Re-existencia COVID: En Yucatán transforman basureros en huertos urbanos

Vía Alternativa / 20/05/2020

La pandemia ha desatado una crisis mundial, en tiempos críticos y de transición para la economía global, son las personas que viven al día, con ingresos mensuales por debajo del salario mínimo, quienes se ven más afectadas. La pérdida de los empleos se traduce inmediatamente en falta de dinero para la compra de alimentos de la canasta básica. Como respuesta a la búsqueda de soluciones desarrollamos la Iniciativa Solares Mayas.

El pueblo de Sotuta, una comunidad maya ubicada en el centro del estado de Yucatán , es poseedora de un rico legado biocultural, pero que vive también los estragos de las presiones y exigencias del sistema económico global. Debido a las escasas oportunidades económicas en la localidad, es común que los hombres se desplacen a ciudades aledañas para buscar trabajo en actividades terciarias, como la construcción y servicios en ciudades como Mérida y zonas turísticas como Tulum, Cancún y Playa del Carmen. Esta separación desde el núcleo familiar ha impactado las tradiciones culturales; ya sólo los viejos conservan algo de su lengua (maya yucateco) y las tradiciones agrícolas que constituyen uno de los más grandes legados de la cultura maya caen en desuso. Podemos considerar que la transmisión intergeneracional de este conocimiento está prácticamente anulada, pues para las nuevas generaciones, trabajar la tierra y sustentarse de lo que se produce en su comunidad no es ya ni una opción económica viable, ni una aspiración de vida deseable para los jóvenes orientados a la migración.

En general, las mujeres no tienen una opción laboral, se quedan en casa cuidando de los niños y dependiendo totalmente de un ingreso externo provisto por los hombres. Aún cuando existe una gran variedad de recursos naturales para la subsistencia, las familias han perdido la capacidad para sostenerse de su propia tierra.

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Hoy en día, donde antes las familias producían alimentos de autoconsumo, se han convertido en basureros debido a la carencia de un sistema integral de manejo de residuos a nivel municipal, o bien se han dejado de cultivar por falta de recursos, por ejemplo para hacer el mantenimiento de los pozos o infraestructura para la protección de los cultivos. Nuestro proyecto ofrece un modelo para resolver integralmente varias problemáticas: la falta de oportunidades locales de desarrollo económico para mujeres, la seguridad alimentaria, la revalorización del territorio y prácticas culturales, y con esto la necesidad de crear una nueva cultura desde el seno familiar que favorezca la economía local y el uso sostenible del hábitat.

Durante mucho tiempo, el solar maya era una fuente de sustento para las comunidades de Yucatán. Se conoce con este nombre al tradicional huerto de patio que circunda la casa maya tradicional y cuyo propósito es la subsistencia de la familia. Se puede considerar que el solar es la unidad básica de organización territorial y en su momento fue la condición para la continuación cultural y biológica del pueblo maya. De hecho, es un microcosmos de la sociedad, en donde suceden complejas interacciones económicas, ambientales y sociales. Es, en resumen, un sistema de producción sustentable de alimentos que permitía la reproducción de la cultura en virtud de un uso sustentable de los recursos naturales.

Este proyecto plantea recuperar la tradición del cultivo del solar para generar economía de sustento, re-valorando la agrodiversidad existente en ellos, el conocimiento y especialmente el trabajo de las mujeres agricultoras.

Durante estos años, trabajando y viviendo en Sotuta, hemos tejido relaciones interculturales basadas en el respeto y cooperación con varias familias del pueblo, lo que hoy nos permite tener las condiciones para desarrollar este nuevo proyecto que vincula la soberanía alimentaria, la regeneración del tejido social junto con el trabajo de la tierra y el florecimiento de las mujeres como líderes de la transformación cultural que necesitamos hoy en todo el mundo.