Posicionamiento rumbo al 9M de la Red de Género y Medio Ambiente

Somos un colectivo de feministas, activistas, defensoras del medio ambiente y el territorio de diferentes estados del país. Desde hace más de 20 años, hemos luchado por el ejercicio pleno de nuestros derechos. Los avances en la igualdad de género en México y el mundo son el resultado de las luchas y acciones de miles y millones de mujeres. 

Somos herederas de Olimpia de Gouges, de Simone de Beauvoir, de Flora Tristán, de Bartolina Sisa, de Benita Galeana, de Rosa Luxemburgo, de la Comandanta Ramona, de Bertha Cáceres, de Beti Cariño y de miles de mujeres de todos los tiempos y ámbitos que han hecho muchas fisuras al sistema patriarcal y que nos han abierto las puertas para estar hoy aquí. 

Concebimos el feminismo como un movimiento esencialmente político que lucha por un cambio social profundo orientado a la erradicación de las desigualdades de género, clase, etnia y generación. Como dice Marcela Lagarde el feminismo siempre ha sido una cuestión colectiva, de mujeres unidas en la lucha por sus derechos y con propuestas claras y concretas de cómo queremos vivir nuestras vidas en libertad, igualdad y paz. 

Reconocemos las expresiones y propuestas de las mujeres de todas las edades y reivindicamos la voz de las jóvenes que, hoy como hace 200 años se alzan para exigir que se frenen todas las violencias que enfrentamos. Estamos convencidas de que no se puede aspirar a un mundo mejor si las formas de convivencia no se basan en respeto hacia a la vida de las mujeres y la naturaleza. 

México se ha comprometido desde 1979 a eliminar la discriminación contra las mujeres en todas las esferas, y desde 1994 a luchar contra la violencia de género. Aunque hay avances formales e institucionales, la experiencia cotidiana no es congruente con una vida libre de violencia. El número de feminicidios registrados en 2019 fue más del doble (238%) que en el 2015. Entre 2015 y 2019, la cifra de mujeres víctimas de homicidio doloso creció en más de 60% y el de mujeres secuestradas aumentó 20.76%. 

El patriarcado impregna todas las ideologías, estructuras y poderes, y al conjugarse con la crisis ambiental y el deterioro de los recursos naturales exhacerba las brechas de desigualdades y violencia hacia nosotras, entre las que encontramos: la feminización y envejecimiento de la población rural; mayores cargas de trabajo y responsabilidades familiares; migración de mujeres y niñas expuestas a situaciones de violencia emocional, física, trata y explotación sexual; persecución y criminalización de las defensoras de derechos humanos y ambientales. Todos estos crímenes permanecen en la impunidad. 

En noviembre de 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado mexicano por incumplir su responsabilidad internacional de garantizar los derechos de las mujeres. Han pasado diez años de este hecho emblemático. Nos preguntamos ¿qué tanto el Estado ha transformado su capacidad para dar una respuesta diferente? 

Somos las mujeres feministas quienes hemos dado la lucha, nos acompañamos y atendemos a mujeres violentadas en todos los ámbitos y de múltiples formas. Hemos incidido en los poderes legislativo, ejecutivo y judicial a fin de que la violencia de género y el goce pleno de todos nuestros derechos se asuma como un asunto de interés público y responsabilidad de Estado. 

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Por eso este 8 de marzo saldremos a las calles y el 9 de marzo pararemos, para que nuestra voz se escuche y nuestras demandas se hagan valer: 

  • Garantizar el pleno goce de todos los derechos de las mujeres en lo: laborales, alimenticios, salud, educación, sexuales y reproductivos, afectivos y un medio ambiente sano. 
  • Garantizar el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo mediante la interrupción legal del embarazo en todo el país. 
  • Desarrollar medidas que nos aseguren a las mujeres acceder y decidir sobre las tierras y territorios que habitamos, en el campo y la ciudad: igualdad en los derechos agrarios, a las viviendas, a los bienes naturales, al patrimonio familiar y comunitario. 
  • Impulsar una política de Estado de igualdad y justicia hacia las mujeres, que obliguen a los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), a los órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) y a todos los actores sociales a la atención afectiva y efectiva de la igualdad y no violencia hacia las mujeres. 
  • Endurecer el marco jurídico contra la violencia hacia las mujeres. 
  • Garantizar la participación efectiva de las organizaciones de mujeres, feministas y especialistas para definir las políticas, programas y proyectos en todos los niveles de gobierno. 
  • Castigar al funcionariado que durante sus mandatos fueron y son cómplices de asesinatos, violaciones, acoso, hostigamiento y represiones de mujeres. 
  • Castigar a las empresas que destruyen el territorio, violan los derechos de las comunidades y propician la violencia de género. No a los proyectos de muerte, sí a los proyectos de vida. 
  • Impulsar en todo el país las alertas de género y cumplirlas de manera efectiva. 
  • Destinar presupuesto suficiente para la atención de la igualdad y no violencia hacia las mujeres con participación civil, social y ciudadana. 
  • Detener la criminalización y persecución de mujeres defensoras de los derechos humanos, el medio ambiente y el territorio. Castigo a los culpables materiales e intelectuales. 

Reconocemos todas las formas de lucha, movilización e inmovilización de las mujeres. Somos diversas y tenemos el derecho a expresarnos libremente, pero rechazamos los oportunismos de partidos y personas conservadoras que hoy se presentan como reinvidicadores de nuestros derechos, su pasado los exhibe, sus prácticas los condenan como cómplices de un patriarcado que no se acabará con declaraciones oportunistas. 

NOS QUEREMOS VIVAS, LIBRES, PLENAS Y FELICES

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