Teatro con dos heridas femeninas: la desaparición forzada del hijo y los migrantes de Guatemala a México

La temática principal de esta obra es la esperanza vivida durante la búsqueda del hijo desaparecido, pero aunado al tema está la violencia sufrida antes y durante el viaje de los migrantes venidos de centroamérica.

Por Alejandro Velázquez

 

La obra de teatro Dos heridas presenta temas actuales en la coyuntura violenta que sufre México y Guatemala: la desaparición de jóvenes mexicanos forzada por la delincuencia y el padecimiento de las migrantes guatemaltecas. La temática principal es la esperanza vivida durante la búsqueda del hijo desaparecido, pero aunado al tema está la violencia sufrida antes y durante el viaje de los migrantes venidos de dicho país centroamericano.

La dramaturgia de la obra de Ramón Perea entrama a dos personajes femeninos en la relación entre Argelia, quien sufre la desaparición forzada de su hijo Emilio, y Esperanza Pu, la joven guatemalteca que representa a la mujer violentada durante la migración. La relación de los personajes es profunda porque permite ver contradicciones y una simbiosis en constante lucha entre Esperanza y Argelia. El conflicto principal tiene una tangente estática, la esperanza durante el duelo, que contrasta con la visión de Esperanza, quien motiva los cambios para seguir la vida, declarándolo en diálogos. Además, durante la trama la relación cobra distintas tonalidades; una escena puede ser gris, cuando aún no poseen un lazo amistoso, mientras que otras caras son más cálidas por la festividad y las anécdotas chuscas. Acto seguido ambas son imantadas al conflicto interno de Argelia, emprenden la corredera, la bisagra que mantiene el conflicto de la búsqueda implacable, el génesis del conflicto: la violencia.

Elfye Bautista, la directora de la obra, reestructura escenas de la dramaturgia de Perea, con la intención de llevar el contenido de las temáticas con una linealidad más directa, según lo explicó Bautista. Aun con la modificación, la obra posee rasgos de un teatro contemporáneo que busca experimentar y contar una historia mezclando monólogos intercalados y elementos de narraturgia. El trabajo de Bautista y María María corresponden a dicha variedad en la elaboración del trazo escénico y la disposición de la iluminación, como se pudo apreciar en momentos de cámara lenta surgida al inicio de la fiesta, las escenas de la persecución y en una nota roja. Esta última escena, a diferencia de las dos ya mencionadas, puede causar malas interpretaciones si es que se busca expresar la victimización de Esperanza, sobre todo por su aspecto después de un salto temporal que no aparenta trasladarse en un tiempo tan corto.

Destacan los pocos recursos escenográficos y un diseño de vestuario elaborado por Adriana Serrano que aportan a los cambios anímicos de los personajes. Sembrados en la escenografía los rostros de jóvenes desaparecidos, algunos con una carga simbólica más cercana a recientes desapariciones y asesinatos en Jalisco, se aprecian en una vía paralela tan estrecha a la trama, que el conflicto penetra, por un distanciamiento momentáneo donde se percata uno de que ese dolor inmerso en Argelia también continúa presente en otros hogares.

Espontaneidad en las escenas de convite, emociones complejas durante las persecuciones, así como contrastes en la caracterización de las dos mujeres, son algunos de los rasgos de Judith Inda, en el papel de Esperanza, y Lucía Zapien Osuna, quien alterna el papel de Argelia con Shadé Ríos. En una interpretación realista, ellas lucen conectadas con los conflictos internos de sus personajes, lo cual además ocurre previo a la escena por razones ya propias con las temáticas de México y porque han investigados sobre los desaparecidos y las mujeres inmigrantes, lo cual fue integrado por Bautista.

El dramaturgo y las creadoras escénicas son procedentes de un país que lamentablemente vive la violencia en el hogar y en su propio territorio, donde, como mencionó Bautista al final de la obra, el Pueblo se mata a sí mismo. Sin embargo, Dos heridas frena lo vacuo que resulta la nota roja en el discurso periodístico escenificando una historia cercana a la terrible realidad actual, con la perspectiva en la madre y la inmigrante, dos heridas de las que nace la esperanza y la hermandad aun en sus contradicciones.

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Información de la temporada del 2 al 25 de mayo del 2018 en Galería Los signos del Zodiaco

 

Duración 75 minutos.

¿Cuándo? Miércoles, jueves y viernes a las 18:00

¿Dónde? Teatro Sergio Magaña (calle sor Juana Inés de la Cruz 114, col. Santa María La Ribera, cerca de metro San Cosme).

Elenco: Lucía Zapien Osuna / Shadé Ríos y Judith Inda.

Dispositivo escénico e iluminación: María María

Diseño de Vestuario: Adriana Serrano

Difusión: Cony Vargas

Producción y administración general: Fabiola Morín.

 


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