Más de 26 mil especies están en peligro de extinción

La última actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas, presentada recientemente por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), muestra algo de esperanza para ciertas especies, como el ballena de aleta (Balaenoptera physalus), cuyo estado ha pasado de ‘en peligro’ a ‘vulnerable’, y el gorila de montaña (Gorilla beringei beringei), que ha pasado de ‘en peligro crítico’ a ‘en peligro’.

En un tono de autocomplacencia que sólo se explica cuando se observan estos datos apartados del contexto global y la amplia crisis ecológica por la que atravesamos; Inger Andersen, directora general de la UICN, señaló que “La actualización ilustra el poder de las medidas de conservación, con las recuperaciones que estamos viendo con estas especies”. Y añadió que “Estos éxitos de conservación son una prueba de que los ambiciosos esfuerzos de colaboración de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil pueden revertir la tendencia de la pérdida de especies”.

En 2018 la población de gorilas de montaña se sitúa en más de 1.000 individuos, la cifra más alta registrada para la subespecie.

La población global de la ballena de aleta casi se ha duplicado desde la década de los 1970, llegando a unos 100.000 ejemplares adultos. Esta recuperación se debe a las prohibiciones internacionales sobre la caza comercial de ballenas en el Pacífico Norte y en el Hemisferio Sur, vigentes desde 1976, así como a reducciones significativas en las capturas en el Atlántico Norte desde 1990.

“Los esfuerzos de conservación deben continuar hasta que las poblaciones ya no estén amenazadas”, ha explicado Randall Reeves, presidente del Grupo de Especialistas en Cetáceos de la UICN.

Esta misma esperanza se refleja en el gorila de montaña que ha recibido intensas acciones de conservación, incluyendo patrullas contra la caza furtiva, intervenciones veterinarias in situ y la eliminación de trampas. En 2008 la población de gorilas de montaña se estimaba en unos 680 individuos; en 2018 la población se sitúa en más de 1.000 individuos, la cifra más alta registrada para la subespecie.

Pero es importante recalcar el matiz que hace Liz Williamson,del Grupo de Especialistas en Primates de la UICN, quien comentó que “Si bien es una noticia fantástica que las poblaciones de gorilas de montaña estén aumentando, esta subespecie aún está en peligro y, por lo tanto, los esfuerzos de conservación deben continuar”.

Las especies que empeoran

A pesar de las buenas noticias, de las 96.951 especies que incluye la Lista Roja de la UICN, unas 26.840 están aún amenazadas de extinción. Según la actualización, siguen existiendo amenazas para la biodiversidad.

A pesar de la recuperación de la Ballena de Aleta, el reporte señala que la sobrepesca está causando un declive de las especies de peces en muchas partes del mundo en desarrollo.

Los expertos revelan que la sobrepesca está causando un declive de las especies de peces en partes del mundo en desarrollo, con un 13% de las especies mundiales de meros. Esta especie es muy apreciada en todo el Caribe, pero la sobrepesca ha causado descensos locales de más del 80% desde los años 1980.

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“El agotamiento de las poblaciones de peces es una gran preocupación para la seguridad alimentaria, en particular para las comunidades costeras de los países en desarrollo”, ha indicado Yvonne Sadovy, copresidenta del Grupo de Especialistas en Meros y Lábridos de la UICN.

La sobreexplotación también ha generado que el 9% de las 458 especies de peces del lago Malawi estén ahora en peligro de extinción. Tres de las cuatro especies de tilápia (Oreochromis karongae, Oreochromis squamipinnis, Oreochromis lidole), los más valiosos económicamente en Malawi, están ‘en peligro crítico’. Las pesquerías de tilápia están al borde del colapso. Más de un tercio de los habitantes de Malawi dependen del lago Malawi, el tercer lago más grande de África para su alimentación y su sustento.

La disminución de las especies afecta significativamente el precio del pescado en todo el mundo y reduce la seguridad alimentaria para millones de personas que dependen de la pesca a pequeña escala y de subsistencia para sobrevivir.

Por otra parte, la sobre explotación forestal también amenaza al palo de rosa africano (Pterocarpus erinaceus), un árbol maderero de importancia mundial, que entra en la Lista Roja de la UICN en la categoría ‘en peligro’.

Originaria de África occidental y central, la madera de color marrón rosado oscuro de este árbol se utiliza a escala mundial para elaborar muebles, suelos, y utensilios domésticos a precios asequibles y en la construcción. Entre 2009 y 2014, el comercio de madera del palo de rosa africano se ha multiplicado por 15 para satisfacer la alta demanda china.

“A medida que la demanda supera el suministro legal de madera de palo de rosa africano, las redes de comercio ilegal se están volviendo cada vez más lucrativas”, ha advertido Sara Oldfield, copresidenta del Grupo de Especialistas de Plantas de la UICN, quien ha recordado que menos del 2% de los bosques nativos de este árbol están protegidos y gran parte de su hábitat se encuentra en zonas de conflicto.

Los expertos destacan además el declive de otras especies como las especies de agar, un árbol utilizado para perfumes y fragancias; el aro gigante (Amorphophallus titanum), conocido como “flor de cadáver” por su hedor; o la tortuga mexicana (Gopherus flavomarginatus), la especie más grande de América del Norte que pasa de ‘vulnerable’ a ‘en peligro crítico’.

Con información de la UICN y Agencia SINC.

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