2018: La Refundación de México
OBEDECIENDO DESDE AHORA
Pueblos originarios de Mesoamérica han sostenido por siglos postulados como Mandar obedeciendo. En México un dicho de la cultura tojolabal afirma Nuestras autoridades obedecen a nosotros. En zonas autónomas de Chiapas, prácticamente desde el surgimiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional encontramos letreros que dan al visitante una rápida radiografía del lugar Está usted en territorio en rebeldía, aquí el pueblo manda y el gobierno obedece. Dicho principio político de pueblos indígenas latinoamericanos es denominado Poder Obediencial.1Dussel, Enrique, 20 Tesis de Política, Ed., Siglo XXI en coedición con el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe, México, 2006, pp. 34-39 Se entiende como otra forma de democracia, una que define en quien reside originalmente el poder y que la delegación para ejercerlo implica condición de obediencia a la comunidad.
Porque ante la compleja situación nacional, la población ya no puede ni debe ser víctima del ingenio espontaneo de candidatos para la solución de problemas. Deben estar a la altura de las circunstancias, omitir fobias y reconocer que a nuestro país necesita mucho más que alternancia, le hace falta una nueva gran transformación y en ese sentido comprometerse con el impulso de la ineludible Refundación del Estado Mexicano. Quien asuma la tarea sin duda contará con amplio respaldo social. Voy más allá, aceptar la encomienda hasta podría ser una condición para votarle.
No expongo aquí un tema nuevo, sino uno que se volvió urgente. Así por ejemplo, hace nueve años Carlos Fuentes señalaba la necesidad de una nueva política para construir México de abajo hacia arriba refundando la República2Discurso pronunciado como participante de la cátedra Julio Cortázar, en la Feria del Libro de Guadalajara, 2009. El escritor Carlos Fuentes señaló la necesidad de Refundar a México.. Del mismo modo José Narro Robles estimó que si a unas generaciones tocó establecer la República, a otras defenderla y consolidarla, a la nuestra tocaría emprender su refundación.3Palabras dichas por José Narro Robles durante exposición en el Senado de la Republica, 2009. La propuesta hoy sigue siendo válida, incluso obtiene mayor fuerza. Hablar de una gran transformación nacional como plan sostenido en las necesidades de la sociedad, volvería irrelevantes las improvisaciones de presidenciables, así como las mezclas ideológicas inimaginables en coaliciones del pragmatismo electoral porque sencillamente tendrían un encargo claro, no un cheque en blanco como están acostumbrados quienes gobiernan. Pero ¿Por qué una Refundación de México? Porque parece ser una alternativa congruente y proporcional con la decadencia generalizada que a continuación se expone.
EL MOMENTO MEXICANO
México padece como nunca antes en la historia reciente, una crisis amplia. Académicos, organizaciones, políticos y un sector amplio de la sociedad civil coinciden en la valoración. La incapacidad institucional para resolver problemas o la degradación en gran parte de los escenarios de la vida pública mediante vicios como la corrupción, han acentuado la sensación de una República debilitada y por la misma razón, de la necesidad de una gran transformación nacional. Lo anterior, a pesar de los intentos gubernamentales
por minimizar la generalizada percepción de crisis: Quienes les digan que vivimos en un país que está en crisis… crisis es seguramente lo que pueden tener en sus mentes, porque no es lo que está pasando.4Palabras pronunciadas por Enrique Peña Nieto, Presidente de México, en marzo 2017 durante encuentro con Fuerzas Armadas y sus familias en Campo Marte, donde descartó que México viva una crisis interna.
¿Crisis real o imaginaria? Antes de responder, comencemos por apuntar que diversas e importantes evaluaciones ubican al país en preocupantes posiciones: Amnistía Internacional estimaba en 2014, 27 mil personas desaparecidas, y para 2017 sumaban ya 34,656. De acuerdo con Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, en 2017 la cifra oficial se elevó hasta 30 mil 942 personas desaparecidas. Erika Guevara Rosas pone sobre la mesa el tema del gobierno y su ineficacia cuando afirma: La incapacidad del gobierno mexicano para llevar a cabo investigaciones mínimamente adecuadas sobre las desapariciones pone en grave peligro a miles de personas.5Erika Guevara Rosas es una abogada de derechos humanos y reconocida activista, se desempeña actualmente como Directora para las Américas de Amnistía Internacional, donde dirige el trabajo de derechos humanos de la organización en el continente.
En este sentido, parece confirmarse que no solo la vida de algunas personas está en riesgo, sino que nadie en México puede sentirse a salvo con 151,233 personas asesinadas entre diciembre 2006 y agosto 20156Declaraciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Zeid Raad Al Hussein, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos durante su visita a México en octubre 2015.. Sin embargo la violencia avanza, se contabilizaron 90 mil 694 ejecutados en el periodo de gobierno de Enrique Peña Nieto (de 2012 a 2017) y si sumamos el actual sexenio (PRI) y el anterior (PAN), la suma indica 234 mil 996 víctimas de la violencia 7Información de Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Secretaría de Gobernación y Sistema Nacional de Seguridad Pública.. La Violencia ha provocado el desplazamiento de población, tan sólo entre 2011 y 2015 más de 280 mil personas han dejado sus hogares, no es casual que 12 de las 50 ciudades más peligrosas del mundo son mexicanas.8Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal
En materia de impunidad, México es el segundo país de 59 Estados miembros de la ONU con mayor índice de impunidad.9Índice Global de Impunidad realizado por la Universidad de las Américas Puebla y el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla. De un total de 1,946 delitos solo 48 reciben condena, de acuerdo a datos del INEGI. El 98% de crímenes quedan impunes10Comisión Nacional de Derechos Humanos y 90% no son denunciados en este país por lo que los ciudadanos No gozan de la protección de la ley”.11Informe de Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos durante su visita a México en 2015. Menos de 1% de los delitos son castigados.12Índice de impunidad México 2016 De 444 denuncias presentadas por la Auditoria Superior de la Federación desde 1998 hasta 2012, solo 7 fueron consignadas, es decir 1.5% de los casos.13Estudio “México: Anatomía de la Corrupción
Por otra parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recibió 500 denuncias sobre violaciones a derechos humanos cometidas en México solo durante 2014, lo que lo convirtió en el país con más denuncias y el segundo entre 26 del continente con mayor número de peticiones de medidas cautelares con 158.14Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2014. En consonancia con lo anterior, en 2016 el ombudsman nacional Luis Raúl González Pérez informó de 61 mil 661 denuncias realizadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, también destacó que México atraviesa por una coyuntura crítica en la materia por causas como la inseguridad, violencia, desigualdad, pobreza, exclusión, debilidad del Estado de Derecho y falta de un acceso real a la justicia.15Ombudsman Nacional presenta su Informe 2016 ante la Comisión Permanente; evidencia desigualdades y falta de respuesta de autoridades: Boletín N°2959, Comunicación Social LXIII Legislatura Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.
