Celebran la obra de Inés Arredondo a 90 años de su natalicio

Inés Arredondo (1928-1989) “es la primera narradora mexicana del siglo XX y la más grande”, aseguró anoche el escritor Eduardo Antonio Parra en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, quien dialogó sobre la obra de la escritora sinaloense con la escritora y periodista Mariel Iribe Zenil. En el evento también estuvo presente Rosalía Chavelas, subdirectora de Documentación y Publicaciones de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

“Para mí, ella está a la altura de otros dos grandes cuentistas: José Revueltas y Juan Rulfo. Pero cada vez que la estoy leyendo, pienso: ‘Ella sí se los lleva’, porque creo que es más artística y ambigua que ellos dos”, sostuvo Parra.

Durante la charla conmemorativa por los 90 años de su natalicio (que se cumplirían el 20 de marzo), el narrador multipremiado confesó: “cada vez que leo a Arredondo me deslumbra la perfección de su prosa y la concepción de sus relatos. Ella trata de expresar la inexpresable ambigüedad de la existencia”.

En la actividad literaria organizada por el INBA, a través de la Coordinación Nacional de Literatura, el autor de Nostalgia de la sombra indicó que, pese a todo lo anterior, Arredondo ha tenido pocos lectores. Tal vez por su ambigüedad y rareza, independientemente de haber sido reconocida por Juan García Ponce, Juan Vicente Melo y Salvador Elizondo. 

Explicó: “Yo empecé a leerla con La sunamita, un cuento perfecto y de una calidad increíble. Es una de sus obras más sencillas, pero lo cierto es que Inés Arredondo no es nada sencilla. Luego leí La señal, un cuento completamente enigmático. Siempre he dicho que es probablemente uno de los más extraños que hay en nuestra literatura porque es ambiguo. Se sintetiza así: la experiencia mística de un ateo dentro de una iglesia”.

Señaló que otro de sus cuentos favoritos de Arredondo es Río subterráneo, un relato abrumador que trata sobre la locura.

Durante su participación Mariel Iribe Zenil recordó que Inés Arredondo nació el 20 de marzo de 1928 en Culiacán, Sinaloa, y murió el 2 de noviembre de 1989 en la Ciudad de México.

Apuntó que en su obra literaria “idealizó su infancia” enmarcada en Eldorado, un lugar imaginario, como el Macondo de Gabriel García Márquez.

“Lo que vivió en su infancia y los problemas que tuvo posteriormente, tanto de salud como con su familia, se vieron reflejados en sus cuentos. La mezcla de la realidad con la ficción es lo que hace que su literatura sea tan densa y a la vez tan perturbadora”, explicó.

Iribe Zenil también señaló que la ganadora del Premio Xavier Villaurrutia en 1979 abordaba temas muy difíciles para su época, como el incesto, el aborto y la prostitución. “Los tocaba porque era una mujer muy valiente, ya que quiso, desde una perspectiva profesional y personal, ahondar en su escritura”, comentó.

Rosalía Chavelas, subdirectora de Documentación y Publicaciones de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, apuntó que la obra de Inés Arredondo es de gran calidad, por lo que merece ser difundida para incrementar su número de lectores y generar un diálogo con el público joven y los nuevos escritores.

De acuerdo con Chavelas, la obra de la cuentista “cumple un amplio espectro de temas que despertarían la curiosidad de cualquier lector, que en este momento, el siglo XXI, son de plena vigencia”.

Y agregó: “Es impresionante releerla y sorprenderse por la minuciosidad de relojero con la que va ofreciendo cada palabra y cada escena. Por todo ello, se debe revalorar su trabajo”, finalizó.

La señal (1965), Los espejos (1988) y Río subterráneo (1979) son los tres títulos de cuentos que escribió Arredondo, cuya obra no es extensa pero que contiene una profundidad e intensidad impactante.