Periodista contra Presidente, a 2 de 3 caídas

“Se Inyectan Asteroides”, es una columna de Emmanuel Medina


 

El pasado lunes 12 de octubre, en su ritual matutino de otros datos, el presidente de este sufrido país atacó, como ya viene siendo su infame costumbre, a otro representante de los medios de comunicación: esta ocasión, el dardo se dirigió al periodista y cronista californiano, Jon Lee Anderson, afirmando que no entendía el proceso mexicano de su transformación, pues según afirmó Andrés Manuel, Jon Lee Anderson le sugería dejar de increpar a los medios de comunicación.

Esto, a raíz de de que el narrador expusiera sus puntos de vista sobre “el gurú místico”, como calificó al mandatario, en una entrevista a Aristegui Noticias, a propósito de su más reciente antología de crónicas sobre América Latina que, recientemente editada por la casa editorial de los hermanos Rabasa, muestra una radiografía poderosa, inteligente y devastadora del continente latinoamericano, con especial énfasis en las carencias de un México que conoce, como las teclas de su computadora.

Y es que en Aristegui Noticias, entre las preguntas que se elaboraban sobre el lanzamiento de su libro, “Los Años de la Espiral”, y contrario a lo que le susurran los asesores de Andrés Manuel para atacar sin conocimientos, Jon Lee Anderson lo describía de manera más bien benevola.

“Es verdad que Andrés Manuel es algo mesiánico, pero prefiero hablar de él como un gurú místico”, afirmó el periodista. “Retoma cosas de Kahlil Griban, es bonachón y muy afectivo. Si hubiese optado por crear una secta en lugar de dedicarse a la política, habría tenido mucho éxito”.

Como se lee, ni siquiera un halago sarcástico se permite a la libertad de expresión que debe primar y que Andrés Manuel y su deficiente equipo de comunicación no saben leer, literal o metafóricamente, que duda cabe.

Y es que la mirada del reportero y la pluma del cronista, que confluyen en este narrador al que “Los Años de la Espiral” le rinde una acertada edición de una labor, casi mesiánica, él sí, en el ejercicio del periodismo que inició en 1979 como reportero de The Lima Times y que acabó volviéndolo un testigo imprescindible para entender los países de esta América que no habla inglés, como pocos periodistas en los últimos 40 años, es valiosa porque acierta en la descripción de quien nos manda, en este país.

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“América Latina es el lugar con el mayor sincretismo del mundo; pero a la vez es un sitio marcado por su afán de porvenir. Sigue buscándose y evolucionando”, afirma en la dichosa entrevista que tanto molestó a los afanes de la “cuarta transformación”. “Es una región viva y con una gran producción de contenidos culturales. Su gran problema es que le falta consolidar su Estado de Derecho y por tanto su democracia”.

Y es que, sin duda, “Los Años de la Espiral” es, por sobre todo, una travesía, entre 2010 y 2020, donde el mapa latinoamericano se compone de calles, guerras, hambres, selvas, barrios, tiranos y héroes y se despliega ante un observador peculiar y acertado, al que le bastan párrafos certeros para enseñarnos dónde venimos a nacer, con sus luces y sombras, en una edición muy cuidada y que deberían atesorar quienes aspiran a salir del laberinto, a través de la labor de leer noticias hechas narrativa.

Hechas pequeñas piezas de orfebrería literaria donde lo más vil y lo más luminoso se nos despliega un Jon Lee Anderson que sabe, como pocos, que la verdad última radica en las letras.

“Los Años de la Espiral”
Jon Lee Anderson
Editado en Editorial Sexto Piso

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