México recientemente ha destacado también por ser el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo, con 8 periodistas muertos en 2015, en la última década han sido asesinados más de 80 periodistas y 17 han desaparecido.16Informe anual de Reporteros Sin Fronteras En 2014 cada 26 horas se agredió un periodista,17Informe de organización Artículo 19, 2014 el doble del anterior sexenio. Lamentablemente el 89% de estos delitos quedan impunes, según la CNDH. Además la PGR contabiliza de 2000 a 2016 105 periodistas asesinados y en 2017 van 37 periodistas ultimados. Aterrador, más todavía cuando existe una impunidad de 99.75% para estos casos, de acuerdo a datos del Instituto Belisario Domínguez en un estudio realizado sobre libertad de expresión. No cabe duda que la libertad de expresión está amenazada mientras exista la censura de la vida para periodistas, encarcelamiento e intimidación.
La violencia ha aumentado de manera considerable, los feminicidios son otra prueba de ello. En México durante 2012, 2,630 mujeres fueron víctimas de homicidio doloso, en el sexenio de Calderón fueron 12,016, 55.9% más que en el gobierno de Fox y 40.6% más que en el periodo de Zedillo18Datos de INEGI. Estos números son clara expresión de una sociedad que ha ido normalizando la violencia. Se estima que en los últimos 18 meses se registraron 920 feminicidios, los meses más violentos fueron octubre de 2016 y febrero y junio de 2017.
Pero las mujeres no son el único grupo violentado, un análisis estadístico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales indica que México tiene la tasa más alta de mortalidad infantil y adolescente, de acuerdo con el mapa de violencia 2015 que registra 95.6 muertes por cada 100 mil adolescentes de 15 a 19 años de edad, en el estudio correspondiente a 2014, México aparecía en la posición 13 dentro de la clasificación de “homicidio de jóvenes”.
Violencia no solo significa homicidios, también existe violencia cuando no hay las suficientes oportunidades para la cuarta parte de la población mexicana. Por ejemplo, para 2014, 22.3% de los jóvenes entre 15 y 29 años no estudiaban ni trabajaban, lo que posiciona al país en el quinto lugar de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).19Reporte “Panorama de la educación 2015” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCD
México tiene un rezago de 70 años para garantizar la universalización de la educación básica y media superior.
Sin embargo, quienes sí han tenido la posibilidad de estudiar se enfrentan una calidad académica de las más bajas del mundo, 102 de 124 países en calidad de educación en nivel primaria, para el grupo de 15 a 24 años la posición para los mexicanos fue la 107.20Reporte Capital Humano 2015, Foro Económico Mundial. En el mismo informe pero del año 2017, México es el último lugar de los países miembros de OCDE con mexicanos de 25 a 64 cursando educación superior; solo uno por ciento de los niños que ingresan a nivel básico llegan concluyen la universidad. 21Informe Panorama de la Educación 2017En ese mismo orden, en el 2013 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) revelaba que México era el penúltimo lugar de una lista de 108 países en índice de lectura. Por si fuera poco, en su Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2016, declaró que México tiene un rezago de 70 años para garantizar la universalización de la educación básica y media superior.
Hasta este punto y con la información expuesta pareciera que estamos siendo demasiado pesimistas, sin embargo los datos solo son el reflejo de una época, de un sistema. La intención es evidenciar que la situación actual de la República no es la mejor. En este tenor, en mi defensa acudo a José Saramago en su expresión No es que sea pesimista, es que el mundo es pésimo.
Por ejemplo, en materia de combate a la pobreza, una política social ineficaz aumentó el número de personas en condición de carencia. En 2014 el número de personas en pobreza aumentó 2 millones (aunque recientemente las cifras oficiales afirman disminuyó, distintos investigadores y CONEVAL desmienten adjudicando el cambio en el resultado a la fórmula de medición). A comienzos del 2017 el precio de la canasta básica aumentaba cerca de 18 por ciento y el Banco de México advertía que algunos productos encarecerían hasta 40 por ciento. La Inflación podemos verla con mayor claridad en la siguiente lista de productos: limón registró un aumento de 71.32 por ciento anual; el aguacate incrementó 50.51 por ciento y gas doméstico se inscribió una variación anual de 23.96 por ciento durante la primera quincena del año.22De conformidad con información de Casa de Bolsa Finamex
En otros Indicadores, el ingreso promedio del hogar mexicano disminuyo 3.5%, mientras que en zonas rurales la baja fue de 6.6% con relación al 2012. El ingreso per cápita de los hogares es de 6,554 dólares frente al 18,907 promedio de la OCDE. Otro dato (de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, INEGI 2014) es que el gasto promedio de los hogares nacionales también decreció un 5.1%.el salario mínimo se mantiene inferior (0.66 veces) al umbral de la pobreza de la OCDE.
Además, en un estudio sobre calidad de vida de 34 países miembros de la OCDE, México queda por debajo del promedio en diferentes materias, en seguridad por ejemplo, ocupa el último lugar de la lista. En ingresos disponibles por hogar, ocupamos posición 33 de 34. En esperanza de vida, tenemos un promedio de 74.2 años frente a 79.5 años promedio de OCDE.
Un tema fundamental para las y los mexicanos, es la corrupción, una de las principales situaciones que más han contribuido al desgaste de confianza en las instituciones y gobierno por parte de la sociedad. Esta problemática constituye además, uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico, político y social de México. Ocupamos la primera posición de todos los Estados Miembros de la OCDE como el país más corrupto, la posición 17 si la comparamos con el G20, el lugar 103 de 175 en una escala global, la quinta posición comparada con el grupo de los BRICS y la 22 contrastando con los países del continente Americano.
Lo anterior parece demostrar que la práctica de la corrupción ha llega a tal nivel que hoy día nos posiciona como un país en la escala global como sumamente corrupto ¿Cuáles son las implicaciones? Conforme al estudio índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional en 2016, en una escala de o a 100, donde la última corresponde a una nota perfecta, México tuvo 30 puntos y se ubicó en la posición 123 de 176 países. En el último Índice Global de Corrupción, el del año 2017, México se ubica en la posición 135 de 180 respecto a los temas de la percepción de la corrupción, registrando una caída respecto al estudio de 2016. Debemos recordar que el estudio México: Anatomía de la Corrupción menciona que las instituciones que la sociedad percibe como más corruptas en México son: partidos políticos (91%), policía (90%), funcionarios públicos (87%), poder legislativo (83%), poder judicial (80%); Además declara que existen costos a nivel político, económico y social. Por ejemplo, se estima que cada año se pierden 480 mil empleos a causa de la piratería, la inversión es 5% menor en los países con mayor corrupción e incluso se calcula que el 14% del ingreso promedio anual de los hogares se destina a pagos extraoficiales. De acuerdo con World Justice Project, México ocupó el lugar 99 de 102 y el último en América Latina en el rubro de orden, seguridad, justicia penal y corrupción. La corrupción alcanza la vida pública de México y ante esto, diagnósticos distintos intentan medir el impacto de la corrupción en la economía nacional. El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado sostiene que la corrupción corresponde al 10% del PIB tan solo en el 2015. Por su parte, el Banco Mundial, el Banco de México y Forbes coinciden en que representó el 9% durante el 2014, en ese mismo sentido el INEGI apunta que representó solo el 2% en 2013. De acuerdo con Transparencia Mexicana, en 2007 el costo para acceder o facilitar trámites y servicios públicos fue de alrededor de 27 mil millones de pesos y en 2010, se destinaron más de 32 mil millones de pesos a las mordidas. En promedio, las familias mexicanas destinan el 14% de sus ingresos en gastos relacionados con actos de corrupción y hasta el 33% entre las familias con salario mínimo.
