Brasil da la bienvenida a Nur, el primer oso polar latinoamericano

El acuario de São Paulo ha sido el escenario de un hito sin precedentes: el nacimiento de Nur, la primera osezna polar nacida en Brasil y en toda América Latina. Su llegada, ocurrida el 24 de noviembre de 2024 pero revelada públicamente el 13 de febrero de 2025, ha sido celebrada como un logro en la reproducción de especies bajo cuidado humano, pero también ha abierto interrogantes sobre la ética de la conservación en cautiverio y el impacto del cambio climático en la fauna silvestre.

Un nacimiento inusual en tierras tropicales

Nur es hija de Aurora y Peregrino, una pareja de osos polares de origen ruso que llevan una década viviendo en el acuario paulista. Su gestación fue seguida de cerca por los especialistas del centro, quienes detectaron indicios del embarazo de Aurora a mediados de 2024. En la naturaleza, la reproducción de estos mamíferos sigue un patrón predecible: la hembra se separa del macho, reduce su metabolismo y permanece en una cueva sin ingerir alimento hasta el parto. Aurora replicó este comportamiento en su entorno artificial, un hecho que los expertos del acuario interpretaron como una señal de éxito en la adaptación de la especie a su hábitat controlado.

El parto, documentado en imágenes y videos otorgados en exclusiva a la BBC y posteriormente difundidos por Agencia EFE, mostró los primeros momentos de vida de la osezna. Nació sin pelo y con un tamaño reducido, características comunes en la especie. Su madre la reconoció de inmediato, lo que tranquilizó al equipo veterinario encargado del monitoreo. “Cuando la bebé nació y comenzó a gritar, Aurora inmediatamente volcó su atención hacia ella, y eso fue un alivio para el equipo”, declaró Laura Reisfeld, veterinaria jefa del acuario.

Las primeras 24 horas fueron cruciales para determinar si la madre establecería un vínculo efectivo con su cría. En los registros audiovisuales, se observa cómo Aurora lame a su hija y la acomoda sobre su cuerpo para proporcionarle calor, un reflejo instintivo fundamental para su supervivencia.

Conservación en cautiverio: ¿éxito o dilema ético?

El nacimiento de Nur ha sido presentado como un avance en la conservación de los osos polares, una especie que enfrenta serias amenazas debido al calentamiento global. La reducción del hielo marino ha limitado su acceso a fuentes de alimento y ha puesto en peligro su reproducción en estado salvaje. Sin embargo, el hecho de que un animal adaptado a temperaturas extremas haya nacido en un país tropical levanta cuestionamientos sobre la efectividad de los zoológicos y acuarios como espacios para la preservación de la biodiversidad.

Por un lado, los defensores del cautiverio argumentan que la existencia de osos polares en instituciones como el acuario de São Paulo permite la investigación y concienciación sobre la crisis climática. Además, aseguran que estos centros garantizan la supervivencia de ejemplares que, de otro modo, podrían no prosperar en su hábitat natural. El nacimiento de Nur, en este sentido, es interpretado como un logro científico y una oportunidad para educar al público sobre la importancia de proteger el Ártico.

Por otro lado, los críticos señalan que los acuarios y zoológicos no pueden replicar fielmente las condiciones de vida de un oso polar. A pesar de los esfuerzos por proporcionar un ambiente controlado, el clima tropical de Brasil dista mucho del ecosistema natural de la especie. También se cuestiona si la reproducción en cautiverio realmente contribuye a la conservación, dado que estos animales no pueden ser reintroducidos en la naturaleza. En ese sentido, la existencia de programas como el de São Paulo podría estar más vinculada al entretenimiento que a la protección genuina de la especie.

Un símbolo de la crisis climática

Más allá del debate sobre la idoneidad del cautiverio, Nur se ha convertido en un recordatorio de la fragilidad de los osos polares frente a la crisis climática. La población de esta especie ha disminuido drásticamente en las últimas décadas debido al derretimiento del hielo marino, su principal hábitat. Según estimaciones de científicos del Polar Bear Specialist Group, si las tendencias actuales continúan, los osos polares podrían experimentar una reducción de hasta el 30% de su población para finales del siglo XXI.

En ese contexto, la existencia de osos polares en acuarios y zoológicos cobra un nuevo significado. Mientras que algunos los ven como embajadores de su especie, que permiten sensibilizar al público sobre su situación, otros consideran que su mera presencia en cautiverio es una distracción que desvía la atención de las medidas urgentes que se deben tomar para frenar el cambio climático.

El futuro de Nur: ¿qué sigue para la osezna polar?

A medida que Nur crezca, el acuario de São Paulo tendrá que enfrentar nuevos retos. La crianza de osos polares en cautiverio es una tarea compleja que requiere recursos significativos para mantener temperaturas adecuadas, proporcionar una dieta balanceada y garantizar el bienestar emocional del animal. Además, el interés mediático en torno a su nacimiento podría derivar en una mayor afluencia de visitantes, lo que plantea preguntas sobre la ética de su exposición al público.

Por ahora, la historia de Nur se ha convertido en un fenómeno global. Su nacimiento no solo es un evento singular en la historia de la fauna latinoamericana, sino también un punto de partida para reflexionar sobre el papel de los zoológicos y acuarios en la conservación de especies en peligro. ¿Es este el camino correcto para proteger a los osos polares, o es solo un paliativo que ignora la raíz del problema?

Lo cierto es que, mientras la pequeña osezna crece en un recinto climatizado en São Paulo, sus congéneres en el Ártico enfrentan un futuro incierto. Nur, nacida lejos de los hielos que deberían haber sido su hogar, se convierte así en un símbolo de los desafíos ambientales que la humanidad debe abordar con urgencia.