¿Por qué le fascinó al mundo la falsa carta abierta del DT Técnico de Croacia?
A todos nos gustan las teorías de conspiración. Es un hecho, no una entrada floja para una thinkpiece. Pasa que los hechos alternos, creíbles más no cien por ciento reales o comprobados, nos llenan de una esperanza y emoción peculiar. Puede ir de lo lunático como el tema Roswell con los aliens, hasta las masturbatorias listas llenas de datos con la supuesta colusión de Donald Trump y el gobierno ruso ¡desde los años ochenta!.
Ante nosotros tenemos un caso pequeñito pero simbólico. Una falsa carta abierta del Director Técnica de la selección de futbol varonil en Croacia, que supuestamente revelaba un desprecio lógico a la clase política de su país. Por supuesto, al leer este discurso vemos la reflejado el caso mexicano, donde atletas que rebasaron las adversidades de corruptos sistemas deportivos estatales pudieron alcanzar algún tipo de gloria en una liga relevante privada y/o un certamen olímpico o panamericano. Estos héroes, son tocados por algún político local que quiere algo de su brillo y buenas relaciones públicas. Poco tuvieron que ver en su éxito. Hoy en día, cada vez son más las figuras que rechazan algún lazo con políticos, como aquel chef que hace poco rechazó un tuit de felicitación por parte de Enrique Peña Nieto.
Es por eso que la falsa carta abierta de Zlatkoi Dalic nos pareció deliciosa. “Oh, está diciendo lo que todos creímos, por fin alguien los desprecia”. Insisto, es una sensación muy rica el sentirse empoderado y representado por alguien que acaba de lograr algo que nunca tendrá 99.9% de la humanidad.
La carta en realidad fue una especie de ejercicio literario de Igor Premuzic, quien la publicó en su Facebook el pasado 13 de julio y fue retomada en numerosos espacios como verdadera. Hay varias lecciones, como que se ha demostrado el error de dar énfasis a las tripas antes del rigor a la hora de publicar y también que las cartas abiertas siguen siendo un imán de clics en esta economía donde el éxito en internet injustamente se mide por un valor estadístico arbitrario [en lugar de tiempo de lectura o algún parámetro de calidad].
Compartimos, para la anécdota, la falsa carta abierta vía The Clinic:
“Esta generación ha demostrado que un grupo de grandes futbolistas puede alcanzar la cúspide mundial sin importar la nación, el presupuesto o la importancia del estado. Escribo estas líneas por la difícil situación de Croacia. Croacia es el país más pobre de la Unión Europea, gobernado por miembros de lo que ha sido considerada como una organización criminal. Croacia es un país del que millones de personas se han marchado en los últimos 20 años. Hoy, en Croacia, nuestros jubilados no son capaces de cubrir sus necesidades básicas, los jóvenes no pueden costearse la enseñanza, la sanidad se está colapsando y la judicatura protege al gran capital y es corrupta.
Pido a los políticos y a todos los representantes de las autoridades que han llevado al pueblo al infierno de la miseria, la desesperación y la pobreza que se alejen de la selección de Croacia. No son bienvenidos en nuestro vestuario, no queremos hacernos fotos ni tratar con ustedes. Son quienes han hecho de Croacia el pueblo más pobre de Europa. Tenemos niños que nunca han visto el mar, y Croacia tiene más de mil kilómetros de costa (son 1.880). Tenemos niños que se van con hambre a la cama, porque sus padres, desempleados, no tienen qué darles para comer. La gente que le ha hecho esto a nuestro país no es bienvenida.
Por favor, respetad nuestra decisión, no vistan camisetas de fútbol ni usen nuestro éxito para vuestra promoción. Todo el equipo informa de que donará los premios del Mundial de Rusia a una fundación para los niños de Croacia. Esta fundación financiará las vacaciones de verano de aquellos niños que nunca han visto el Mar Adriático. Los miembros de la selección de fútbol croata están con el pueblo de Croacia y harán lo que puedan para ayudarle, más allá de las victorias. Todos los niños croatas van a tener la oportunidad de pasar al menos siete días en la costa croata. Es lo menos que podemos hacer por los más vulnerables”