Ante un escenario y estadísticas tan desalentadoras en distintos aspectos ¿Cómo los y las mexicanas perciben su país en democracia, por ejemplo? México es el último lugar en satisfacción con su democracia de América Latina, solo el 19% de la población está satisfecha con este tema. Hay que destacar que el promedio es 37% lo que quiere decir que estamos muy lejos de esa media. 3 de cada 4 mexicanos desconfían de las elecciones y sobre su congreso, tan solo el 17% se siente representado por este.23Estudio anual de Latinobarómetro sobre opinión pública, en 2015 En este punto, es importante destacar varios aspectos de la historia reciente de México como causas, situaciones que no han sido lo sufrientemente claras para que la sociedad mexicana quede satisfecha con su sistema electoral por ejemplo, acontecimientos poco transparente, dudosos y que aparentemente han vulnerado la confianza en la democracia como los procesos electorales de 1988, 1994, 2006, 2012 y 2017 (Estado de México), politólogos afirman que la democracia mexicana está aún en proceso de consolidación. Otro aspecto también relacionado con el sistema político electoral, es la violencia descarnada que se ha mostrado en los últimos años, solo en el proceso electoral de 2015 hubo 21 políticos asesinados, desde precandidatos, candidatos, coordinadores de campaña funcionarios o ex funcionarios públicos (Proceso). Otro caso es el de Gisela Mota, alcaldesa de Temixco, Morelos quien fue asesinada las primeras horas del 2016 y a menos de 24 de haber tomado protesta. El 6 de octubre de 2017 se asesinó a balazos al alcalde de Paracho, Michoacán. Es decir, la violencia ya no se encuentra solo en sectores de niveles socioeconómicos bajos como podrían afirmar algunas teorías delictivas, sino que ha alcanzado todos los niveles, lo que evidencia el nivel de descomposición y barbarie colectiva por el que atravesamos pues ya no solo se mata a un candidato como en 1994 con el icónico Colosio. La normalización de la violencia es evidente en el desarrollo de las condiciones de nuestra sociedad. De acuerdo con el proceso electoral 2018 fueron asesinados por lo menos diecinueve políticos locales entre alcaldes (electos o en funciones), exalcaldes o precandidatos a presidente municipal.
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En consonancia con lo anterior, la confianza en todos los niveles y aspectos de la vida pública de México está desgastada. Lo lamentable de la desconfianza social es que no sorprende, es común no confiar en ellas y es que hemos tenido casos paradigmáticos en el país y la ciudadanía al final del día acaba por decepcionarse un poco más cuando conoce las pocas o nulas consecuencias legales. Estos acontecimientos debieran servir como ejemplo para reforzar el ya debilitado Estado de Derecho. Tan solo en el sexenio actual ejemplos como Casa Blanca, La Estafa Maestra, Odebrecht, diez gobernadores presos, procesados, prófugos o se sospecha de ellos por malos manejos del erario durante su mandato, entre otros casos. Pero el asunto no es la existencia de la corrupción, sino como se resuelven desde las Instituciones del Estado lo que genera el malestar ciudadano. Sobre la Casa Blanca, por ejemplo, al final la Secretaría de la Función Pública determinó que no se configuraba ningún delito ni por Peña Nieto ni por la Primera Dama. “Se determinó que no existió por parte del licenciado Enrique Peña Nieto responsabilidad” señaló Virgilio Andrade el encargado de llevar la investigación. Las consecuencias en cambio fueron para la periodista Aristegui quien hizo pública la información y acabó despedida. El hecho fue leído en México y el extranjero como censura a la libertad de expresión, de prensa y derecho a la información para la ciudadanía. En el mismo tenor, el presidente Peña Nieto incluso ha llegado a reconocer públicamente y en el marco del tema que tanto desgastó su gobierno, a quienes se sintieron indignados por la exoneración de la SFP:
“Los mexicanos hemos ido perdiendo algo fundamental para crecer como sociedad y como país: la confianza; la confianza en el gobierno federal, en los gobiernos locales, en el congreso Federal y en las Legislaturas de los estados, en el Poder Judicial de la Federación y en el Poder Judicial de las distintas entidades”.
En los últimos 40 años el poder adquisitivo del salario mínimo ha disminuido un 71 por ciento
Por otra parte, la desigualdad ha sido una constate para este país, la riqueza de los 4 millonarios más ricos de México representa el 9% del PIB mexicano, sin embargo más de 50 millones de mexicanos permanece en pobreza, lo que significa un 54,4% de la población. Tan solo en el periodo 2005-2014 la fortuna de los 4 creció a un ritmo del 5% anual. La desigualdad es tal que el 1% de la población posee 43% de toda la riqueza en México. En 2017 el país alcanzó una cifra récord de desigualdad con el 80% de la riqueza en manos del 10%. Incluso en 2017 durante un seminario sobre desigualdad académicos e investigadores del Colegio de México coincidieron en declarar que México es el país de la desigualdad económica y social. El Poder adquisitivo de las y los mexicanos remunerados formales hasta 2016 (21.7 millones) no ganaba más de tres salarios mínimos. Únicamente el 1.7 por ciento de empleados (884 mil personas) tenía un salario de más de 20 mil pesos al mes (más de ocho veces el salario mínimo). En los últimos 40 años el poder adquisitivo del salario mínimo ha disminuido un 71 por ciento, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Al mismo tiempo, la economía nacional es interesante analizar. En 2016 el crecimiento del PIB nacional en 2014 nos ayuda a comprender históricamente porque la economía nacional no avanza, el texto es contundente:
“Las reformas estructurales aprobadas sin tomar en cuenta la opinión sociedad y de los expertos en las diversas áreas, y cuya frase cliché es “mover a México”, no han logrado mover en los hechos ni 1 centímetro a la aletargada economía nacional… La lectura es clara: el modelo económico aplicado en nuestro país desde hace 30 años, es decir, en los últimos 5 sexenios, ha demostrado hasta el cansancio no estar diseñado para generar progreso productivo y mucho menos fomentar el bienestar social… en tanto, los “expertos” economistas egresados de universidades como Harvard o Yale, siguen culpando de nuestra crisis interna a los vaivenes del exterior, sin reparar que es el modelo neoliberal”
En ese mismo orden, la sociedad mexicana ha percibido el duro golpe económico y así lo demuestra en estudio de opinión de Latinobarómetro 2015 donde solo el 13% de mexicanos está satisfecho con la economía, en contraste con el 25% promedio de latinoamericanos. En México solo 1 de cada 10 cree que la situación económica es buena o muy buena. La política económica neoliberal implantada en el sexenio de Miguel de la Madrid profundizó la desigualdad en el país, agravando la situación con privatizaciones. Forbes reportaba al inicio del sexenio de Carlos Salinas a una sola familia mexicana entre las más ricas del mundo, al final del periodo Salinista eran 24 los mexicanos en la lista de millonarios.
