Texto y fotos: Tercero Díaz

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Sobre ramas y piedras, caminando en la nada, se escuchan los pasos de las madres que gritan “¡Brayan te estoy buscando hijo!” “¡Mireya te amo!” “¡Samuel, aquí está tu madre buscándote!”… Miradas grises, gritos de angustia, y una fuerte certeza, dignidad y esperanza de que buscando encontrarán, acompañaron durante dos semanas a las familias que integraron la V Caravana Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el estado de Michoacán, México, organizada por el colectivo Familiares Caminando por Justicia.

Del 28 de abril al 11 de mayo, familiares de 24 colectivos de diversos estados como Veracruz, Coahuila, Sonora, Guerrero, Sinaloa, Estado de México, Puebla y Morelos, participaron en las diversas actividades de esta caravana; manifestaciones pacíficas, actos político-culturales en plazas públicas para visibilizar y crear conciencia en la sociedad, búsqueda en vida y posteriormente en fosas clandestinas de la maña ¹Nombre que la ciudadanía le da a las personas que se dedican y forman parte del crimen organizado..

“¿Que por qué los buscamos?… ¡Porque los amamos!” gritaban las consignas que lograban empatía en las y los transeúntes en las marchas de cada comunidad. En las plazas, pintas con gises de siluetas con mensajes de “te amo” “te sigo buscando, resiste hijo”, impactaron a decenas de personas de distintos puntos de búsqueda de la entidad. Hombres y mujeres dentro del penal Hermanos López Rayón, en Zitácuaro, hacían fila para recorrer la explanada donde observaban atentos los rostros de quienes no están, de quienes fueron arrebatados de sus vidas cotidianas por la maña. Otros más levantados para nunca regresar por los mismos cuerpos policiacos que son sólo una parte más del crimen organizado en muchas regiones del país.

Crucifijos colgantes, tatuajes de vírgenes, calaveras, payasos, charras, telarañas; imágenes de las y los reclusos que circulaban vigilados por las torres del penal. Algunas personas daban información sobre nuevos casos de desaparición, otros se acercaban al acompañante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que documentará hechos de tortura y detenciones arbitrarias.

Problemas de seguridad amenazaron en algún momento el avance de la V Caravana, ya que a pesar de que autoridades de todos los niveles se comprometieron a resguardar a las familias desde un inicio, no fue sino hasta pasados los días que se comenzó a tomar en serio el riesgo que se corría en los municipios de la entidad. Fue así que pasamos de un Tsuru con dos policías comiendo galletas y tomando refrescos, al resguardo de la Policía Michoacán Estatal, la Policía Federal en los tramos carreteros y la Marina-Sedena en la última y más peligrosa fase del recorrido.

Con un total de 40 nuevos casos documentados de desaparición, 17 posibles positivos (información brindada por la ciudadanía que abren nuevas líneas de investigación), una persona localizada en una fosa común y 65 indicios en una fosa clandestina de Aquila [entre los cuales había ropa, balas, casquillos y 43 restos óseos que fueron encontrados por las familias y no por los peritos del Estado], concluyó la V Caravana Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.

La búsqueda en vida por caminos de muerte, como diría una pinta realizada por una familiar, nos llevó hasta Caleta de Campos, donde una vez más hubo desencantos con la autoridad. El licenciado Marco Antonio Hernández Zaragoza, Director de Atención Inmediata y Primer Contacto de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas de Michoacán (CEEAV), pidió a su fotógrafo con un tonó desesperado que grabará, que tomará fotos del “desmadre” y desorganización que había; esto en alusión a una falla en la logística de una manifestación pacífica por parte de las familias en dicho municipio.

No era la primera vez que miembros de la prensa presenciamos y escuchamos como las autoridades contradecían su discurso de aliados. Intentaban generar una imagen negativa de la iniciativa y parecía que más que apoyar se esforzaban por desarticular a la Caravana.

