¿Qué quiere decir que El Salvador adoptó el Bitcoin como moneda oficial?
El Salvador tiene a un mandatario polémico que presume en redes sociales paz en prisiones actos más similares a la tortura o violaciones derechos que a la reinserción social, pero que al mismo tiempo es abrazado por líderes mundiales en tecnología y finanzas. ¿Cómo es posible eso? Gracias al cripto y al bitcoin.
El pasado 8 de junio, Bukele volvió oficial la adopción del Bitcoin como una moneda válida o mejor dicho “de curso legal”, junto al dólar y el colón salvadoreño. Leemos los específicos en Vanguardia:
Desde el propio Gobierno salvadoreño se facilitará el uso del Bitcoin ya que crearán una cartera de criptomonedas que sea gratis y no se cobren las taxas habituales por transacciones. Será voluntaria.
Según Bukele se quiere dar ejemplo sobre cómo el Bitcoin puede cambiar las vidas de la gente e incluso ha reconocido que el Fondo Monetario Internacional y los Estados Unidos ya se han puesto en contacto con él.
I’ve just instructed the president of @LaGeoSV (our state-owned geothermal electric company), to put up a plan to offer facilities for #Bitcoin mining with very cheap, 100% clean, 100% renewable, 0 emissions energy from our volcanos 🌋
This is going to evolve fast! 🇸🇻 pic.twitter.com/1316DV4YwT
— Nayib Bukele 🇸🇻 (@nayibbukele) June 9, 2021
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Posterior al anuncio, en Twitter se armó una sala de audio en vivo (el formato se llama ‘Spaces’) donde el presidente Bukele expuso sus expectativas con la validación (por medio de su presencia en la audiencia) de inversionistas estadounidenses (como Balaji Srinivasan, ex socio de Andreessen Horowitz) y hasta el CEO de Twitter.
El Salvador se convierte en el primer país en aprobar bitcoin como moneda de cambio
El anuncio se produjo con el propio Nayib Bukele participando en Twitter Spaces con más de 23 mil asistentes
¿Y Clubhouse? Déjenlo, ya está muerto (aunque seguro alguien terminará comprandolo) pic.twitter.com/DwzqrOJErM
— Story Baker (@storybaker_) June 9, 2021
Parece que les pasó de noche el tinte dictatorial del gobierno de Bukele y su enemistad con la prensa libre de dicho país.