A 15 años del voto de las y los mexicanos en el extranjero ¿cómo vamos?

José Antonio Carrera Barroso / 25/03/2021 / 0

El voto foráneo cumplió 15 años de implementación en México desde aquella elección presidencial histórica de 2006, en la que se contempló por primera vez el derecho al voto de la diáspora más grande del mundo occidental. Con la Reforma Electoral de 2005, nuestro país se sumó a una constelación que hoy asciende a 153 países y estados autónomos, para enfrentar democráticamente las migraciones internacionales. Más aún, de acuerdo con la Organización Mundial de las Migraciones (OIM, 2020), México es el segundo país más importante en expulsión migratoria.

Cerca de 11.8 millones de personas nacidas en territorio nacional viven fuera de las fronteras nacionales, equivalente al 9.36% de la ciudadanía mexicana (INEGI, 2021) y al 4.3% de la migración mundial total. Sin embargo, lo anterior es parcialmente cierto, debido que diversas instituciones como la Secretaría de Gobernación o el Pew Research Center, estiman que hay cerca de 26.7 millones de personas mexicanas de segunda y tercera generación viviendo en el exterior, de la cuales aproximadamente el 38% se encuentran residiendo de forma no autorizada en Estados Unidos: el principal corredor migratorio del mundo, es un claro ejemplo de que geografía es destino.

Son 22 entidades federativas las que reconocen el voto de la ciudadanía en el exterior

Sin embargo, a pesar del tamaño de la migración internacional mexicana, los resultados de la participación electoral fuera de las fronteras han dejado con un sinsabor a quienes apuestan por el vínculo político de las y los migrantes con su país de origen: 36 mil y 40 mil votos para las elecciones presidenciales de 2006 y 2012 respectivamente, no eran para nada un número representativo.

Fue por ello que la Reforma Electoral de 2014 introdujo una serie de modificaciones relevantes en el tema del voto de la ciudadanía residente en el extranjero, las cuales supondrían, en esencia, ser los mecanismos que llevarían a una mayor participación electoral extraterritorial:

Se reconoció el voto desde el exterior no sólo para la elección presidencial, sino para el Senado de la República, y conminó legalmente a las entidades federativas a hacer lo propio para la elección del Ejecutivo Local (antes del 2014, ya había tres experiencias locales: Michoacán, D.F., y Chiapas).
Detectó la importancia de ampliar la modalidad de votación, y mandató la implementación del voto electrónico por internet, eliminando normativamente la exclusividad del mecanismo postal, hasta ese momento imperante.
Y por primera vez, reconoció la credencialización desde el extranjero.

Gracias a lo establecido en la Reforma Electoral, para el 2021, son 22 entidades federativas las que reconocen el voto de la ciudadanía en el exterior y 10 las que aún no lo implementan. De las que lo reconoce, 15 han celebrado elecciones y siete las celebrarán por primera vez entre el 2021 y el 2024. Todas ellas reconocen el voto para la elección del Ejecutivo Local, pero Jalisco además permite la votación para la elección de los escaños de representación proporcional, y la Ciudad de México la figura de la diputación migrante, que se elegirá por primera vez este 2021. Así, con corte al 2020 se han celebrado tres elecciones presidenciales, una de senadurías y 22 elecciones locales, sin contar las 11 elecciones que tendrán lugar este 2021 que contemplan la participación ciudadana de las y los migrantes.

El siguiente dato que vale la pena rescatar es que, si bien son 15 las entidades federativas que han implementado el voto de su diáspora en los comicios locales, esto ha tenido lugar en 22 elecciones locales: 19 para gubernatura, dos para diputación migrante en Chiapas, y una de diputación de RP en Jalisco. Esto es, hay estados que han tenido hasta el 2021, tres, dos o una elección subnacional desde el extranjero, lo cual es ejemplo del aprendizaje institucional que no sólo el INE sino los OPLES tienen respecto al tema en cuestión.

Respecto a la credencialización desde el extranjero, a cinco años de implementación, se han tramitado poco más de 1.2 millones de credenciales para votar desde el extranjero. Las entidades con mayor número de trámites son Michoacán, Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato y Guerrero; mientras que los consulados con mayor número de trámites registrados son los de Chicago, Dallas, Los Ángeles y Houston. No obstante, a pesar del número de trámites de credenciales realizados fuera de las fronteras, los números de participación electoral no han crecido significativamente.

Para muestra un botón: para la elección presidencial de 2018, había más de 667 mil credenciales tramitadas, de las cuales sólo se activaron 206 mil, y el registro para la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero (LNERE) fue de 181 mil (incluyendo credenciales tramitadas en territorio nacional). Finalmente votaron menos de 100 mil personas, es decir, 14 de cada 100 personas que tramitaron una credencial desde el extranjero.

