cómo responderán las automotrices?

La posibilidad de estos aranceles ha obligado a los fabricantes a evaluar estrategias para mitigar su impacto. De acuerdo con un informe de Fitch Ratings, las empresas con mayor riesgo ante esta política son General Motors, Honda, Nissan y Stellantis, debido a su alta dependencia de la producción en México y Canadá.

Para contrarrestar los efectos, algunas automotrices han comenzado a considerar cambios en su estrategia de fabricación. Opciones como la diversificación de proveedores, ajustes en los precios de venta y optimización de costos operativos están sobre la mesa. Sin embargo, Fitch advirtió que no se prevén cambios drásticos hasta que la política arancelaria de Trump se concrete.

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Un factor clave será la postura que adopten otros actores comerciales. Si bien la propuesta de Trump es parte de su estrategia de campaña, la viabilidad de su aplicación dependerá del equilibrio de fuerzas políticas en el Congreso y de la reacción de los socios comerciales de Estados Unidos, principalmente México y Canadá.

Impacto en el comercio y en el T-MEC

La posible imposición de aranceles también pone en entredicho el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), acuerdo que entró en vigor en 2020 tras una renegociación impulsada por el propio Trump. Este tratado establece reglas claras sobre la producción y exportación de vehículos, fijando requisitos estrictos en cuanto a contenido regional y protegiendo a los fabricantes de los tres países.

Algunos expertos advierten que si Trump implementa unilateralmente estos aranceles, podría generar disputas comerciales y presionar a México y Canadá a tomar represalias. China ya ha anunciado que tomará medidas contra las tarifas impuestas a los autos eléctricos chinos, lo que podría ser un indicio de cómo reaccionarían otros países afectados por las políticas proteccionistas de Trump.

Por su parte, la Casa Blanca ha defendido sus recientes decisiones comerciales, como la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos, bajo el argumento de que buscan reducir la dependencia de China en sectores estratégicos como el de baterías y semiconductores. Sin embargo, en el caso de México, la situación es distinta, ya que el país es el mayor socio comercial de Estados Unidos y un actor clave en la manufactura automotriz de América del Norte.

¿Qué pasa con la industria automotriz en México?

México ha visto una caída en sus exportaciones automotrices en los últimos meses. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la exportación de autos ensamblados en el país cayó un 13.74% en enero de 2024, a pesar de un leve incremento en la producción.

Si se aplican los aranceles propuestos por Trump, esta tendencia podría agravarse, poniendo en riesgo miles de empleos en la industria automotriz mexicana, que es una de las más importantes para la economía del país.

La incertidumbre generada por estas amenazas comerciales también podría afectar la inversión extranjera en el sector, ya que las empresas podrían reconsiderar sus planes de expansión en México ante un posible incremento en los costos de exportación.

¿Qué sigue?

Por ahora, la propuesta de Trump sigue siendo solo una amenaza en el marco de su campaña electoral. Sin embargo, las empresas automotrices ya se están preparando para un posible escenario en el que estas medidas se conviertan en realidad.

El futuro del comercio automotriz entre México y Estados Unidos dependerá de diversos factores, incluyendo la evolución de la contienda electoral en Estados Unidos, las reacciones de los socios comerciales y la posible implementación de estrategias para contrarrestar el impacto de los aranceles.

En cualquier caso, la relación comercial entre ambos países enfrenta un nuevo reto que, de concretarse, podría transformar el panorama de la industria automotriz en América del Norte.

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