Joder a México
Ignoro, obviamente, si Enrique Peña Nieto ha visto el documental de Carlos Mendoza, uno de los más prolíficos y atinados en su campo, titulado: Joder a México, haciendo una parodia de la frase del atlacomulquense: “Mover a México”. Pero me resulta sorprendente que el ejecutivo señale en una declaración “ningún presidente (mexicano) se ha levantado (cada día) pensando como joder a México, sino cómo hacer para que al país le vaya bien” (La Jornada, 25 de octubre).
Y lo que dice Peña Nieto es erróneo. Ejemplos, Miguel Alemán y sus mil negocios para los amigos. Gustavo Díaz Ordaz y la represión del 68. Luis Echeverría y sus matanzas, especialmente el 71. José López Portillo y su nepotismo.
Y en los tres últimos casos de mandatarios, para abusar del espacio: Vicente Fox, su ignorancia supina y Martha Sahagún y los negocios para sus deshonestos hijos Bribiesca. Felipe Calderón y su errónea guerra contra el narcotráfico que todavía padecemos. Y el mismo Peña Nieto que va desde la Casa Blanca hasta la visita de Donald Trump, pasando por la desaparición de los 43.
Tal vez, es cierto, no todos los días se pararon enloquecidos por sus sinrazones, pero el resultado es un México más injusto, con mayor polarización social, enorme pobreza y una inseguridad que no habíamos visto desde el porfiriato. Y si estos y otros problemas no sacudieron a los mandatarios en turno, más grave el asunto ya que fueron irresponsables, omisos, parciales, ignorantes.
Veamos algunas perlas actuales.
El mismo Peña Nieto dijo muy orondo: “Si pudiera regresar el tiempo (sic que invoca a los astrólogos) hubiera enfrentado la visita del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, a (nuestro) país de otra manera” (La Jornada, ídem). Lo que muestra claramente, que no supo lo que hizo, hace una prédica de algo que ya no tiene sentido y se muestra como alguien que enfrenta los problemas sin entender realmente a qué atenerse.
¿Eso es creer no joder a México? ¿Es entender realmente cuál es su papel como jefe de una nación? ¿Es pensar en los cinco millones de compatriotas que podrían ser regresados al país si ganara Trump? ¿Es defender a los ocho o más millones de chicanos que mandan al año más de 25 mil millones de dólares para que no colapse la economía de acá?
Incluso no se entiende que Enrique señale que la intención de invitar a Donald era buena. ¿Para quién? Lógicamente para Trump que la presumió en su tercer debate contra Hillary.
Por cierto, Peña no recordó que elogió a Javier Duarte, el prófugo de la justicia y quien luego de muchos regodeos, por fin, fue expulsado del PRI. Igual alabanza hizo de Roberto Borge, el cual en Quintana Roo dejó varias cuentas pendientes y una gran cantidad de desfalcos.
También señaló el habitante de Los Pinos que el país en términos económicos está creciendo. Algo que seguramente difundirá la OCDE, encabezada por Ángel Gurría, quien se jubiló de Nacional Financiera hace años con un salario de varias decenas de miles de pesos, como si fuera ex presidente de la República. Pero que únicamente lo hagamos a menos del dos por ciento, es una muestra clara que las famosas reformas estructurales no sirvieron de nada, ya que a dicha tasa lo hacemos desde el gobierno de Miguel de la Madrid, cuyo hijo, Enrique, hoy es secretario de Turismo (sic que recuerda el pago de favores).
La realidad es que la situación económica es terrible. Recientemente la calificadora Fitch Ratings afirmó: México está disfrazando su deuda externa, ya que Pemex contrata empréstitos y el gobierno los dilapida en gasto corriente, lo cual traerá la quiebra de la antes famosa y reconocida empresa petrolera (Sin Embargo, 25 de octubre).
Estoy insatisfecho con la inseguridad, dijo Enrique. Vaya, algo cuando menos sensato aunque incorrecto. Según las cifras oficiales, septiembre (2016) ha sido uno de los meses donde la violencia se ha disparado como nunca en los últimos años. Tanto así que se prevé una situación catastrófica. De seguir por este camino habrá más delitos en muchos terrenos: homicidios, secuestros, violaciones y otros de los que vivimos en el sexenio de Felipe Calderón. Cuestión que anota el especialista Alejandro Hope (El Universal, 24 de octubre).
En síntesis, hay una actividad mayor, sobre todo en declaraciones de Enrique Peña Nieto, aunque sin control ni rumbo. Y en este tenor viene el cambio en la PGR de Arely Gómez por Raúl Cervantes. Nuevo procurador de este gobierno sin resolver asuntos capitales: Tlatlaya, los 43 y las ejecuciones de las fuerzas armadas, et al.
@jamelendez44