Además nuestra Deuda pública hasta el último trimestre de 2016, representaba el 48.5 por ciento del Producto Interno Bruto, una cifra muy cercana a la mitad de la riqueza de todo el país. En 2017 de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el sexenio Enrique Peña Nieto la deuda pública federal se incrementó 69.75%, el mayor incremento desde que se tiene registro, en el año de 1990. De 46% de los ingresos del fue de 2.30%. El artículo de Martin Esparza titulado México y sus 30 años sin crecimiento económico en 2014 nos ayuda a comprender históricamente porque la economía nacional no avanza, el texto es contundente:
“Las reformas estructurales aprobadas sin tomar en cuenta la opinión sociedad y de los expertos en las diversas áreas, y cuya frase cliché es “mover a México”, no han logrado mover en los hechos ni 1 centímetro a la aletargada economía nacional… La lectura es clara: el modelo económico aplicado en nuestro país desde hace 30 años, es decir, en los últimos 5 sexenios, ha demostrado hasta el cansancio no estar diseñado para generar progreso productivo y mucho menos fomentar el bienestar social… en tanto, los “expertos” economistas egresados de universidades como Harvard o Yale, siguen culpando de nuestra crisis interna a los vaivenes del exterior, sin reparar que es el modelo neoliberal”
En ese mismo orden, la sociedad mexicana ha percibido el duro golpe económico y así lo demuestra en estudio de opinión de Latinobarómetro 2015 donde solo el 13% de mexicanos está satisfecho con la economía, en contraste con el 25% promedio de latinoamericanos. En México solo 1 de cada 10 cree que la situación económica es buena o muy buena. La política económica neoliberal implantada en el sexenio de Miguel de la Madrid profundizó la desigualdad en el país, agravando la situación con privatizaciones. Forbes reportaba al inicio del sexenio de Carlos Salinas a una sola familia mexicana entre las más ricas del mundo, al final del periodo Salinista eran 24 los mexicanos en la lista de millonarios.
En México sólo 1 de cada 10 cree que la situación económica es buena o muy buena.
Además nuestra Deuda pública hasta el último trimestre de 2016, representaba el 48.5 por ciento del Producto Interno Bruto, una cifra muy cercana a la mitad de la riqueza de todo el país. En 2017 de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el sexenio Enrique Peña Nieto la deuda pública federal se incrementó 69.75%, el mayor incremento desde que se tiene registro, en el año de 1990. De 46% de los ingresos del país en 2012 a 78% en 2017. En enero 2017 la BBC realizó un análisis sobre las deudas en América Latina colocando a México en la segunda posición como mayor deudor con 53% del PIB En 1995 con Ernesto Zedillo Ponce de León en el año 2000 debíamos 1,330,356.1 billones de pesos, al cierre del 2017 con Enrique Peña Nieto adeudamos 10,088,979.7 billones de pesos. La deuda se incrementó pero la inversión pública disminuyó a los niveles de 1995-1996.
En materia de seguridad, en el Estado de Guerrero apareció un nuevo grupo de autodefensa formado por sociedad civil armada que dicen los pobladores, se organizan para hacer frente a la violencia, los secuestros y las extorsiones del crimen organizado que los asfixia. En la entidad más de la mitad de sus municipios cuenta con grupos de autodefensa y son consecuencia del vacío de poder en la región. Las autodefensas y movimientos sociales a lo largo del país han sido un tema recurrente en los últimos sexenios y quizá la muestra más clara del descontento social en nuestra época. De hecho desde 2006, Parametría ya indicaba en que el 50 por ciento de las personas entrevistadas creían que la gobernabilidad de México estaba en riesgo por los distintos conflictos sociales. En enero de 2017 afirman distintos politólogos que “la crisis de gobernabilidad y el desprestigio de Peña arrastra al país… la incapacidad para gobernar del Presidente Enrique Peña Nieto y su Gabinete han provocado un ambiente de crispación y enojo peligroso en todos los sectores. En ningún otro momento se había visto a un Presidente con los niveles de desaprobación como los del actual Jefe del Ejecutivo Federal (74%)”.
Es claro que el país parece no ir por el rumbo correcto hacía el bienestar de la sociedad. El debilitamiento de nuestro Estado de Derecho es innegable. La crisis es real, no un asunto de la imaginación colectiva. Necesitamos un cambio radical de régimen, de modelo económico, político y social, distinto del que hasta hoy se ha implementado en aras de generar mejores condiciones de vida para las y los mexicanos.
ESTADO DE DERECHO
Como hemos visto la población mexicana padece desequilibrios en gobernabilidad, legitimidad política, Derechos Humanos, impartición de justicia, desigualdad y democracia. Las evaluaciones lo confirman: lugar 92 de 113 países y posición 25 de 30 en Latinoamérica. Tan solo en los últimos tres años de gobierno federal claramente pasamos del mexican moment a mexican crisis. Pero dicha crisis aparentemente se ha venido consolidando desde las últimas tres décadas hasta llegar a un México inestable, una coyuntura nacional donde el Estado de Derecho está debilitado y por tanto es conveniente reflexionar para plantear alternativas.
¿Qué es el Estado de Derecho? Miguel Carbonell Sánchez, Rodrigo Gutiérrez Rivas y Pedro Salazar Ugarte lo intentan explicar en un programa de TV UNAM, ahí Ugarte menciona que de manera general “Es un Estado que se articula a través de normas jurídicas y en el cual esas normas articular el poder y las relaciones con ciudadanos y estos entre sí, se observan, funcionan y son eficaces”.
Por su parte Gutiérrez Rivas señala de manera puntual cuatro aspectos claves que conforman un Estado de Derecho: División de poderes, principio de legalidad, independencia judicial y derechos fundamentales reconocidos y garantizados. Estos elementos constituyen el eje central de la noción de Estado de Derecho. Rivas añade la importancia de abrir la discusión de los Derechos Humanos, El Estado de Derecho y el principio democrático se fortalecen en ese ejercicio ciudadano de los derechos, añade.
En otras palabras, el Estado de Derecho es la organización política que implica un gobierno que protege la vida de su población, donde la ley se aplica sin distinción para todos y se impone justicia para quien la ha violado, donde los derechos humanos son respetados y garantizados, el Estado de Derecho es aquel en el que la separación de poderes sirve para sancionar a quien ha infringido la ley.
