Brecha digital: La causa justa de los normalistas que fueron reprimidos por Rutilio Escandón

El sistema de educación en línea implementado por la SEP en 2020 viene de una larga tradición de medidas que en su optimismo malinterpretan a las herramientas y tecnologías digitales como soluciones. Estas malinterpretaciones tienen costos altos, ya que al buscar solucionar problemas complejos con respuestas únicas y “homogeneizadoras”, desdibujan las particularidades inherentes a la compleja diversidad de quienes habitamos el país; amplificando las brechas que generan desigualdad y pasando por alto las condiciones específicas de los sectores que históricamente han sido vulnerados por cuestiones de raza, ubicación geográfica, nivel socioeconómico, discapacidad o género.

En junio de 2011, la ONU declaró el acceso a internet como un derecho humano. En México, en junio de 2013, el acceso a internet se convirtió en un derecho reconocido en nuestra Constitución.

El acceso a la educación fue establecido como derecho en la Constitución hasta 1993, sin embargo desde 1922 las Escuelas Normales Rurales en México se consolidaron como instituciones que albergaban la formación de docentes para garantizar que existieran personas que pudieran ejercer labores pedagógicas en las distintas entidades federativas del país. Fue gracias a la organización descentralizada que las personas normalistas han podido garantizar el derecho a la educación en las distintas regiones del país, asumiendo y resarciendo las diferentes brechas y retos que enfrentan en contextos sumamente desiguales para sostener el acceso al conocimiento desde la pedagogía en comunidades campesinas e indígenas.

El caso de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá en Chiapas es particular, desde sus orígenes en 1931 (como Escuela Regional Campesina de Cerro Hueco), pasando por un cierre temporal en 1949 y resurgiendo en 1956 como la ENR de Mactumactzá de la que hablamos actualmente.

La ENR de Mactumactzá también cuenta su propia historia en sus lemas. Dice Marcelo Hernández que en la entrada principal se puede leer: “Aquí estamos los mismos de siempre, no nos vendemos, no nos rendimos ¡Resistimos!”. Mientras que en su escudo destacan las palabras: “Cultura, juventud y patria”.

La resistencia de normalistas en Chiapas (ENR de Mactumactzá), Guerrero (ENR de Ayotzinapa), Puebla (ENR de Teteles), Michoacán (ENR de Tiripetío) y las regiones donde actualmente operan las otras 12 ENRs nos recuerda que la defensa de los derechos tiene muchas caras y se sostienen en los cuerpos de quienes dan la lucha por evidenciar la negligencia, el abuso de poder y también la indolencia de las distintas administraciones gubernamentales que hacen evidente la indiferencia de un Estado que ha mostrado su apatía frente a estas personas a través de la historia.

En el escudo de la ENR de Mactumactzá está la cultura que, así como la educación, también es un derecho. Sin embargo, tanto el derecho a la cultura como el derecho a la educación únicamente pueden garantizarse cuando existen las condiciones que permiten el acceso a ambos, en este sentido aquí es donde podríamos ver cómo el derecho de acceso a internet se engarza tanto con la educación como con la cultura para generar una interdependencia respecto a lo que el acceso a internet podría amplificar para dar un alcance mayor tanto a las herramientas como a los recursos tanto educativos como culturales.

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La responsabilidad del Estado es ineludible en cualquiera de los tres casos, donde su apatía respecto al fortalecimiento y la posibilidad de difusión tanto cultural como educativa se ha visto restringida a ofrecer soluciones tecnológicas que pretenden mostrarse como medidas eficientes, cuando su deficiencia queda evidencia al pasar por alto las desigualdades complejas que no pueden resolverse sin un plan de largo plazo que incorpore a los derechos humanos como eje fundamental para promover soluciones que pongan la dignidad de las personas al centro y genuinamente permitan el goce de derechos.

Particularmente en el caso de la ENR de Mactumactzá, se ha hecho más evidente un tema que desde la defensa de derechos digitales hemos venido anunciando por años: la imposición de soluciones tecnológicas por parte del Estado constituye la instrumentalización de medidas de control que derivan en represión y persecución a los grupos más vulnerados por la desigualdad y el abuso de poder. Respecto a esto, basta escuchar las demandas de las personas que se congregaron el 18 de mayo de este año en Chiapa de Corzo, donde normalistas y familiares exigían que les permitieran presentar el examen de ingreso al ciclo escolar de forma presencial ya que el acceso a internet -a pesar de ser un derecho- aún no está presente en sus comunidades.

