Vía Futura: Arrancan las ‘Tertulias Científicas’ en la CDMX
El genio de Nikola Tesla apuntaba apropiadamente que a pesar de vivir en una sociedad dependiente de los avances científicos y tecnológicos, la mayor parte de la humanidad es sumamente ignorante de tales temas. Esto es cierto en todas las sociedades, incluso en las de mayor nivel socio-económico 1Sólo así se entiende que un sujeto (o una representación ideológica para ser más preciso) como Donald Trump haya sido elegido presidente de los EUA, grave problema en un mundo donde la cultura científica constituye parte fundamental del desarrollo humano.
Desde mi perspectiva es urgente tomar acciones para llevar al espacio público debates y proyectos para democratizar el conocimiento respecto a los mecanismos físicos del origen del Universo, las teorías respecto el paso de lo inerte a lo vivo y la emergencia de la consciencia (el apasionante problema mente-cerebro, que ha dividido a los y las grandes pensadoras de la historia).
Tres problemas que constituyen el núcleo de los misterios que han perfilado todo relato humano; ya sea filosófico o religioso e incluso el detonador de las múltiples expresiones artísticas y culturales que han invadido nuestros mundos.
Existen múltiples esfuerzos por divulgar estos temas, pero por lo general carecen de un elemento fundamental para afianzar una comunidad, que aún sin estar especializada, esté lo suficientemente interesada como para involucrarse no sólo en el aprendizaje sino en la difusión de estos tópicos en sus lugares comunes (entornos familiares, espacios laborales e incluso en momentos de esparcimiento).
Ese elemento ausente en proyectos tan espectaculares como la producción de series documentales disponibles en plataformas de gran impacto como Netflix 2Quizá el retorno de COSMOS es el fenómeno más importante en este sentido es la interacción humana. La Ciencia, debido a su carácter esencialmente escéptico, empuja inevitablemente a la duda y ese fenómeno, en momentos donde lo que buscamos desesperadamente es alguna certeza para confrontar el vacío de nuestros tiempos, es quizá el elemento clave para entender el abismo que separa a la comunidad científica del resto de las y los ciudadanos.
Los factores políticos y económicos que incrementan cotidianamente esta brecha, han sido explorados por un esfuerzo colectivo llamado Alterius (del cual formo parte desde sus inicios). Un colectivo que se ha planteado la posibilidad de hacer Ciencia Comunitaria; esto es de forma libre, autónoma, autogestiva y sobre todo en espacios públicos. Se podría decir que a este esfuerzo lo vertebra un principio básico que también el gran Tesla expresaba de forma magnífica: «La ciencia no es sino una perversión de sí misma, a menos que tenga como objetivo final el mejoramiento de la humanidad».
Desde nuestra lectura, dicha perversión puede resolverse si hacemos de la Ciencia un bien común; algo que pueda empoderar a las comunidades, no sólo por el impacto profundo que surge al reflexionarnos incorporando el conocimiento producido por el método científico, sino adoptando cotidianamente las herramientas de exploración que provee dicho método. Nuestra propuesta básicamente es la de divulgar, conocer, discutir y sobre todo hacer Ciencia.
Para cumplir nuestros objetivos, no encontramos otro camino que no sea el de salir a la calle y crear espacios de encuentro común. Es por esto que iniciamos este nuevo esfuerzo para sacar la divulgación de los medios y las formas tradicionales; las Tertulias Científicas estarán diseñadas para aprender y reflexionar en colectivo, aprovechando las labores de divulgación que hacemos en medios electrónicos.
En esta primera sesión, mientras bebemos un saludable café producido por comunidades autónomas de Chiapas, revisaremos algunas de las notas más relevantes que hemos publicado en Tercera Vía en las últimas semanas:
Discutiremos las implicaciones éticas y los potenciales efectos socioeconómicos de la Inteligencia Artificial:
¿Robots asesinos?: Hasta los “buenos robots” son terroríficamente impredecibles
Abordaremos las propuestas más novedosas respecto al origen de la vida:
Un nuevo modelo químico podría explicar el origen de la vida
Veremos la tremenda complejidad evolutiva que fue necesaria para constituirnos:
Y finalmente valoraremos la importancia de la danza para revertir los efectos neurodegenerativos de la vejez:
Sin más, la cita con el asombro y el quiebre existencial que siempre nos significa, es este jueves 14 de septiembre en el café cultural “Semillero de Copil”, ubicado en División del Norte 2642, frente a la Alberca Olímpica de la CDMX.