Guillermo del Toro es una obra de arte
Hace unas semanas descubrí lo fascinante que es Guillermo del Toro, lejos de sus películas y más centrado en sus ideas o en su persona, en su forma de ser, me movió como me conmueven muchos actos humanos y cotidianos.
En primer lugar, me conmovió un perfil que le hizo la Revista Gatopardo, donde soltó dos frases que lo definen y que asoman la obra de arte que es su esencia:
“Siento que en la contabilidad de uno hay deber y haber. Si nada más te concentras en un lado, las cuentas no te salen. Tienes que tener una deuda, reconocerla y pagarla.”
“Si yo digo ‘creo en el amor’, dicen ‘¡qué gordo más cursi!’. La verdad es que el amor es la única fuerza cósmica en la que han estado de acuerdo los Beatles, Buda, Jesús y Rigo Tovar, entonces creo que vale la pena.”
Incluso, esas dos citas las utilicé para escribirle un texto a Elisa.
Además, por esos días, en los que me encontré su perfil, me enteré de su labor altruista, su buen corazón y su naturalidad por ser un “buen tipo”. Un hombre que no deja a nadie sin firmarle un autógrafo o al que le piden un RT para obtener ayuda económica y responde pagando toda la cuenta. Del Toro es una obra de arte.
Después de haberme encontrado con él de esa manera tan íntima, pasó lo de “Porque soy Mexicano”, nunca deseé tanto una conversación con él, pienso que sería fabuloso conversar con una obra de arte viviente.
El día de mi cumpleaños, gracias a mi hermano Paco, llegó a mis manos un fabuloso libro: “Guillermo del Toro, gabinete de curiosidades. Mis cuadernos, colecciones y otras obsesiones” Un libro autobiográfico de Del Toro, con un prólogo de James Cameron, uno de sus mejores amigos en el cine, un texto de Cuarón, fotos de sus cuadernos, de su casa, una entrevista larga sobre todo y sobre Del Toro y un epílogo de Tom Cruise.
El libro es fabuloso, lo que evidencia es la esencia de Del Toro, que se convirtió en mi persona favorita famosa. Del Toro es una obra de arte, él mismo describe ese concepto de persona como obra de arte:
“Obviamente la Mona Lisa es una obra maestra. El hombre de Vitruvio, La última Cena, dos obras maestras. Todos coincidimos en eso. Pero Leonardo, el hombre, el anatomista, el diseñador, el arquitecto, el científico, es la verdadera obra maestra. Él es su mayor creación. Así que vive bien. Ten curiosidad y hambre y asómbrate siempre ante el mundo”
Del Toro es una obra de arte, su persona, su personaje, el artista, el cineasta, el esposo y el papá son su mejor película.
Diego Petersen, periodista de Jalisco, estudió con Guillermo del Toro y narra el origen del monstruo del Toro:
“Guillermo del Toro es un monstruo en toda la extensión de la palabra: es enorme, es único, es diferente… A los 16 o 17 años Guillermo no solo hacía sus primeros ejercicios cinematográficos, también escribía cuentos, hacía cómics y nos daba clases, a sus propios compañeros, de animación, moldeando seres con plastilina e imitaba en los salones la actuación y los ruidos emitidos por Ron Perlman en La conquista de fuego”, escribió el periodista en su columna en El Informador.
Guillermo fue un hijo de un padre que se sacó la lotería y llenó su biblioteca con enciclopedias, dos en particular llamaron la atención de Del Toro, la de anatomía y la del Arte, así creció construyendo monstruos, observando el arte y enredándolo con diagramas anatómicos; confiesa que también eran sus dos favoritas por las mujeres desnudas.
Del Toro es reconocido por todos los fans del cómic y la ciencia ficción por Hellboy o Pacific Rim, pero su obra más grande es él, quien lo reduzca a un simple productor de cine está equivocado sobre él, afirma James Cameron.
“Los cuadernos de Del Toro se han comparado con los de Da Vinci y con razón. Ambos son representaciones de un proceso creativo de un genio único de su época”
Cameron desmenuza a Del Toro y lo describe como merece ser descrito, como el artista de la realidad, el hombre, que es capaz de enfrentar a sus demonios y hacerlos película, de evidenciar a los demonios de todos y mostrar empatía, por eso todas sus películas son vistas con nostalgia, nos recuerda a algo, a alguien, a nosotros mismos:
Después vi la Forma del Agua y me enamoré de su visión del amor, la película la traduzco como una película sobre el amor, sobre las formas del amor, sobre lo invencible que resulta el amor, una película muy cursi, como podría definirla Del Toro. Pero el personaje que me fascinó fue el villano, porque ese nos encarna a todos, un villano que comete un error y que pregunta si por haber cometido un error iba a dejar de ser leal y bueno, a lo que su superior le contesta que sí. La película se convierte en una narrativa de los matices que debemos de vivir en nuestra vida cotidiana, se convierte en un reflejo de nosotros y de nuestros monstruos,o los monstruos que Del Toro quiere revelarnos.
El arte y el artista tienen esa relación tan cercana, porque son ellos mismos para siempre unidos. Esto lo escribo antes de la entrega de los Óscares, Del Toro puede o no ganar una estatuilla, pero seguirá siendo una obra de arte, él mismo, su mejor obra de arte.