Llegamos a la última etapa, una fosa clandestina en el municipio de Aquila, el equipo profesional acordonó la zona, a las familias no les agradó que los peritos realizarán el levantamiento de evidencias a escondidas dentro del mismo agujero, sin mostrar los indicios. Pidieron tener una observadora dentro de la zona acordonada pero las autoridades no lo permitieron. El licenciado que encabezó el acompañamiento por parte de la CEEAV pidió a las familiares que no presionarán y argumentó que tanto peritos como ellos realizaban un buen trabajo y eran sus aliados.

Después de haber sacado aproximadamente una decena de evidencias de la fosa por parte de peritos, ninguna de ellas restos óseos, el equipo del Poder Judicial desacordonó la zona y fue cuando familiares, encabezados por Tranquilina Hernández, madre de Mireya Montiel Hernández [desaparecida a la edad de 18 años en Cuernavaca, el 13 de noviembre del 2014] entraron a la fosa y a los 10 minutos comenzaron los hallazgos. Un total de 43 restos óseos levantados por familiares, restos que, ningún perito vio ni levantó por negligencia.

“Para ellos son solo huesos, para nosotras son nuestros hijos”, comentó Elba Hernández, madre de Brayan de Jesús Hernández Gutiérrez [desaparecido el 28 de abril del 2018 en Poza Rica, Veracruz] al ver que el equipo de peritos del Poder Judicial de Michoacán, no realizó bien su trabajo de exhumación en la fosa clandestina en las inmediaciones de Aquila.

“Te diste cuenta, ellos (peritos) dijeron que ya habían terminado y hasta que sacamos el último hueso que había ahí yo no pude estar tranquila dentro de mí. Porque a esto venimos, no pasamos todo lo que pasamos todo el trabajo que nos da llegar a los lugares como para irnos conformes con lo que las autoridades nos dicen. Cuando vieron que entré a la fosa, se pusieron todos alrededor, y me valía quien estuviera fuera de la fosa, yo quería encontrar, y empecé a buscar en tierra que ellos (peritos) ya habían cribado, y encontramos restos óseos”, dijo Tranquilina Hernández.

“Ya en el camino de regreso sí vengo pensando cosas y queriendo llorar, pero en el momento hay que hacer la chamba que ellos (autoridades) no quieren hacer”

“Yo no pienso los hechos, si los pienso me quiebro, en esos momentos de meterme a la fosa es tener cabeza fría, me he vuelto así de no clavarme en los hechos, más bien sacar la verdad, o sacar lo que haya ahí. Ya en el camino de regreso sí vengo pensando cosas y queriendo llorar, pero en el momento hay que hacer la chamba que ellos (autoridades) no quieren hacer. Si no lo hacemos así, si te quiebras ya no te dejan continuar, yo he aprendido a tragarme la lágrima, tragarme el coraje, tragarme el sentimiento y enfocarme a lo que vine, que es a buscar y encontrar”, agregó Tranquilina, sobre el hecho de cómo se sintió al entrar a buscar a la fosa.

La historia de esta fosa se remonta al 11 de julio del 2012, cuando la hija de Evangelina Contreras Ceja, Tania Contreras Ceja, es levantada en Caleta de Campos. “Los hechos ocurren a las 18:00 horas, llega una camioneta blanca, entra un señor como si fuera comprar algo, se acerca a donde yo estoy y empezó a preguntar precios de algunos productos, no pasaron más de dos minutos cuando viene un taxista, una camioneta roja, una camioneta cerrada, de la policía municipal, y otra camioneta particular donde venía un elemento de la Marina, activo, al igual que el policía. Llegan se baja el de la camioneta roja y otra personas y los hacen subir al taxi, a Tania y a Senovio, su padre biológico. Se los lleva el taxi, sale hacía la salida de Caleta, donde lo escolta la camioneta roja, el policía y el elemento de la Marina”, comentó Evangelina.

