Amor y erotismo en la isla: 5 poetas contemporáneas cubanas
La poesía puede ser un sistema de orientación en un espacio específico, por ejemplo, en la cartografía del deseo o del amor. De tal manera, resulta un mapa que orienta la pérdida, el desconocimiento y el misterio. Se trata de perderse, adentrase en el terreno enigmático de lo sugerido por las palabras. Abandonarse en la poesía es también conocer una forma particular de vivir, de sentir y expresarse. Toda toda poesía es una isla, y hay poemas que expresan una doble condición de islas: este es el caso de la poesía en Cuba.
A continuación presentamos una breve selección de poemas escritos por las voces femeninas de la poesía cubana reciente.
La flor de la lujuria
Manos anónimas la desterraron del jardín
cuando el viento encofraba los moldes
para llenar la ausencia.
Las aves emigraron
despavoridas,
se unieron a la niebla abrasadora
y tomaron la ruta suicida de la sombra.
La única cosecha que la noche trajo consigo
fueron los parques vacíos
y el semen escuálido,
casi polvo,
entre las valvas de la flor.
En sus entrañas aletean los pactos incumplidos,
las horas circulan entre diástole y sístole
como perro vagabundo
por las calles en carnaval.
La edad de los combates pasó junto a la tarde
y ahora sólo le queda el consuelo
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de contemplar la paz del horizonte.
Ella sabe que a pesar del castigo
hay un embrión que crece
en las más íntimas oquedades del alma
barrer el silencio
y abrevar la semilla.
El consuelo y la soledad envejecen
olvidados
en un túmulo a orillas del río,
cada grano de arena se convirtió
en óvulo
y el agua entró plácida
hasta su centro.
Las mismas manos del juicio aparecen extendidas.
La flor busca otra vez su sitio entre hojas bermejas,
suya es toda la tierra.
Mireisy García Rojas
Por si vas a darme de comer
Puedo comer de tu mano como un pájaro
inclinarme a beber —como un ciervo— en tus ojos…
Es en este acto de las visitaciones
cuando sacio mi hambre mi sed de clavicordios
—de palabras que son hacia ellas un símbolo
donde tengo que hurgar para encontrarte.
En ese solo de vida en que te espero
—con la lengua tendida hacia el milagro del vino
arqueándose en la hondura de los vasos rebosados de trigo—
cabe todo el ritual del cachorro amamantado
de la boca entreabierta
que besa en la boca a la boca descorchada
y pacta el salmo de los fieles
que se echan al gaznate
la sangre y el cuerpo del hijo pródigo oloroso a levadura.
Puedo lamerte las pupilas
pastar temblando en la largueza de tu superficie
las migajas del vino que se ofrendó a los dioses
pero témele:
has de saber
que si me das de comer como al cisne como al ciervo
existen trampas agolpadas en los frutos
en los círculos iridiscentes del lago donde bebo
en el ansia con que regurgito una y otra vez el adentro de tus párpados
para lamerlo despacio con mis mañas
con mis ritos de ave y bestia que puede huir despavorida si te acercas
pero que deja intacta la planicie de tus aguas
y queda quieta en su fijeza:
haciéndole la venia a tu mano extendida.
Jamila Medina Ríos
how i wish
dime cuánto ocupa ese dolor, cuánto conforta,
hasta dónde puedes sentir la proporción,
si eres la tiniebla o la tiniebla.
ese llanto que transpiras te asienta y nos asienta.
te hace bello ante mi abrazo tembloroso
esa manera de condoler al mundo relativo.
cuando todas las criaturas te contemplen
aún serás bello ante mi abrazo tembloroso
aún podrán las criaturas nombrar mi abrazo y tu dolor.
dime si sientes el dolor, si tiemblas o si temes, dije:
ésta es la verdad:
el cielo se atrasa respecto a tu carrera y a tus giros.
eres todo lo volátil, aquello que el sentido jamás logra consumar,
eso eres: lo minúsculo, igual lo majestuoso
y yo amo cómo sientes la muerte, la no muerte,
sin un rictus de ansiedad, y tus ojos de varón
no pueden contener esa lágrima sumamente delicada,
ya no pueden excluirla.
quiero solo para mí el movimiento de ese llanto
por mi espalda, el resultado de esa lágrima.
cómo quisiera tenerte a mis espaldas, a mi lado,
sentir para ambos el dolor, completo, el inaudito
—lo que traba al resto nos libera, nos da estabilidad—.
entre estas piernas quiero que lastime lo feliz
y nacerte a mi dolor, a mi lágrima novicia:
el agua más creada por tus labios para tu propia iniciación
silente y poderosa.
existe frente al mundo, apelando a ese dolor del éxtasis
que perennemente nos hará mortales.
allí tu resplandor perfora este hemisferio,
donde no me rigen ni me rijo y soy
la tiniebla y la tiniebla.
Aymara Aymerich Carrasco
[Vengo como si quererte…]
Vengo como si quererte fuera tirar piedras al lomo azul de mi perro; vengo dándote los abismos y hasta las fiebres que padecimos juntos; vengo dándole dolor al sístole, agarrando siluetas que se tornan tornasol y enseñas tus dientes que si libres fueran sangraría todo en mí, y lo peor es que yo sé que me quieres tanto que no te alcanza el valor para matarme a poquitos. Aun así me atrevo a decirte que al final del día te caigo muerta; quiero que te desvanezcas tranquilo, sin verme, palpando el eco ensimismado de mi voz. Pero si en el barullo de mis órdenes te quedas atrás, lo siento, amor. Por esa puerta no cabe tu alma.
Liliana Sariol Izquierdo
Necesidad
Estoy sola, perpetua y enclaustrada,
tratando de esconder las ansias locas
de volver a la auténtica morada
donde fui la pasión de tantas bocas.
Marcho impura, fugaz, desesperada,
abriéndome camino entre las rocas.
No quiero una lujuria desmembrada.
No quiero que estas ganas sean pocas.
Por eso vuelvo a las mordidas tiernas,
a donde guardo mi genuino nombre,
donde estas carnes se verán eternas
sin que nadie se queje ni se asombre.
Es que tengo calor entre las piernas
y voy corriendo a conseguir un hombre.
Mariene Lufriú Rodríguez