La ecología de código abierto… O de cómo los inútiles están cambiando el mundo
“Terminé mis estudios doctorales en energía de fusión y descubrí que era un inútil”, así inicia su conversación Marcin Jakubowski, el creador del proyecto Open Source Ecology. El sentimiento de Marcin no es extraño, lo extraño es la integridad para identificarlo y la honestidad para comunicarlo abiertamente.
Pero es que “abierto” para Marcin tiene un sentido revolucionario. El Open Source, o Código Abierto, cambia radicalmente nuestra concepción de la tecnología y modifica la industria donde irrumpe.
“Me di cuenta que las herramientas adecuadas que necesitaba para empezar una granja y un establecimiento sostenibles simplemente no existían. Yo necesitaba herramientas robustas, modulares, altamente eficientes y optimizadas, de bajo costo. Hechas de materiales locales y reciclados que duren toda la vida, no las diseñadas para la obsolescencia“.
A partir de ahí, Jakubowski decidió dejar de ser un inútil y puso manos a la obra. Creó las herramientas necesarias y demostró que el problema con la sociedad actual es la lógica de producción y la exigencia de consumo.
“Sabemos que el código abierto tuvo éxito en herramientas de gestión de conocimiento y creatividad. Y lo mismo está empezando a suceder con el hardware (algo que hemos revisado en varias ocasiones en Tercera Vía). Nos estamos centrando en el hardware porque es el hardware el que puede cambiar la vida de las personas de maneras realmente palpables. Reduciendo las barreras a la agricultura, la construcción, la fabricación, podemos liberar muchísimo potencial humano”.
Sin duda Marcin tiene razón, la explosión del hardware libre genera una oleada de investigadores y creadores aficionados, que gracias a su trabajo en entornos libres empujan la innovación a lugares jamás pensados. Abrir la tecnología, liberar los códigos y compartirlos sin esperar beneficios económicos es algo sumamente radical en nuestros días, algo que demuestra que una buena parte de la población está consciente del daño imparable de la lógica capitalista.
Es esa lógica la que nos hace “inútiles” (incluso para los posgraduados del nivel de Jakubowski). No porque no sepamos nada, sino porque lo que sabemos no lo aplicamos a problemas inmediatos. Lo que tenemos en sustitución es solo la costumbre de conseguir dinero para resolver nuestras necesidades, insertos en un sistema que limita las opciones para hacerlo. Aún cuando utilizando solo una fracción del tiempo que destinamos a conseguir recursos económicos, podríamos solventar la mayor parte de las necesidades que cubrimos con dichos recursos.
Después de mirar propuestas como las del Opens Source Ecology, la contradicción de nuestros días se hace evidente; trabajar en promedio ocho horas diarias para cubrir las necesidades básicas y endeudados permanentemente para proveernos de ciertos distractores… ¿Y qué tal si en lugar de trabajar tantas horas por dinero dedico la misma cantidad de tiempo a construir mis propios medios de producción?… ¿Qué tal si en lugar de apelar a los sistemas de entretenimiento que provee la industria cultural (todas basadas en el consumo de agentes enajenantes), me divierto aprendiendo sobre electrónica, mecánica, programación, robótica, construyendo instrumentos musicales o produciendo hortalizas?… ¿Qué tal si, apoyado en comunidad, elaboro los proyectos de investigación y desarrollo tecnológico que hace años nos estaban negados por requerir millonarios recursos y amplios conocimientos?
Si las respuestas a todas éstas preguntas le conducen a buscar un espacio para iniciar en la Ciencia Comunitaria, recomendamos incorporarse a la organización del proyecto Alterius, uno que integra Artes y Ciencias libres y que el próximo martes tendrá una sesión para definir proyectos de investigación en cuatro ejes principales: (1) Ciencias Agroalimentarias, (2) Medios Libres, (3) Ciencia y Artes y (4) Educación Disruptiva. La cita es a las 18 hrs. en Victoria #30, Col. Copilco el Bajo (CDMX).