“La fosa donde quizá esté mi hija, está en un rancho que fue recuperado en 2014 por los autodefensas. Ellos entran el 24 de diciembre del 2014. Le hablan al Ministerio Público (MP) de Coahuayana para que exhumen la fosa. La trabajan todo ese día y a mí me hablan como a las 22:00 horas de San Pedro, a mí me hablan las autodefensas que estuvieron presentes y me dijeron que estuvieron ahí y que eran un hombre y una mujer los cuerpos, y me dijeron que las botas del hombre eran muy peculiares, singulares, no cualquiera usaba esas botas en esa zona, y eran como las de Senovio. Entonces me avisan para que yo esté pendiente de eso y me hagan pruebas de ADN y vea si es mi hija o no. Me voy el día 25 al MP y los de Coahuayana me negaron todo, que no habían hecho ningún levantamiento, que no habían estado en esa fosa nunca”, continúa narrando Evangelina.

“En Morelia también negaron que hubieran trabajado esa fosa y sacado esos cuerpos. Definitivamente no, me dijeron que todo era falso, que no hubo ninguna exhumación en ninguna fosa en ese sitio ni nada. Lo negaron. Yo sigo preguntando y siempre lo niegan. Me voy con otras personas y pregunto en Coahuayana, y me dicen que ellos acostumbraban que si las autodefensas son quienes entregan una osamenta o una fosa, el Ministerio Público lo niega, dicen que no existieron porque quieren dar a decir que aquí no pasa nada que no hay desaparecidos, quieren cubrir la violencia, y quieren protegerse porque las autoridades participan en ello. Entonces entregan restos o fosas y son desaparecidos nuevamente, sin pasar informes ni tener cadena de custodio, los vuelven a desaparecer”, agregó Evangelina sobre está fosa, nuevamente trabajada durante la V Caravana.

Con esperanza de encontrar respuestas sobre su hija Tania, la búsqueda en Michoacán apunta a Aquila. “A principios del 2018 vine a este lugar, para verificar que existiera la fosa, porque el MP aseguraba que no existía. En ese momento de 2018, se hizo un levantamiento, nos acordonaron 2 kilómetros para que no miráramos su trabajo que hacen pesimamente, ni si quiera saben hacerlo. Nos dijeron que traían los peritos más especializados, un forense especializado a nivel nacional, que no había otro mejor que él. Cuando los peritos se retiran nosotras entramos y empezamos a inspeccionar el lugar, había costillas, había muchos restos. Prácticamente había otra mitad de los restos. Se les habla a los MP para que regresen y ellos nos amenazaron, la Fiscalía de Desaparecidos se va en helicóptero a Coahuayana a detener nuestra búsqueda y nos dijo que esa osamenta nosotros la habíamos plantado en la fosa porque ellos habían hecho bien su trabajo”.

“Yo pedí que se organizará la V Caravana en Michoacán para venir a esta fosa, quería que hubiera muchos testigos, que como colectivos presionáramos para la búsqueda y una investigación correspondiente. Si ellos dejaron restos aquí en 2018, tuvieron que dejar nuevamente”.

“Tengo muchos sentimientos encontrados de estar aquí, entre más me acercaba a volver, sentía tristeza, a veces alegría, y a veces con la actitud firme de voy entrar, aunque estuviera amenazada. El hecho de ir llegando a Caleta, vengo en el autobús viendo hacia al monte, haciéndome una sola pregunta ¿En dónde quedó, que hicieron con mi hija? Estoy perdida en aquello que estoy pensando y buscando, y no dejo de ver hacia todos lados. Quisiera adivinar, quisiera que alguien me dijera donde está, quisiera que el viento hablara y dijera yo vi, quedó aquí“. Comentó Evangelina, quien desde el 2016 fue desplazada por el crimen organizado por amenazas de muerte y desaparición por sus acciones de búsqueda.

Así transcurrieron dos semanas de búsqueda por personas de todo el país, dispuestas a encontrar respuestas, familiares, sueños, cerrar ciclos, entre alti-bajos y desencuentros con autoridades. Muchas de las personas que conforma la Caravana coinciden en que cuando se localiza un cuerpo (o sus restos) hay sentimientos encontrados, pero indudablemente cada hallazgo es una victoria para las familias.