Elecciones en Perú y el fortalecimiento de la derecha
En América Latina la izquierda se encuentra en una grave crisis expresada en el incremento en la popularidad de los partidos y candidatos de derecha en la región. Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Venezuela son algunos países donde los gobiernos de izquierda han perdido no solo popularidad sino, en algunos casos, el poder del Estado. Un claro ejemplo de esta “derechización” de América Latina es el Perú. Un que pronto decidirá entre dos opciones de derecha entre Keiko Fujimori, la hija del dictador, y Pablo Kuczynski, un economista neoliberal.
El pasado 10 de abril se realizaron las elecciones presidenciales en Perú dando como virtual ganadora a Keiko Fujimori al obtener el 39.8% de los votos. Su dos seguidores más cercanos fueron Luczynski con 21% y la candidata de izquierda Verónika Mendoza con 18.7%. A causa de que Fujimori no alcanzó el 50% de los votos, se llevará a cabo una segunda vuelta para elegir al próximo presidente o presidenta de aquel país.
En el balotaje o segunda vuelta, los candidatos que disputarán la presidencia serán Fujimori y Luczynski, dejando afuera la opción de izquierda representada por Mendoza. De acuerdo con encuestadoras del Perú, las posibilidades de que un Fujimori regrese a la presidencia de aquel país son complicadas. El anti-Fujirismo es igual o más fuerte que el apoyo a Keiko. Además, quienes habían apoyado a la candidata Verónika Mendoza harían uno del voto estratégico para bloquear la llega de Keiko a la presidencia.
De perder la segunda vuelta, esta sería la segunda ocasión en que Keiko pierde la oportunidad de erigirse presidenta. En 2011 Keiko compitió en la primera y segunda vuelta presidencial contra el actual presidente del Perú, Ollanta Humala.
Si bien la posible victoria de Kuczynski en la segunda vuelta presidencial impedirá el regreso del apellido Fujimori al poder del Estado en Perú, también demuestra la imposibilidad de la izquierda para convertirse en una opción viable e importante para el electorado. El caso del Perú es un reflejo de la crisis de las izquierdas en América Latina y el fortalecimiento de la derecha en la región. Es necesario que las fuerzas de izquierda se reagrupen y configuren nuevas respuestas a los problemas que más afectan a la población hoy en día como: la economía, la seguridad y la corrupción. Nuevas propuestas desde la izquierda deben surgir hacia estos viejos pero más complejos problemas si es que las fuerzas progresistas quieren volver a ser competitivos en las democracias latinoamericanas.