La Migración: historias que son presentes
La migración o los flujos migratorios son constantes en la historia de la humanidad, desde las épocas más remotas personas, familias, comunidades y pueblos enteros cambiaron su lugar de origen por diferentes razones, desde procesos de cambio climáticos hasta factores religiosos han estado presentes en este difícil transitar de un sitio a otro. De acuerdo con cifras de Naciones Unidas (ONU) casi el 15 por ciento de los habitantes del planeta viven en un lugar diferente al que lo vio nacer, es decir, aproximadamente mil millones de los siete mil millones que viven en este planeta al que llamamos Tierra. De acuerdo con el reporte “El Impacto de la Migración en el Desarrollo” del Organismo Internacional de Migraciones, dependiente de Naciones Unidas, de esa cifra, 214 millones son migrantes internacionales mientras que 740 millones son migrantes internos.
Para comprender el tema de migración y sus distintos tipos explica el libro “Imaginarios de la migración internacional en México. Una mirada a los que se van y a los que llegan”, elaborado y editado por la UNAM en 2016, la migración humana es un proceso de movilidad que involucra el desplazamiento de un individuo de su lugar de origen o residencia a otro. Por el tipo de desplazamiento éste puede ser interno, que se lleva a cabo dentro del mismo territorio de un Estado o en su caso internacional. En nuestro país se han experimentado procesos migratorios de todo tipo, los que van de una entidad federativa a otra, los que trabajan por determinados periodos en las cosechas y regresan a su lugar de origen, los que se van a los Estados Unidos y regresan periódicamente, los que se van a ese país y no regresan, los que cambian de residencia a otro continente, los que pasan por aquí para llegar a nuestro complejo vecino del norte y los que tratando de llegar a esa nación aquí se quedan, esto sólo por citar algunos casos.
Este entramado de migraciones e interdependencias es explicado desde el Centro de Demografía y Capital Global Humano que elaboró el documento “The Global Flow of People” donde se da cuenta de las relaciones y movilizaciones por país y destacar que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado donde la migración era de modo general del sur del planeta al norte, ahora se da en todos los ámbitos y direcciones aunque aún se mantiene la dirección Norte-Sur como una preponderante.
En ese marco, es posible comprender que las migraciones que se dan en todos sentidos, como la ocurrida en Europa la mayoría donde los migrantes provenían de Siria, Afganistán, Nigeria, Pakistán, Egipto, Marruecos entre otros lo que da cuenta de esta movilidad entre todo el globo. De acuerdo con el Observatorio de Migración en la Universidad de Oxford en el Reino Unido, es en Europa en donde se observa el mayor número de migrantes en el planeta, seguido de Asia y Norteamérica.
Para aproximarse a la importancia de la migración, se toman cifras de la OCDE en las cuales se explica que en 2012 el envío de remesas internacionales, a través de vías oficiales, ascendió a 401 mil millones de dólares que incidieron directamente en el desarrollo de diferentes naciones. Otra de las consecuencias es que la población migrante representa aproximadamente 10% del total de la población en los países en donde reside, esto ha podido atenuar el envejecimiento de las naciones receptoras. En evidencia, los componentes de la migración son múltiples, desde los beneficios que aportan a las naciones receptoras hasta las remesas que envía a las zonas expulsoras, su papel en el consumo de bienes y servicios así como la presión que eventualmente generan sobre esos bienes y servicios. En la mayor parte de los casos la literatura especializada señala que la migración genera y trasciende a problemas y tensiones de reparto.
En lo que se refiere a nuestro país, el Organismo Internacional de Migraciones de la ONU señala que año con año un millón de mexicanos documentados y no documentados migran hacia los Estados Unidos, de igual manera en ese mismo lapso 400 mil mexicanas y mexicanos son repatriados de la Unión Americana. Esto convierte el corredor migratorio México-Estados Unidos en el más activo del planeta. En el país del norte habitan alrededor de 11 millones de personas nacidas en México, inclusive puede precisarse que los estados con más alto índice de intensidad migratoria son Zacatecas, Guanajuato, Michoacán y Nayarit. La frontera sur también muestra una dinámica migratoria, en la cual indica la ONU, ingresan anualmente 150 mil personas de manera irregular siendo Chiapas el estado con mayor número de migrantes recibidos.
El texto de la UNAM antes citado, muestra que la política internacional del Estado Mexicano se enfoca, sobre todo con los Estados Unidos, a posicionar el tema en la agenda de ese país, esta situación se interrumpió debido a los atentados terroristas el 11 de septiembre de 2001. A pesar de eso, en lo nacional se lograron diversos avances. En 2011 se realizó una reforma en materia constitucional que reconoció la protección de los derechos humanos emanados de tratados internacionales, entre los que se encuentran el derecho a la igualdad, la dignidad humana y no discriminación, derechos de los que los migrantes que se encuentran en nuestro país no pueden estar exentos. Asimismo en 2011 se expidió la Ley de Migración adecuada conforme a la reforma de los Derechos Humanos y tratados internacionales en la materia. De acuerdo con la visión que se quería implementar se publicó el 30 de abril de 2013 en el Diario Oficial de la Federación el Programa Especial de Migración 2014-2018 (PEM) donde se plasman 5 objetivos, 26 estrategias, 195 líneas de acción y 11 indicadores.
Entre los programas establecidos en esta materia están: “Programa 3 x 1 para Migrantes” de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) que busca contribuir con el desarrollo comunitario de las comunidades de los migrantes, esto a partir de la suma de recursos de migrantes y del Gobierno Federal, Estatal y Municipal; de igual manera está el “Programa Frontera Sur” que protege a los migrantes que cruzan desde la frontera sur de nuestro país con la intención de llegar a los Estados Unidos y el “Programa Paisano” del Instituto Nacional de Migración (INM) que garantiza que el ingreso, tránsito y salida de los connacionales por el territorio sea con la garantía de sus derechos.
Ha de señalarse que en el caso mexicano se registran procesos migratorios en que las personas que van hacia el vecino país deciden quedarse por diversos motivos a vivir en México e incluso que existen migraciones específicas de otras naciones hacia México, por ello es fundamental conocer y comprender que hoy se suman nuevas diversidades étnicas, religiosas, culturales e incluso políticas a nuestra convivencia en civilidad en cada estado del país. Que debemos aprender a convivir en la diferencia y que todas las personas tienen derecho a la igualdad de trato y no discriminación, en evidencia, también quienes nos acompañan en la aventura nacional tienen deberes y obligaciones a cumplir como toda persona en el marco del Estado de derecho que nos rige a todos.
En nuestra siempre difícil relación con los Estados Unidos es fundamental que esa nación más allá de sus políticas migratorias, y de la amenaza recurrente hacia los derechos de las personas sin documentos que allá viven y trabajan allá, comprenda que América Latina precisa de cooperación para el desarrollo. El futuro de los Estados Unidos será con América Latina o no podrá ser, de ahí la necesidad no sólo de transformar sus políticas migratorias sino la concepción del desarrollo que anima su modo de vida. En este marco de necesidades mutuas sobresalen las diatribas del candidato del Partido Republicano que habla de persecuciones, muros y deportaciones masivas, es decir, del pasado.
Hoy los procesos económicos, políticos y sociales apuntan hacia interrelaciones dinámicas y constantes en los más diversos ámbitos fronterizos y de cooperación nacional, es simplemente el resultado de decenios de convivencia y de esfuerzos conjuntos. La migración es un tema multidimensional que requiere en todo caso de responsabilidad local y global, de mayor cooperación, de construir un futuro distinto que sí es posible.