‘El sello de la libélula’, una novela para sumergirte al mundo onírico del Japón
Kyra Galván presentará su novela 'El sello de la libélula' el jueves 1º de febrero a las 19 h en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia
En El sello de la libélula dos historias confluyen y se entrelazan creando un universo narrativo y poético en el que la escritora mexicana Kyra Galván traslada al lector al Japón de los siglos XVII y XX. El jueves 1º de febrero a las 19 h, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, la poeta y narradora conversará sobre su tercera novela con Víctor Kerber y Ethel Krauze.
Este libro está basado en la experiencia de Kyra Galván durante su estancia en Japón en la década de los ochenta y en un hecho histórico que ocurrió en 1609, cuando un barco que iba de Filipinas a la Nueva España naufragó en las costas niponas. Entrevistada por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, la novelista señaló que en El sello de la libélula recoge esta anécdota histórica, relatada por don Rodrigo de Vivero, que dio inicio a las relaciones comerciales entre la Nueva España y Japón.
“La experiencia de vivir en Japón me marcó de por vida, ya que fue demasiado intensa en todos sentidos. Desde entonces quise escribir algo sobre el recuento de mis aventuras y las de otros extranjeros en ese país y, a la vez, sobre la anécdota del naufragio que poca gente conoce pero que une los destinos de nuestros dos países desde hace siglos. De la misma manera quise unir los destinos de dos de las protagonistas a través del tiempo en mi novela”, comentó.
En las historias de Álvaro de las Casas y Érica, la autora describe las distintas formas en que se da el choque cultural para un extranjero en tierras del sol naciente. “Cuando llegas a Japón te das cuenta de que existen muchas diferencias culturales que no solo te hacen sentir diferente, sino que las vives en la piel día a día, empezando por un lenguaje que se escribe con caracteres muy diferentes. No utilizan caracteres romanizados, sino que usan tres alfabetos distintos: caracteres ideográficos chinos, el katakana y el hiragana, mezclados. Te vuelves analfabeta de un día para otro”, expresó la escritora.
“Las personas son educadas, pero tienen otra concepción del mundo y de la vida. No tienen un concepto del pecado como el occidental judeocristiano, entonces, en cierto modo, su conducta es amoral para nosotros. Las señas corporales son diferentes, las puertas se abren al revés, las manijas de los escusados están del lado contrario, los frascos se abren para el otro lado, todo en un momento dado parece extraño para el extranjero, pero a la vez fascinante”, agregó.
El sello de la libélula es la tercera novela de Kyra Galván, le preceden Los indecibles pecados de Sor Juana (2010) y Corazón de plata (2014). Además, es autora de los libros de poemas Un pequeño moretón en la piel de nadie (1982), Alabanza escribo (1989), Artificio del duelo (2013) y Poesía es jeroglífico (2013).
En El sello de la libélula, la autora narra cómo se da la reconstrucción de la identidad de sus personajes, cuando en tierras lejanas se ven despojados incluso del lenguaje. Su experiencia significó un reto desafiante porque tuvo que redefinir su concepción del mundo y de la vida: “Me hizo abrir mi mentalidad de una manera que nunca hubiera imaginado. Me abrió fronteras y caminos insospechados, era una experiencia que tenía que tratar de comunicar y la novela tardó décadas en encontrar una salida”.
La escritora compartió que tuvo que madurar, abrirse paso en el inconsciente. “Después de una lectura de la novela de Joyce, Finnegans Wake, fue cuando encontré la forma y el lenguaje para contarlo. La historia y las anécdotas estaban ahí, pero tenía que encontrar un hilo y una forma para contarlo”, declaró.
“Como lectora recomendaría este libro porque habla sobre la historia de nuestro país y sobre otras culturas; sobre experiencias humanas sin importar el tiempo en que transcurren y anécdotas que pueden resultar interesantes o divertidas para cualquier lector. Habla sobre el amor, desencuentros y descubrimientos”, concluyó.