‘Un futuro anterior’ en el Laboratorio Arte Alameda
A partir de este jueves 8 de diciembre se podrá conocer la exposición Un futuro anterior del artista plástico Erick Meyenberg en el Laboratorio Arte Alameda (LAA), bajo la curaduría de José Luis Barrios. Dicha muestra es el resultado de un proceso de creación de tres años donde reflexionó en torno al tiempo y la vida, y que tiene como finalidad la indagación acerca de las relaciones posibles entre arte, literatura y tecnología.
Entrevistado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, Meyenberg comentó que se trata de un trabajo personal en el que compartió experiencias con el curador, “sobre un momento de fragilidad de la vida y el cuerpo, pero también sobre la fuerza y potencia de la vida, las piezas son resultado de todas estas reflexiones estéticas, emocionales, filosóficas y artísticas”.
Explicó que el proceso creativo se nutrió de la literatura y autores como Marcel Proust, eje vitalicio de su trabajo, pero también otros como Thomas Mann, Clarice Lispector y Roberto Bolaño.
“En todo este proceso aparecieron varios acompañantes tangenciales, estructuraron todo el cuerpo y el pensamiento de la obra y gran parte de estos acompañantes fueron literarios. Yo creo que los libros siempre llegan en un momento muy particular, específico y crucial a la vida. En mi caso fue En busca del tiempo perdido, que llegó en un momento clave que me ayudó a entender la experiencia que estoy viviendo y exponenciarla hacia otros niveles de comprensión”, señaló.
A la par de estos autores, Claude Monet es otro personaje crucial dentro de las experiencias estéticas de su trabajo.
Dividida en tres núcleos, la muestra presenta once piezas de videoinstalación, obra fotográfica y una instalación escultórica. El recorrido, dijo, se ha trabajado de forma cuidadosa, ya que también se busca generar una experiencia sonora en el espectador y era necesario cuidar los detalles al ser un espacio complejo en su arquitectura.
“Hay un recorrido propuesto, aunque la gente puede deambular libremente por el espacio. Cada núcleo te genera una experiencia audiovisual muy particular, pero siempre hay indicios de las otras piezas que van jugando y haciendo ecos conforme vas recorriendo el museo”.
Señaló que busca compartir una experiencia y tratar de hacerlo de la manera más humana posible. “Yo siento que el arte contemporáneo se ha vuelto demasiado frío y ha olvidado esta parte emocional y humana de compartir, este trabajo de tres años es eso, es una intención de poder compartir las fuerzas básicas que mueven la vida y que conforman las experiencias de un ser humano en el trayecto”.