El 23 de mayo, la CNDH publicó un comunicado tras la detención arbitraria de 95 estudiantes (74 mujeres y 21 hombres). El 24 de mayo liberaron a las 74 mujeres, quienes denunciaron abuso de autoridad, uso excesivo de la fuerza y violencia sexual. Entre el 31 de mayo y el 1º de junio, quienes se congregaron alrededor de la ENR de Mactumactzá recibieron violencia por parte del Estado resultando en lesiones y quemaduras por gas. A la fecha, mujeres, niños, adultos mayores en su mayoría indígenas siguen recibiendo los abusos por parte de un Estado que no conforme con menoscabar derechos, priva de libertad y fomenta la violencia contra personas que han sido históricamente vitimizadas por sus abusos.

Fuente: Desinformémonos

Lo que sucede en Mactumactzá no únicamente sucede ahí, ni comenzó a suceder ahora. En las ENRs de todo el país y particularmente en Teteles (Puebla), Amilcingo (Morelos), Tiripetío (Michoacán) y Ayotzinapa (Guerrero) las violencia que ejerce el Estado hacia normalistas que defienden el derecho a la educación no ha parado. Así recibimos el mes de junio este 2021, en México.

El acceso a internet, que podría ser una herramienta para fomentar el acceso a la educación, es también una herramienta que podemos usar para romper el silencio, compartir información, construir memoria y sostener la resistencia de quienes llevan siglos defendiendo otros derechos desde otras latitudes. Otros derechos que son también nuestros derechos, otras latitudes que conforman nuestro país y nuestro mundo.

Liberan a normalistas de Mactumactzá y Teteles

Tras protestas a nivel nacional, las y los estudiantes de las Normales Rurales de Mactumactzá, Chiapas, y Teteles, Puebla, que se encontraban detenidos desde el 18 de mayo y 1 de junio, respectivamente, fueron liberados por los gobiernos estatales.

Después de que organizaciones de todo el país, junto con colectivos de profesores, madres y padres de familia y víctimas de desplazamiento forzado hicieron diversas jornadas de protesta para exigir la liberación inmediata de las y los normalistas, el gobierno de Chiapas otorgó libertad condicional a los 19 normalistas de Mactumactzcá detenidos desde el pasado 18 de mayo por exigir condiciones escolares más justas para toda la población.

Fuente: Desinformémonos

Mientras tanto, tras las intervenciones sociales y jurídicas, el gobierno de Puebla liberó a las 43 normalistas de Teteles detenidas el pasado martes por exigir el esclarecimiento de la muerte de dos de sus compañeras. “Sin embargo, se desconocen los términos y condiciones bajo las cuales fueron puestas en libertad”, denunció la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) en un comunicado.

La libertad de los 95 normalistas de Mactumactzá, otorgada después de múltiples protestas a lo largo del país, es condicional, ya que los 19 hombres y 74 mujeres quedaron vinculados a proceso jurídico con riesgo de ser reingresados al penal de El Amate, expuso la Fiscalía de Chiapas.

Las estudiantes de la Normal Rural de Teteles, por su parte, desmintieron “toda declaración del gobernador de Puebla Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta”, quien acusó a las normalistas de “iniciar las agresiones contra los policías” y afirmó no haber incurrido en uso excesivo de la fuerza ni violaciones a sus derechos humanos. “Se realizó una manifestación de manera pacífica con el fin de lograr una mesa de diálogo de carácter resolutivo,” la FECSM aclaró en respuesta en su comunicado.


Las y los estudiantes repudiaron “la acción violenta y sanguinaria del gobierno del estado” y exigieron mesas de diálogo y pronta resolución a sus problemáticas que, para la Normal de Teteles, incluyen la reducción de la matrícula de ingreso, porciones alimentarias justas y los arreglos correspondientes a la infraestructura escolar. En el caso de Mactumactzá, las exigencias se refieren a la realización de procesos de ingreso de manera presencial para garantizar su acceso a toda la población.

“La educación del proletariado en México se ha enfrentado a un sinfín de contradicciones con el gobierno que trata de controlar las decisiones de todos los estudiantes, manteniendo una sociedad sumisa ante los problemas que se suscitan a su alrededor y tomando represalias contra las personas que tienen el objetivo de implementar en la nación una verdadera educación acompañada de democracia, igualdad y justicia para generar un cambio colectivo en el país”, denunció la FECSM.

Texto con información de tres notas del portal Desinformémonos:

  • https://desinformemonos.org/tras-protestas-nacionales-liberan-a-normalistas-de-mactumactza-y-teteles/
  • https://desinformemonos.org/mactumactza-derecho-a-la-educacion-acceso-a-internet-y-violencia-estatal/
  • https://desinformemonos.org/mactzumactza-la-brecha-digital-se-castiga-con-carcel/


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