Charles Darwin, sus errores y el investigador que su legado enterró

Hoy, 12 de febrero, se cumplen 211 años del nacimiento de Charles Darwin. Considerado como el responsable de la teoría de la evolución y padre de el origen de las especies, su natalicio es una oportunidad perfecta para recordar algunos puntos no tan conocidos sobre el investigador.

Por ejemplo, hace un tiempo en Tercera Vía comentábamos que quien realmente acuñó la frase “el origen de las especies” fue Alfred Russel Wallace, científico que con las décadas ha tenido cada vez menos reconocimiento. La historia cuenta no una rivalidad con su colega sino más bien un desprecio a la fama:

Contrariamente a las afirmaciones de que Wallace fue engañado para quitarle su lugar legítimo en la historia, surge un cuadro de un hombre profundamente temoroso de la pompa y circunstancia, que consideró los honores que le concedieron durante su vida como algo que le causaba molestia.

En una carta a su editor, James Marchant, Wallace se queja de que está “bastante cansado de las medallas”, después de haber recibido casi todos los premios a disposición de la Royal Society. También menciona que fue invitado a posar para el artista John Collier, cuya obra maestra inmortalizó la imagen de Charles Darwin – pero inmediatamente lo rechazó. “Creo que es posible que haya declinado de forma abrupta y quizás Collier se haya sentido herido”, escribió Wallace.

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Las cartas son parte de una colección privada que también incluye notas escritas a mano para un libro titulado ‘Darwin y Wallace’, que el científico y su editor estaban trabajando en la época de la muerte de Wallace en 1913. 

La historia completa es realmente interesante.


Por otro lado, en El Español encontramos una lista de datos realmente curiosos sobre Darwin, sobre como su gran nariz lo hubiera dejado fuera del Beagle debido a las creencias del capitán:

El capitán era un ferviente seguidor de las teorías de Johann Kaspar Lavater, un teólogo que creía que la personalidad de una persona se puede medir a través de su fisionomía y que, por ejemplo, una nariz prominente es un indicador de debilidad.

Afortunadamente todo quedó en un pequeño atisbo de superstición y Darwin y su nariz pudieron subir al barco.


En Hipertextual rememoran algunos de los más grandes errores de Darwin, ya que aunque su propensión al revisionismo era una de las fortalezas más grandes de su trabajo, aunque no estuvo exento de fallas:

Aun así, el naturalista no pudo prevenir todos sus errores. Es algo completamente imposible. Así, a día de hoy, todavía hay quien pretende usar estos fallos en su disposición intelectual para detractar el brillante trabajo que realizó. Probablemente, el mayor error de Darwin fue pensar que todas los seres vivos provienen de una célula original primitiva. La célula ancestral.

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Definitivamente, hay más de Charles Darwin que lo visto en las clases de biología de la secundaria.

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