¿Hay Estado de Derecho en México?
Ahora bien ¿Hay Estado de Derecho en México? José Mujica, ex presidente de Uruguay ha declarado a la prensa que México parece un Estado fallido. Por su parte, el Presidente de Bolivia, Evo Morales ha dicho que México tiene un modelo fallido. En ese sentido y después de toda la información que hemos expuesto, tal parece que lo que tenemos es uno sumamente débil, y la fragilidad del Estado de Derecho en México es un asunto grave pues amenaza las instituciones públicas y la viabilidad democrática. El Estado de Derecho se define, de acuerdo con las la Organización de las Naciones Unidas como una condición donde los ciudadanos y las instituciones deben cumplir la ley, lo cual evidentemente no sucede en la mayoría de los casos, como ya lo hemos demostrado.
La fragilidad en el Estado de Derecho en México es consecuencia de circunstancias políticas y económicas recientes. Comprender la importancia de tener un Estado de Derecho pleno, real y consolidado en nuestra época es trascendental, pues significaría gozar de una serie de condiciones sociales, políticas y jurídicas de mucha mejor índole y magnitud que el estado actual de las cosas y no en el que cientos de miles de mexicanos y mexicanas padecen cotidianamente a lo largo del territorio nacional. En entender tal idea radica la importancia de la búsqueda por una renovación de Constitución, pues podría tener un alcance para buscar mejorar sustancialmente las condiciones estructurales que definen lo cotidiano partiendo del régimen de gobierno y la estructura del Estado, aunque algunos expertos constitucionalistas podrían considerar la actual coyuntura político, social, judicial y económica como circunstancias o consecuencias metaconstitucionales, vale decir que en el marco de una Refundación del Estado, la Constitución además de ser una pieza simbólica nacional, es el elemento por excelencia para el establecimiento de un nuevo pacto social, por lo que hoy el debate al respecto es indispensable e ineludible.
LA REFUNDACIÓN DEL ESTADO MEXICANO
Dicho lo anterior cabe preguntarse ¿La refundación del Estado Mexicano como alternativa es viable? En el programa de televisión Bitácora Mexicana de Porfirio Muñoz Ledo, durante un programa titulado Refundación de la Republica Diego Valadez,24Programa Bitácora Mexicana, canal 34, Transmisión: 25/agosto/2010
menciona: Hace diez años se podía hablar de reforma de Estado, porque había un Estado que se estaba deteriorando y había que reformar, hoy tenemos que hablar de una refundación del Estado porque ese Estado, sobre todo el Estado secular que caracterizaba al Estado mexicano se perdió. Es decir, hoy a la enfermedad no le son suficientes los remedios caseros, al paciente hay que tratarlo de urgencia o sucumbirá.
Por su parte Jhon Ackerman señaló Hace diez años había una gran esperanza de que a partir de una transición democrática se iba poder encabezar una especie de transición del Estado, no solo democratizar el régimen sino también la forma en que se ejerce el poder público. El académico aquí se refiere a la alternancia política del año 2000 donde la sociedad mexicana a través de Vicente Fox y el PAN lograron vencer pacíficamente desde la democracia a un partido que se había instalado por más de siete décadas en el gobierno (PRI). Esta idea en 2015 la reafirma de manera precisa como autor del libro El mito de la transición democrática; se pensó entonces que México ahora lograría el progreso anhelado, no fue así. Sobre este aspecto, recuerdo a Julio Anguita en el libro Atraco a la Memoria apuntando lucidamente que lo que se necesita es una alternativa no una alternancia al referirse al contexto político de España, sin embargo tales palabras aplican de igual forma en México hoy. Ackerman añade a su intervención que Necesitamos una renovación de la clase política, la juventud ha sufrido una transición fallida. La alternativa considero, es refundar el Estado Mexicano y la oportunidad histórica la ofrece la elección del 1 de julio de 2018.
Otro de los ponentes del tema fue Alberto Montoya, quien puntualizó un aspecto fundamental para entender el ambiente nacional de crisis:
El poder nacional ha sido vaciado por la forma de articulación de la economía política de México en los procesos globales de acumulación, en esta dinámica se cedió el desarrollo de la nación al desarrollo y se puso por encima del interés nacional los intereses de las corporaciones globales… México en los últimos 25 años abdicó de su derecho al desarrollo y lo codifico jurídicamente en el Tratado de
Libre Comercio (1992) acuerdo marco ASPAN (Alianza para la seguridad y prosperidad de América del Norte 2005) y la Iniciativa Mérida (2008), México cedió su autodesarrollo y lo convirtió en un objeto de la acumulación global, esa es la causa histórica de porque no crecemos, porque no generamos empleo.
Es claro que los tres académicos hablan de refundar la Republica como una posibilidad pero sobre todo como una opción viable para la transformación y salvación pues como menciona Porfirio Muñoz Ledo, la vía de una revolución armada no es opción, está cancelada, la violencia no lo es aunque las condiciones para una revuelta social sean propicias. La movilización social pacifica debería servir para asegurar elecciones limpias, acceder al poder y rescatar lo mejor de la constitución reconstruyendo el Estado podría ser la vía posible si canalizamos correctamente el enojo, desesperanza y frustración de una nación al borde del colapso. Muñoz Ledo además, ha escrito La vía Radical para refundar la Republica, un libro en donde con certeza indica nuestro país nunca ha vivido en un genuino Estado de Derecho y básicamente propone una gran reforma de Estado, una transformación profunda de México. El autor del libro, propone en diversos documentos, una nueva Constitución como base para un proyecto nacional de largo plazo.
De igual modo, los defensores de Derechos Humanos Raúl Vera, Alejandro Solalinde, el escritor Javier Sicilia y otros personajes impulsan desde hace algunos años un Congreso Constituyente Popular que genere una nueva Constitución elaborada por la ciudadanía, al margen del poder público legalizado. La propuesta es concebida aludiendo a la soberanía originaria del pueblo establecida en el artículo 39 Constitucional. Dicha propuesta es válida, sin embargo estimo mayor efecto en un llamado a la renovación nacional desde un poder ya constituido que de igual forma considera esa soberanía. Aquí la diferencia sustancial es la vía, pues en las actuales condiciones políticas y sociales del país es más complicado, aunque no imposible hacerlo al margen de la actual constitución en términos del Derecho Constitucional. Por otro lado, creo que una oportunidad podría ser la próxima elección presidencial, mediante la toma y ejerció del Poder Constituido y desde el Poder Legal y Legítimo del presidente electo podría llevarse a cabo la convocatoria abierta a la ciudadanía a un Congreso Constituyente popular tal como en 1916, siendo este, el punto de partida y no el de llegada para la transformación nacional.
