Un memorial para periodistas en ‘Matar a nadie’
Aunque existen verdades difíciles de aceptar, ya sea por lo crudo y/o por lo incómodo que resultan al poder, algunos siempre harán lo posible para que no sean olvidadas y [más bien] sean visibilizadas. Ponerles rostro y contar sus historias.
Es el caso de las víctimas del crimen organizado en México, de quienes resulta increíble que no se tenga un registro fiel y confiable, menos cuando algunos órdenes de gobierno decidieron que una forma de erradicar la violencia sería dejando de actualizar la base de datos con hechos violentos.
Hablamos de la necesidad de un registro preciso porque encontramos una nota en Mexico.com que habla del esfuerzo de un grupo de reporteras a lo largo del país en búsqueda de plasmar la historia de cada uno de los 166 periodistas asesinados en México desde el año 2000 a la fecha. La cifra y los nombres no fueron obtenidos [claramente] del inexistente registro federal de víctimas, sino de esta manera:
El número de casos de asesinatos se obtuvo del cruce de cuatro bases de datos de organismos no gubernamentales que documentan la violencia contra el gremio: la agencia feminista Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), Artículo 19, Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección a de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés).
Este esfuerzo es un memorial en línea llamado Matar a Nadie, nombrado así porque pareciera que quitarle la vida a un periodista en nuestro no tiene consecuencias. Y es que, aunque hay casos a los que se les da cierto seguimiento como las muertes de Miroslava Breach y Javier Valdéz, otros tantos quedan en el olvido luego de haber perdido la vida por ejercer su profesión en libertad.
Por ejemplo, encontramos el perfil de Selene Hernández León, quien fuera periodista en el Estado de México, por Verónica Galicia. Una particularidad de Matar a Nadie es el reporteo y sensibilidad detrás de estos textos, siendo verdaderos obituarios para los profesionales de la palabra que han partido. Citamos del perfil:
Era la década de los noventa. Selene Hernández León, recién llegada a Toluca desde el Distrito Federal, tenía 18 años, la rebeldía a flor de piel y unas ganas de vivir “muy cabronas”, recuerda su amiga Rocío Franco.
Comenzaba sus estudios de Sociología en la Universidad Autónoma del Estado de México. En ese tiempo conoció a Miguel Alvarado, su compañero de vida y profesión por 16 años.
Lectora voraz, informada, organizaba tertulias con sus amigos y compañeros universitarios. Siempre los regañaba porque no leían y solo les preocupaba afianzar futuros cargos burocráticos, cuenta Franco: “Ustedes son unos güevones. No leen, nada les interesa. Tenemos 20 años, la vida por delante y no tienen interés por nada”, les decía.
Selene desarrolló habilidades para la fotografía, el dibujo y el diseño, a la par que iniciaba su carrera como reportera. Su espíritu sensible no mermó su lado duro, reacio y apasionado.
Visita Matar a Nadie para ver todos los perfiles y un mapa interactivo al respecto.
Y lee más sobre el proyecto en Mexico.com, un nuevo medio digital al que le damos la bienvenida 🙂