Las orcas son generosas y pacíficas… los asesinos somos nosotros
Debido a productos culturales sensacionalistas y sin rigor científico, se tiene una impresión generalizada de las orcas [mal llamadas asesinas] (Orcinus orca) como animales peligrosos cuando se encuentran en sus hábitats naturales. Algo que, además de justificar la caza y comercialización, explica el interés por verles en espectáculos de entretenimiento en parques acuáticos; como si entrenarlos para nuestro disfrute personal fuera una acción heroica y no un acto de aislamiento y tortura*.
Aún con la importante labor de activistas ambientalistas denunciando este fenómeno, hasta el momento no se habían hecho estudios sobre la personalidad de estos cetáceos para determinar si el apodo de violentas les representa. Ahora un equipo de investigadores, liderado por la Universidad de Girona, ha publicado un estudio en la revista Journal of Comparative Psychology en el que analiza la personalidad de estos cetáceos.
La personalidad es el conjunto estable de tendencias y patrones de pensamiento, procesamiento de información y comportamiento que cada individuo manifiesta a lo largo de su vida. “En el caso de los animales (y para simplificarlo) encontramos personalidad en una especie cuando dos sujetos de la misma especie manifiestan un comportamiento diferente ante una misma situación”, dice Yulan Úbeda, investigadora en comportamiento animal de la Universidad de Girona.
Para realizar este estudio eligieron 38 adjetivos del listado de Five Factor Model, una teoría de evaluación de personalidad de humanos. “En este caso hemos aplicado los mismos adjetivos que utilizamos para un estudio previo que desarrollamos con chimpancés”, explica la científica.
A partir de este trabajo obtuvieron un perfil de personalidad compuesto por cuatro factores que resultaron estadísticamente significativos. Por un lado, el de extraversión, que se caracteriza en las orcas con la presencia de adjetivos como juguetonas, sociales, activas, alegres o gregarias, “calificaciones que comparten en el mismo factor con chimpancés y humanos”, añade Úbeda.
Otro factor, al que decidieron denominar ‘respon-amabilidad’ por ser una mezcla de los factores obtenidos para humanos de responsabilidad y amabilidad. En él encontraron adjetivos que las definen, relacionados con la responsabilidad, como predecibles y tenaces, y adjetivos vinculados con la amabilidad, como pacientes, amables, generosas y pacíficas. En la investigación con chimpancés también encontraron un factor idéntico que combinaba ambos, y la similitud con las orcas ha sido muy elevada.
La dominancia es otra de las características fundamentales de esta especie. Son tanto atrevidas y valientes, como protectoras o inteligentes. Este factor es nuevamente coincidente con los chimpancés.
El último factor que resultó en el estudio es el del cuidado. Es decir, las orcas demostraron ser serviciales, empáticas, sensibles, organizadas, prudentes y responsables. “Estos adjetivos están relacionados con los factores de amabilidad y responsabilidad en primates, pero en el caso de las orcas derivaron en este factor idiosincrático”.
Convergencia entre primates y cetáceos
Los investigadores no han podido comparar estos resultados con el de sus primos los delfines porque es el primer estudio en el que se obtiene el perfil de personalidad de un cetáceo.
“Pese a la profunda divergencia evolutiva entre primates y cetáceos, estimada en unos 90 millones de años, la adaptación a medios muy diferentes y organizaciones neuroanatómicas muy dispares, decidimos compararlo con humanos y chimpancés. El motivo para hacer tal comparación es que primates y cetáceos muestran convergencias en la elevada complejidad cognitiva, no solo por un alto coeficiente de encefalización, sino también por la presencia de comportamientos cooperativos, la trasmisión cultural, así como la complejidad de las estructuras sociales presentes”, argumenta Úbeda.
La cuestión bioética: Cautiverio y entretenimiento
Por esta razón los investigadores decidieron hacer el estudio con ejemplares en cautiverio, sin embargo no hay una crítica sobre el fenómeno de mantener a dichas especies en espectáculos que tienen por único objetivo entretener a grupos de espectadores humanos*.
Es importante hacer notar que, aún después de reafirmar los niveles cognitivos complejos de las orcas y considerar que se trata de organismos sensibles y empáticos, se limitan a justificar su trabajo bajo el argumento de respetar la Ley de Protección de Mamíferos Marinos, sin posicionarse respecto a la explotación de animales en espectáculos como los del grupo SeaWorld (EE UU); en donde estudiaron a algunos de los 24 individuos que permitieron la realización de la investigación*.
Para profundizar sobre las consecuencias de trabajar con orcas en cautiverio, compartimos esta entrevista con John Hargrove, un adiestrador que precisamente trabajó durante varios años en Seaworld.
Con información de Eva Rodríguez para Agencia Sinc | Artículo de investigación en Journal of comparative psychology | Selección, edición y *notas del Colectivo Alterius.