Tengo la convicción de que a partir de una renovación colectiva se propiciaría una nueva época para el país. La reconstrucción del México es posible y favorecerá un nuevo momento, prueba de ello son las grandes transformaciones que han existido en la historia nacional a partir de la consolidación de constituciones nacionales: Primer carta magna 1824, la segunda1836 “De las Siete Leyes Constitucionales”, la tercera en 1843 “Bases Orgánicas de la República”, la cuarta constitución “liberal” 1857 y la constitución actual 1917. Pero también las grandes coyunturas que dieron paso a nuevos tiempos para México: Independencia 1810, leyes de reforma 1859, revolución 1910; esta triple celebración republicana sintetiza sin lugar a dudas la lucha heroica del pueblo mexicano y son ellas las que han dado rostro a la cultura del México. En momentos claves de la Historia la esperanza de mejorar el statu quo fue un factor determinante en la sociedad para la consolidación de periodos importantes para el país denominado por algunos en su conjunto como las tres Repúblicas. Es necesario mencionar además, que estos eventos devienen de situaciones de crisis sociales, económicas y políticas, similares a lo que atravesamos hoy, toda proporción guardada.
Es pues, a partir de estas coyunturas que surgieron procesos de transformación colectiva. Bernardo Batiz dialoga sobre el posible surgimiento de una Cuarta República dadas las condiciones sociales actuales. No estoy planteando una solución nueva, de hecho en los años recientes las distintas propuestas para las circunstancias que México padece han ido coincidiendo y reiterando ideas como: la reconstrucción de la confianza ciudadana a partir de la renovación política e institucional del país, la renovación moral, un nuevo pacto social que genere nuevamente orgullo e identidad nacional al mexicano, recuperar la rectoría del Estado, devolver la soberanía al pueblo mexicano, reordenar la administración, etc.
Indiscutiblemente surgirán más propuestas como la aquí estipulada si no se logra un gran conceso social en el corto plazo que propicie actuar en función de la necesidad. Tomar la responsabilidad histórica que nos corresponde deberá ser actitud fundamental frente al proceso social. La conciencia del tema en las y los mexicanos será solo un primer paso para iniciar el cambio de época nacional.
Otro ejemplo destacado es Por México Hoy, un movimiento de la sociedad civil de reciente creación (2015), encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Alejandro Encinas, Félix Hernández Gamundi, Clara Jusidman entre muchas otras personalidades de la vida pública nacional, de manera semejante impulsa un cambio positivo para el país con una nueva Constitución. “Por México hoy es un espacio político para todos aquellos que pugnan por un país de iguales, con justicia, libertad, seguridad y soberanía. Es un espacio de confluencia, abierto, incluyente, plural que tiene el propósito de discutir y proponer cómo debe ser el México de todos y sumar las fuerzas para plasmarlo en un nuevo pacto social”, indica su página web. Si bien una nueva Constitución que detenga la pérdida de soberanía y regrese los derechos perdidos a mexicanos es importante, sostengo que el cambio para el país debe ser mucho más radical, de forma y fondo reconciliando al país entero y deteniendo la involución del Estado de Derecho así como el daño de la perenne impunidad. Para ello, quizá sea oportuno reflexionar las experiencias de países latinoamericanos con procesos constituyentes recientes, los cuales han tenido procesos y alcances interesantes desde distintas perspectivas. Pensar una Refundación de Estado desde el buen ejercicio del poder político pero sobre todo, desde perspectivas epistemológicas del Sur como lo sugiere Boaventura de Sousa Santos en su libro Refundación del Estado en América Latina resulta esperanzador.
Finalmente, las circunstancias que vivimos deben ser tomadas como una oportunidad para imaginar y construir un nuevo México, que refundar el Estado sirva para imaginar un país diverso, plural, decolonial, soberano, donde el poder público se ejerza obedeciendo, la separación de poderes sea efectiva, el Federalismo verdadero, el Estado de Derecho sea una realidad de tal suerte que la legalidad, objetividad, certeza y equidad distingan las instituciones públicas devolviendo a la sociedad mexicana la confianza, seguridad, libertad y justicia, pero sobre todo la garantía de todos sus derechos y libertades. Aceptar que estamos mal pero que hay alternativas de transformación es verdaderamente importante. En este proceso de reingeniería la renovación moral deberá jugar un papel trascendental. México debe encontrar una salida original y adecuada a las circunstancias y necesidades de su población y su tiempo, en esta ardua tarea colectiva de reconstrucción. Esta generación tiene la oportunidad de reivindicar y dejar huella más allá de la credencial de elector.
NUEVA CONSTITUCIÓN
El 5 de febrero de 2018 se conmemoraron 101 años de promulgación de la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la de mayor duración en la historia del país, pero también la que mayores modificaciones ha tenido. El primer cambio que se registró en el texto constitucional fue 4 años después de instituida: 8 de julio de 1921. De entonces a la fecha se han contabilizado 706 reformas. En documentos históricos aparecen los ex presidentes Emilio Portes Gil y Adolfo Ruiz Cortines como los mandatarios que menos alteraciones aportaron en su sexenio, con solo dos cada uno. En cambio los últimos dos presidentes de México han sido quienes más renovaciones aportaron a la Carta Magna: Felipe Calderón Hinojosa con 110 y Enrique Peña Nieto con 154 reformas hasta septiembre de 2017. Como resultado de los cambios efectuados por los Poderes Ejecutivo y Legislativo, la Norma Suprema ha dejado de parecerse a la que originalmente se promulgó, incluso en su extensión pues mientras la Constitución de 1917 tenía 21 mil palabras, en 2018 se contabilizan 67,568 resultando así confusa para la mayoría de la población.
Frente a esta realidad de múltiples mutaciones constitucionales es que diversos académicos, dirigentes políticos y grupos de sociedad civil durante los últimos años han expuesto la necesidad de una nueva Constitución. ¿Necesitamos realmente una nueva Constitución? Las respuestas son opuestas. Jorge Carpizo afirmaba en 2010 que no era necesaria nueva Constitución; sus argumentos principales eran que no existía un problema teórico o académico, sino uno de realidad política y social. Consideraba que no era el momento político adecuado pues se corría el riesgo de obtener más retrocesos que avances democráticos, adicionaba que todavía no se ha dado en el país una ruptura político-social (elemento imprescindible según su postura) que de paso a la imposición de una nueva norma, pues de acuerdo con su lectura aunque han existido crisis económicas y sociales en décadas recientes, en el área política se han logrado avances positivos, lo que permite que continúe vigente la actual Ley.
En ese mismo sentido, Carla Huerta del IIJ UNAM sostiene que no es necesaria una nueva Constitución pues bastaría con que se cumpliera con lo estipulado en la de 1917. Apunta que la falta de eficacia de la norma es por razones extrajurídicas y de orden político. José Ramón Cossío, en la misma tesitura enfatiza que el gran problema no radica en la Constitución que tenemos, sino el no cumplimiento de lo establecido en ella, y esta falta es a razón de prácticas metaconstitucionales, destacando la corrupción como uno de los principales elementos.