Lo anterior refleja la necesidad de una vinculación permanente efectiva con la diáspora. Por ello, después de la elección de 2018, el INE determinó la creación de una Comisión de carácter temporal de vinculación con mexicanos residentes en el extranjero, la cual no sólo buscaría potencializar no sólo el voto foráneo, sino robustecer el vínculo institucional permanente con la ciudadanía en el extranjero.

Con esos antecedentes, para la elección del 2021, se prevé la participación de la ciudadanía migrante de once entidades federativas, de las cuales cinco lo celebrarán por primera vez: Chihuahua, Guerrero, Nayarit, Querétaro y San Luis Potosí. También la Ciudad de México se estrena con la elección de un escaño exclusivo para la representación migrante en la capital del país. Un ingrediente adereza la elección transnacional de este año, pues también será la primera vez que se implementará el voto electrónico por internet, a cargo del INE.

Para 2021, hubo un registro en la LNERE de 33 mil 698 personas. ¿Qué hay detrás de ello? De las 11 entidades federativas en cuestión, corresponde el 48% del total de trámites de credenciales para votar en el extranjero (604 mil), de las cuales 224 mil están confirmadas por la ciudadanía. Es decir, sólo el 15% de la ciudadanía de las entidades en cuestión con credenciales confirmadas se registró para votar desde el extranjero en 2021.

Dentro de ese panorama, hay quienes sostienen que al tratarse de una elección intermedia, la participación suele reducirse por ser menos atractiva que una presidencial; o que debido a la pandemia se limitó el trámite de credenciales y el registro en la LNERE. Ambos argumentos deben ser evaluados por separado: el primero, más allá de pensar en si es o no una elección intermedia, lo que es importante mencionar es que incluyendo la diputación migrante, los cargos electivos desde el extranjero son de votación directa.

Aunque es cierto que los Consulados de México en el mundo mantuvieron sus puertas cerradas, el dato es el número de credenciales tramitadas supera el millón.

Al igual que la Presidencia o las gubernaturas, los migrantes van a votar para la elección de un cargo, especialmente en la Ciudad de México, en donde emanará una figura de representación exclusiva migrante. Con estrategias de vinculación y comunicación efectivas y permanentes, el registro para votar será siempre más potente, pues como se sabe, mucha gente sólo desea su credencial como medio de identificación. Por lo anterior, es labor fundamental de las autoridades electorales concatenar el trámite de la credencial con el voto.

Por otro lado, la pandemia. Aunque es cierto que los Consulados de México en el mundo mantuvieron sus puertas cerradas, el dato es el número de credenciales tramitadas supera el millón. Además, el registro a la LNERE era por dos vías: electrónica y telefónica. Más aún, la pandemia no ha sido factor de impedimento para el voto de la ciudadanía en el extranjero, ni siquiera en contextos en los que el voto es presencial en sedes consulares.

Elecciones como el referéndum de Italia en septiembre de 2020, en el que participaron más de 1 millón de votantes desde el extranjero, o el de Chile en octubre de 2020, en el que votaron más de 30 mil chilenas y chilenos en el exterior. Otros países que han celebrado elecciones con voto extraterritorial durante la pandemia son Bolivia 2020 (170 mil votos) o en Ecuador 2021 (119 mil votos).

Además, con el Sistema de Votación por Internet, el voto mexicano tendría, en principio, que ser más sencillo, y ser un aliciente para votaciones futuras. No es casual que el 67% de la ciudadanía registrada optó para esta elección por el mecanismo electrónico. La buena noticia es que aunque el voto electrónico llegó seis años después de su reconocimiento legal, es un paso firme del que difícilmente se podrán dar pasos en retroceso.

A quince años, las autoridades electorales -nacional y locales- tienen aún varios retos: a corto plazo, conseguir una participación copiosa en función del registro en este Proceso Electoral; y en el mediano plazo, eficientar las estrategias de vinculación y comunicación permanente con la ciudadanía en el extranjero. Quizá sea momento de optar por una Unidad Técnica de carácter permanente de vinculación exclusiva con la ciudadanía en el exterior, la cual hasta el momento sólo existe en el Instituto Electoral Local (OPLE) de Guanajuato.

Además, es necesario dotar de un presupuesto propio y decoroso a dicho proyecto, y reflexionar frente a la síntesis de ciertos trámites que parecen redundantes, como el hecho de construir de cero una LNERE en cada Proceso Electoral. No hay que olvidar que las y los migrantes siguen y seguirán siendo parte de México, y por ellas y ellos hay que construir instituciones que se encuentren a la altura de sus demandas.

*Todos los datos emanan del análisis de las cifras puestas a disposición públicamente por el INE.