El cáncer de mama contado a través de las fisuras, en la obra ‘Las despedidas’

Por Alejandro Velázquez*

Con el apoyo de La Fundación del Cáncer de Mama A.C. (Fucam), El pañuelo encantado A.C. trae la obra de teatro Las despedidas, escrita y actuada por Lucía Gómez-Robledo, quien presenta a Ana, una mujer de treinta y dos años, insatisfecha en una vida monótona, sin preocupaciones, aspiraciones, pretensiones o metas, pero al menos con gatos… Un día le diagnostican cáncer de mama, por lo cual Ana empieza a tener pequeñas fisuras en su vida social y sentimental. Si bien la fractura emocional es el tema central de la obra, hay una envoltura plástica que envuelve a la protagonista y que merece un análisis, porque este impermeable invisible aparenta ser, además del cáncer, su antagonista principal y el eje de sus problemas emocionales.

Este cobertor compuesto por capas tiene como primer eslabón la inhibición, y se encuentra alojada esporádicamente en la trama durante las narraciones en primera persona, donde revelan los pensamientos de Ana. También, por el diálogo con la mejor amiga de la protagonista, donde el espectador se da cuenta que la mujer con cáncer de mama guarda su enojo, a veces expresado en parlamentos y proyectado en el tren de pensamiento de Ana.

La segunda cobija está manufacturada por los personajes secundarios, que tienen problemas con Ana. ¿No son estos conflictos banales comparados con el cáncer de mama? Más insignificantes resultan si siempre hay otro personaje que remplaza o arregla la descompostura emocional fácilmente. Este rasgo es mejor revelado en cómo la protagonista aparenta darse cuenta de que no está sola, lo cual es una obviedad para el espectador que ha notado el poder para tratar mal a las personas sin recibir una respuesta crítica.

La tercera gema del infinito que le da el poder de vivir en una invulnerabilidad es la incapacidad para decidir y llevar acciones contundentes que la pongan en riesgo. Bajo la protección de una madre que decide todo por ella, Ana solamente en una ocasión sacude a sus padres porque le apetece irse de peda a San Miguel.

Por último, la invulnerabilidad de Ana es caracterizada por su incapacidad de expresar una variedad de emociones, pues su inerte carácter contrasta con el de su mejor amiga, actuada muy bien por Amaya Blas, quien aviva la fiesta llegando a un punto en el que lo bacanal se transforma en aflicción y tristeza. De hecho, durante el Chichifest, gestionado por esta muy entretenida mejor amiga, hay un espejo donde la protagonista se encuentra frente a su contraparte; no es de extrañar que los mejores momentos sucedan durante estas escenas, siendo los más balanceados con un personaje envuelto en una coraza y otro que no lo está.

Aunque usted no lo espera, los problemas emocionales ante el cáncer de Ana tienen relación con el filme y la adaptación al teatro Mi cena con André, sobre todo en el discurso de André Gregory, quien retoma la anécdota de cómo su maestro Jerzy Grotowski abandonó la dirección escénica teatral convencional porque le empezó a ser obscena: la gente se acostumbró a disfrutar viéndose en su cotidianidad. Gregory buscó romper con la abulia y aceptar la vulnerabilidad ante la muerte, lo que le llevó a viajar a otros países y experimentar todo tipo de rituales. En Las despedidas el cáncer de mama en Ana es una puerta entreabierta hacia la muerte, en la vulnerabilidad de la que hablaba Gregory, no obstante, el personaje es un impermeable tan resistente que apenas se abre a medias.

Datos generales:

(Los siguientes datos son rescatados del programa de mano durante la temporada del 16 de enero al 27 de febrero del 2018)

AUTOR: Lucía Gómez Robledo.

DIRECCIÓN: Bárbara Riquelme.

ELENCO: Lucía Gómez Robledo, Amaya Blas y Sebastián Torres.

TEATRO: Sala CCB del Centro Cultural del Bosque.

CUÁNDO: martes a las 20:00 h.

COSTO: $ 80.

*Alejandro Velázquez es, antes que nada, espontáneo, criticón y malo para escoger su calzado. Luego, escribe crítica teatral en un proyecto llamado Licras desde que se tituló de la Maestría en Artes Escénicas de la Universidad Veracruzana, donde investigó la variante escénica llamada la impro en la Ciudad de México; antes colaboró para medios digitales como Entretenia, Teatro Mexicano y Ciudad de Frente, mientras trabajaba como profesor de teatro a nivel secundaria; antes estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, donde decidió dedicarse al teatro.

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