Por otro lado, un experto en Derecho Constitucional que considera se requiere una nueva Ley Fundamental es Jaime Cárdenas. Formula diversos argumentos para defender esta postura; entre los principales podemos mencionar los siguientes: la Constitución ya no goza de legitimidad por los múltiples abusos a que ha sido sometida, a sus incontables reformas y a su diseño no-democrático, una nueva Constitución crearía una nueva legitimidad basada en la democracia pluralista de partidos, su articulado no produce certezas, sino genera confusiones y, la nueva economía, la nueva política y las aspiraciones de las nuevas generaciones demandan un contrato social renovado.
En consonancia con Cárdenas, Manuel González Oropeza estipula que las incontables y exageradas reformas que ha tenido la actual Constitución hacen imprescindible una revisión profunda del tema. Es preciso mencionar aquí que una de las principales razones que motivó la convocatoria a un Congreso Constituyente en 1916 fue la gran cantidad de reformas que había modificado la Constitución de 1857, de acuerdo con el Secretario de Gobernación de Venustiano Carranza, Manuel Aguirre Berlanga, además por supuesto del papel estabilizador que jugaría el nuevo pacto social luego de la revolución. Oropeza además añade a la discusión un tema de sumo interés: el excesivo presidencialismo que ha fortalecido al Poder Ejecutivo a consecuencia de las abundantes reformas que implementa cada mandatario en sus administraciones convirtiéndola en su plan de Gobierno.
Ahora bien, más allá de las exposiciones argumentativas a favor y en contra de una nueva Constitución en México que existen, es imperativo encontrar las convergencias que todos los análisis hechos ofrecen sobre el tema, principalmente para generar un dialogo de altura democrática que permita trascender las diferencias en torno al tema. Para ello hemos expuesto el panorama que los diversos estudios plantean sobre las circunstancias que vive el país; aspecto en el que se identifica mayor consenso.
México en la actualidad padece una crisis amplia.
Así por ejemplo, académicos, políticos y sociedad civil reconocen: México en la actualidad padece una crisis amplia. Como ya hemos dicho con anterioridad, diversas evaluaciones ubican al país en los primeros lugares de corrupción e impunidad judicial a escala internacional. Las elevadas cifras en materia de violaciones a Derechos Humanos. Las agresiones a periodistas o la preocupante situación de ineficacia del sistema de impartición de justicia elevan las estadísticas de inseguridad pública a niveles preocupantes para cualquier régimen democrático. Al mismo tiempo los parámetros de violencia no dejan de aumentar a lo largo del territorio nacional, como tampoco los índices de pobreza con la mitad de la población en esta condición aumentando la desigualdad social de manera insultante. Si a todo lo anterior además añadimos la aparición de distintos movimientos populares, sindicales, obreros, estudiantiles y magisteriales emanados de la indignación durante la última década, obtenernos una clara radiografía del ánimo y agitación colectiva que la sociedad mexicana transita. Al final, tal parece que de a poco se va minando la moral pública y enfatizando de forma generalizada el escepticismo en lo público, poniendo en riesgo la gobernabilidad.
Por la importancia, trascendencia y reiterada coincidencia del análisis político, económico y social sobre México debemos colocar en la discusión de las próximas campañas electorales el futuro de las próximas generaciones, los candidatos deben escuchar y acatar lo que la sociedad exige hoy por encima de una agenda de seis años.
Por otro lado, cabe precisar que tal situación de desequilibrio no es nueva en la región, sin embargo algunos países de América Latina han reaccionado distinto ante momentos de crisis similares. Mientras que en México por circunstancias aparentemente de escaso dialogo democrático entre la pluralidad política y apertura de quienes gobiernan parece no vislumbrarse aún posibles respuestas desde los Poderes de la Unión que atiendan y reparen, o por lo menos se comience a plantear medidas encaminadas a solucionar verdaderamente las condiciones actuales del debilitamiento Estatal y de Derecho. En cambio, en países de la región que como hemos dicho pasaron por situaciones semejantes de crisis que debilitaron su Estado, coyunturas como la que hoy atravesamos las y los mexicanos, implementaron como respuesta Congresos Constituyentes que les permitieron reorganizar su país y proporcionar mayor estabilidad general a partir de la generación de una nueva Constitución desde las particularidades y necesidades de cada uno de estos.
En el caso de Jorge Carpizo en su ensayo ¿Se necesita una nueva Constitución en México? Algunas reflexiones y seis propuestas, cuestiona las causas que motivaron a distintos países en el mundo, hoy estables política, económica y socialmente, a cambiar sus Constituciones durante el siglo XX y da algunas razones: luego de independizarse, por golpes de Estado, cambiaron de autocracia a democracia, entre otras. Pero particularmente rescato la siguiente: “por el peligro de caer en ingobernabilidad, ya sea porque la ingeniería constitucional se encuentra muy deteriorada y las instituciones desgastadas, y la propia marcha normal de los procesos políticos se realiza con enorme dificultad, como Colombia en 1991”. Consecuentemente vale preguntarse ¿México cuenta en 2018 con características similares a Colombia? Luego de lo que hemos apuntado y considerando las particularidades de cada país, tal parece que la afirmación es innegable y por tanto resultaría imprescindible tener una nueva organización colectiva que repare la ruptura política y social, es decir, hay condiciones para que el cambio de Constitución, en palabras de Carpizo se imponga. Por eso analizar las experiencias de naciones que implementaron el desarrollo de una nueva Constitución resulta ineludible para los esfuerzos que hoy diversos grupos de sociedad civil en México impulsan con el objetivo de una nueva Ley Fundamental.
En definitiva, estimo que no sería suficiente solo la obtención de un nuevo texto normativo de regulación u organización fundamental del país, sino que podría y debería ser también un elemento de reingeniería institucional pública y política, una pieza simbólica nacional de reunificación colectiva (como lo fue en las previas Constituciones) que consiga fortalecer el Estado de Derecho incluyendo e implementando desde luego las necesidades y exigencias actuales de la sociedad mexicana como conditio sine qua non, para que termine siendo la Carta Magna un acuerdo social amplio en consonancia con la población de esta época y sus necesidades; para ello solo el Poder Constituyente del pueblo, mediante referéndum daría la aprobación y el factor de legitimidad que un Poder Constituido no podría. Tendríamos entonces, como ya lo hemos dicho, una nueva Constitución como principio de restauración y no como fin.
Las naciones que han desarrollado congresos constituyentes en América Latina podrían ser ejemplo, sin embargo es justo decir que no hay fórmulas universales que otorguen éxitos y modelos de Republicas ideales. El estudio de la experiencia internacional proporciona conocimiento útil para la toma de decisiones en procesos locales.
Finalmente con el objetivo de abonar al debate, añadimos opiniones, saberes y percepciones de la Constitución Mexicana de los ciudadanos.
