Il político come cinico / Reseña del libro
Funiciello, Antonio (2011) Il político come cinico, Danzelli Saggine
Reseña del libro
“no hay nada de más sincero que un político que miente”.
Todos usamos y abusamos del término “cínico” o “cinismo” pero casi nadie sabe su verdadero significado. Antonio Funiciello logra con su libro, dejarlo claro y fascinarnos con su relato y nos pone a reflexionar sobre los políticos y la democracia. Para el autor, los políticos que participan en las democracias están condenados a seguir las mecánicas del cinismo y son esclavos de ellas, haciéndonos esclavos también a los impotentes electores.
Si entendemos a la democracia en términos shumpeterianos, no nos será extraño entenderla como la competencia entre actores que detentan el poder. Entonces, la democracia se convierte en un campo fértil para cínicos pues según Funiciello, el político como cínico es aquel que haciendo la política, elabora un proyecto político y se empeña en crear consenso en torno a tal. Un nuevo consenso se crea siempre poniendo en discusión un espacio de consenso precedentemente establecido y en el tiempo estabilizado. En torno a esta idea, Funiciello desarrolla su argumentación iniciando con la muerte de Sócrates, resultado de una votación democrática. Antístenes, uno de sus discípulos más capaces, rival de Platón, razona: si el pudor (aidos) no ha salvado al maestro, entonces se puede proceder a la liquidación conceptual del mismo pudor.
Actuar sin pudor es lo que en el lenguaje común hace que entendamos a los cínicos. Es decir, como todo aquél que no tiene ninguna vergüenza en romper con las relaciones o acuerdos establecidos en una sociedad ya sea a nivel interpersonal o también general. Y no siempre son sólo los políticos… múltiples actores en la sociedad rompen acuerdos establecidos sin ninguna vergüenza, para lograr sus objetivos.
Pero Funicello nos habla de cómo han evolucionado los cínicos en la historia política de la humanidad tomando personajes y momentos clave. Después de las polis griegas se registran otros experimentos de cinismo, como el cristianismo. La predicación de Jesús es en realidad un ideal cínico y un atentado al aidos constituído por el Imperio Romano. Después, el origen moderno del cinismo político se da en Londres durante la Edad Media cuando se intentó por primera vez quitar el poder a quien se lo dio el mismo Dios y la crisis de las monarquías absolutas. Pero el cinismo se desarrolla hasta alcanzar su desarrollo conceptual y real en la democracia liberal (cinismo de los medios) y en el totalitarismo (cinismo de los fines). Clarifica el uso de fines y medios basada en Maquiavelo. Para Funiciello el cinismo político totalitario es el cinismo de los fines pues en los totalitarismos los medios serán justificados en un mañana, cuando se habrán conseguido los fines que persiguen, cuando la utopía habrá sido alcanzada. Las instituciones y sistemas autoritarios se convierten en medios para lograr el fin, el ideal, la utopía que en un mañana justificará los medios. El democrático, en cambio, es el cinismo de los medios y la necesidad de la mentira como su instrumento, pues debe desafiar la verdad de los hechos individuales para poder persuadir a la comunidad… y su mayor exponente es Roosevelt. Dedica un capítulo al elogio de la mentira política, como pilar de las relaciones humanas, que abre la discusión para la última parte. En ésta, Funiciello hace una reflexión de los profesionistas del cinismo, haciendo referencia a Max Weber y su obra de la política como profesión. Así, el político en la democracia es un actor que ejecuta su papel simulando todo lo que pueda ser funcional a la manipulación de las conciencias (medios) para lograr los fines que está buscando. Y así, en esta constante rotación de élites gracias a las campañas electorales, nos enfrentamos a que el cinismo es una condición que la democracia ha fomentado para su existencia… en una espera de la nada que nunca llegará. Esto es, la democracia real.