Guerrero: Decomisan tres tigres de bengala y los dejan morir de hambre
No es de extrañar que organizaciones que se caracterizan por su ignorancia y el desprecio por la vida, sea común el tráfico ilegal de especies animales, que por lo general están incluidas en alguna categoría de riesgo. El primer caso que llamó la atención de los medios fue el allanamiento de una lujosa residencia en el Desierto de los Leones, una zona boscosa al Poniente de la Ciudad de México.
El 20 de octubre de 2008 las autoridades federales llevaron a cabo un operativo en una lujosa finca, construida con mármol y maderas finas, donde detuvieron a 15 narcotraficantes, la mayoría colombianos vinculados con el cártel de los Beltrán Leyva. Al interior, además del derroche, lo que más sorprendió fue el zoológico instalado en el amplio jardín, donde estaban enjaulados dos leones africanos, dos tigres (uno blanco y otro albino) y dos panteras negras, que es una especie en peligro de extinción.
Ahora, ha trascendido una noticia, en la que además de esta nefasta tradición de traficar con animales se suma la brutalidad de las organizaciones que supuestamente se dedican a combatir al crimen organizado. La muerte de tres tigres de bengala, asegurados en un operativo antidrogas, ilustra el nivel de torpeza y la falta de respeto por la vida de las organizaciones encargadas de impartir justicia.
“Nunca los vinieron a traer, cerraron todo, le pusieron sellos de embargado y nunca vinieron a recoger nada, nadie alimentó a los animales y al final se murieron de hambre”
Esto claramente se trata de un caso de maltrato animal por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero, a cargo de Fernando García Fernández, pues los tigres fueron decomisados desde el pasado 16 de febrero. En un comunicado emitido por la Fiscalía el 17 de febrero; es decir, 24 horas después, aseguraron que “los tres ejemplares de tigre quedaron a disposición de la autoridad competente”, que podía ser la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) o la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Hoy, la imagen de los tres animales, muertos y con claras señales de desnutrición y abandono, revelan de la forma más cruda que la FGE mintió. Vecinos de la zona señalaron que los tigres se quedaron en el mismo inmueble que fueron encontrados y que ninguna autoridad los reclamó, dejándolos en el abandono.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno del Estado de Guerrero (Semaren), en voz de Ángel Almazán Juárez confirmó que no se los llevaron debido a que no fueron avisados al respecto.
Más allá de afianzar responsabilidades en este caso, que se perfila para ser otro más en la larga lista de la impunidad institucional, nos urge una reflexión sobre lo que implica para las especies no humanas, quedar atrapadas entre las víctimas de las guerras que inundan nuestro mundo. ¿Si estamos abandonados a los caprichos de bandas e instituciones que parece importarles poco la vida humana, como llegar a la conciencia del sufrimiento de otros organismos?