En primer lugar, es interesante observar como a la mayoría de los entrevistados (40%) no puede relacionar directamente el origen de la Constitución vigente con la Revolución Mexicana, lo es todavía más que la cuarta parte (25.1%) no supiera responder a la pregunta. Podemos inferir que hay una lamentable ignorancia o desconocimiento al respecto de 76%.
Luego, en la pregunta “Para usted, ¿Cuál fue la aportación de la Constitución de 1917 al constitucionalismo mundial?” 62% de los entrevistados no sabe o no contestó. Solo el 2.6% señala la respuesta correcta como puede verse en el siguiente gráfico. Esta cuestión al igual que la anterior, da cuenta del desconocimiento generalizado del documento constitucional.
En el posterior planteamiento, el abrumante e interesante 60% de los electores estima que su Constitución “Ya no responde a las necesidades del país” y en comparación con evaluaciones de años anteriores, podemos identificar una clara tendencia hacía esta postura y quizá un reflejo de cómo la población en la época presente no tiene claridad en la Constitución como elemento de solución a los problemas actuales, incluso podríamos suponer que por tanto no la concibe como útil para su vida cotidiana.
A la pregunta sobre optar por una nueva Constitución, modificar la que tenemos o dejarla como está: prácticamente no varía la opinión al paso de los años sobre hacer una nueva, pero si encontramos tendencia a modificar parcialmente la actual. En suma 64.6 % de los encuestados en 2016 se ven inclinados por modificar, lo que resulta significativo en términos de satisfacción con la vigente norma. En 2011 el total era de 68.7%.
Frente a este descontento se preguntó luego si se debería convocar a un Congreso Constituyente para generar una Nueva Ley Suprema y en la gráfica que vemos a continuación se puede ver que una mayoría (quienes respondieron “si” y “si en parte”) suman en 2016 50.8%, mientras que en 2011 se respondía un 71.8% en el mismo sentido. La diferencia sustancial podría deberse en este lapso, al aumento en 2016 de las personas que contestaron “no saber” (19.4%, 9 puntos más que en 2011), quizá el elemento de desconfianza de las personas en la pluralidad política nacional haga dudar sobre pronunciarse con claridad en favor de un proceso tan importante.
Por último, analizamos la percepción ciudadana sobre el cumplimiento de la Carta Magna y encontramos un alarmante porcentaje de 84% en 2016 entre las respuestas “poco” y “nada”, que en 2003 sumaba 87.4%, estos datos prácticamente no han variado durante un poco más de la década, la percepción negativa sobre el cumplimiento es lamentablemente vigente.
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La Universidad Nacional Autónoma de México cuenta con 110 murales dentro del campus de Ciudad Universitaria, espacio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Cada una de estas obras describe un momento de historia y cultura de nuestro país, pero también retratan la forma de ver el mundo de cada uno de los artistas, entre los personajes destacan tres grandes: David Alfaro Siqueiros, Juan O’ Gorman y Diego Rivera.
De Siqueiros sobresale su obra Las fechas en la historia de México, una escultopintura catalogada por La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura como Patrimonio Mundial. En este mural se observan brazos entrelazados en segundo plano que representan el esfuerzo a lo largo de la historia por tener acceso a la cultura, y una tercera mano está apuntando a un libro abierto en el que están escritas las fechas más importantes en la historia de México.
Para Siqueiros La invasión española en 1520, la Independencia en 1810, las Leyes de Reforma en 1857 y la Revolución Mexicana en 1910, resultaban ser las fechas más relevantes en la historia nacional. Pero Siqueiros dejó en su obra un número inacabado, con signos de interrogación como sabiendo que en algún momento el pueblo mexicano inscribiría otra gran fecha en su historia. David simboliza con sutileza en lo que hoy es uno de los íconos universitarios, expectativas revolucionarias en el futuro.
¿Será este el año del comienzo de una nueva etapa para la República, del comienzo de reconciliación y renovación nacional, del inicio de la Refundación del Estado Mexicano, de otra gran fecha para nuestro país? Existe evidentemente una oportunidad para que lo sea, pero solo será si quienes tienen la capacidad de convocar millones de mexicanas y mexicanos y aspiran a gobernarles, tienen la también la capacidad de escuchar sin temor su soberana voz para obedecerle emprendiendo la restauración. Si no, yo como Siqueiros: sé que se dará, tarde o temprano, pero sucederá. Al final, parafraseando a Manuel Clouthier, México va a cambiar, con ellos, sin ellos o a pesar de ellos. Salvador Allende a las 8:45 el 11 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile dijo de manera similar antes de ser asesinado: El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse.
El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable.
Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.
Victor Hugo 1802-1885
Referencias
↑1 | Dussel, Enrique, 20 Tesis de Política, Ed., Siglo XXI en coedición con el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe, México, 2006, pp. 34-39 |
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↑2 | Discurso pronunciado como participante de la cátedra Julio Cortázar, en la Feria del Libro de Guadalajara, 2009. El escritor Carlos Fuentes señaló la necesidad de Refundar a México. |
↑3 | Palabras dichas por José Narro Robles durante exposición en el Senado de la Republica, 2009. |
↑4 | Palabras pronunciadas por Enrique Peña Nieto, Presidente de México, en marzo 2017 durante encuentro con Fuerzas Armadas y sus familias en Campo Marte, donde descartó que México viva una crisis interna. |
↑5 | Erika Guevara Rosas es una abogada de derechos humanos y reconocida activista, se desempeña actualmente como Directora para las Américas de Amnistía Internacional, donde dirige el trabajo de derechos humanos de la organización en el continente. |
↑6 | Declaraciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Zeid Raad Al Hussein, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos durante su visita a México en octubre 2015. |
↑7 | Información de Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Secretaría de Gobernación y Sistema Nacional de Seguridad Pública. |
↑8 | Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal |
↑9 | Índice Global de Impunidad realizado por la Universidad de las Américas Puebla y el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla. |
↑10 | Comisión Nacional de Derechos Humanos |
↑11 | Informe de Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos durante su visita a México en 2015. |
↑12 | Índice de impunidad México 2016 |
↑13 | Estudio “México: Anatomía de la Corrupción |
↑14 | Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2014. |
↑15 | Ombudsman Nacional presenta su Informe 2016 ante la Comisión Permanente; evidencia desigualdades y falta de respuesta de autoridades: Boletín N°2959, Comunicación Social LXIII Legislatura Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. |
↑16 | Informe anual de Reporteros Sin Fronteras |
↑17 | Informe de organización Artículo 19, 2014 |
↑18 | Datos de INEGI |
↑19 | Reporte “Panorama de la educación 2015” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCD |
↑20 | Reporte Capital Humano 2015, Foro Económico Mundial. |
↑21 | Informe Panorama de la Educación 2017 |
↑22 | De conformidad con información de Casa de Bolsa Finamex |
↑23 | Estudio anual de Latinobarómetro sobre opinión pública, en 2015 |
↑24 | Programa Bitácora Mexicana, canal 34, Transmisión: 25/agosto/2010 |