Pura López Colomé, una escritora en el abismo de la poesía
“La poesía es importante porque es el único medio expresivo en el que realmente se puede decir la verdad", señaló la poeta Pura López Colomé, quien se acercó al mundo de la poesía a través de la traducción.
La poeta, traductora y ensayista Pura López Colomé, (Ciudad de México, 6 de noviembre de 1952), prepara un libro de poemas inspirado en los sentidos. “Comienza con el oído un sonido que me llevó a ciertas cosas, un sonido real, en alguno de los casos, un sonido imaginario, un sonido buscado y encontrado”, expresó la escritora.
Se trata de un libro que espera terminar de escribir y publicar el próximo año y del que no adelanta ningún otro dato “porque se sala”. Más allá de mencionar que el tema central para cada parte de la creación son el tacto, el gusto, la vista, el oído y el olfato.
La poeta —Premio Nacional de Traducción de Poesía, Premio Nacional Alfonso Reyes, Premio de Literatura Xavier Villaurrutia— quien desde hace varias décadas radica en Cuernavaca, Morelos, también espera ver salir de imprenta en el 2018 su libro de ensayos Imperfecta semejanza II, continuación del tomo uno que lleva el mismo nombre, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México y el cual es una meditación en torno a la traducción poética.
Respecto de esta obra refiere que “son solamente mujeres. Es la única vez en mi vida que he enfilado mis baterías hacia una solidaridad de gremio, pero absolutamente espontánea, no que yo la haya buscado, el primer libro son cinco autoras, cuyos poemas traduzco varias veces y trato de extraer de ese quehacer ciertas maneras de aproximarse a la traducción poética y eso es lo mismo en el segundo volumen con otras cinco autoras”. Son poetas que Pura López ha seguido y con cuya obra, comenta, “resuena”.
En el primer volumen, la autora incluyó a Emily Dickinson, Marianne Moore, Elizabeth Bishop, Fanny Howe e Hilda Doolittle, mientras que en el libro por publicar, aparecen Louise Glück, Dionne Brand, Susan Howe, C.D. Wright y Lucie Brock-Broido. “Traducir poesía es crear un nuevo poema, es una labor maravillosa de la que yo no voy a salir nunca en mi vida, espero que siempre está presente conmigo porque la propia poesía es elusiva, a veces está, a veces no”, expresó.
“Cuando uno está traduciendo a autores con los que ya está comprometido —agrega— siempre hay un poema que a uno le interesa y que tiene la pulsión de verlo en la propia lengua. Es una labor entrañable, muy criticada porque se le llama traidor al traductor, porque hay una parte que realmente es intraducible, que es la música de la lengua que lo produjo; entonces la música del inglés obviamente no es la misma música del español y eso es esencial para el poema”.
Pura López Colomé ha traducido a muchos autores como el Nobel de Literatura Seamus Heaney, de quien hizo la Obra reunida. También ha traducido a Samuel Beckett, T.S. Elliot, Robert Hass, William Carlos Williams y Breyten Breytenbach, entre otros.
A la espera de estas nuevas producciones, el libro de poemas y el de ensayo, la autora de Santo y seña, habla de su más reciente obra, Vía corporis, editado por el Fondo de Cultura Económica en el 2016. Señala la importancia de la arquitectura en la poesía: “Mi construcción, desde un principio ha oscilado el tempo lírico decidido y el poema en prosa; casi desde que comencé a escribir, sentí que yo tenía una tendencia a oscilar entre esos dos”.
“El libro más reciente es un intento decidido para lograr eso, es un libro doloroso en su construcción, hay una parte que es como un edificio hecho para derrumbarse, se le está cayendo a uno encima porque el tema es el dolor, el dolor que cualquiera ha experimentado; mientras que el otro lado, el tempo lírico, es un templo que logra elevar, salvar ese otro edificio a punto de caer”. Vía corporis es un diálogo entre la poesía y la obra plástica del artista Guillermo Arreola, quien realizó 34 óleos en radiografías viejas para este libro.
Pura López Colomé recuerda cómo se acercó al mundo de la palabra. “Es algo que tiene raíz en la infancia, haber descubierto por un lado el misterio encerrado en la palabra, el misterio de significados múltiples de pronto y eso que no había una intención deliberada de poesía, que en el fondo eso es lo que caracteriza a la poesía”.
Siendo muy pequeña, de la mano de su madre, haciendo pregunta tras pregunta, descubre ese mundo, “y yo la iba oyendo a ella responder y pronunciar las cosas de una manera muy extraña, las pronunciaba en ese momento de una manera y en la mañana de otra y para mí tenían significados distintos y sí, los tenían, porque en el fondo lo que yo preguntaba era la intención con la cual se dirigía la palabra”.
Un momento decisivo para Pura López fue durante su estancia en un internado en Estados Unidos, cuando la maestra de literatura le dio a leer un poema de Emily Dickinson, “yo vi que eran dos estrofas chiquititas, cuando empecé a leer aquello, leer es un decir, no entendía nada pero nada en serio, algunas preposiciones pero eran simples nexos. Lo traduje, lo mal traduje, y de ahí brinqué al mundo de la poesía, del que no he vuelto a salir y vi que la traducción es una creación en realidad. Muchos años después, me encontré ese poema labrado, cincelado en el muro de la entrada del estudio de un pintor en Irlanda, pero da igual por qué caminos yo llegué a eso, y a partir de ese momento sí traduje ese poema ya con la intención poética y no simplemente de comprensión de niña”.
Para esta autora, la poesía tiene la capacidad de transformar la manera en que las personas ven el mundo: “La poesía es importante porque es el único medio expresivo en el que realmente se puede decir la verdad. La poesía no es ficción, es verdad y es una cantidad de verdad tremenda, es una verdad profunda dividida en miles de pedacitos de la que nos toca un pedacito a cada quien”.
“Yo veo a la poesía como una fuente, como un manantial y digamos que a la prosa la veo como un río, es unívoca la prosa, llega a un punto y por más complicaciones psicológicas que puedan tener los personajes, hay un final al que se dirigen; de la poesía uno nunca sale porque regresa y es una especie de círculo vicioso-virtuoso, para adelante y para atrás en el que vive la verdad paradójicamente. Toda poesía es una traducción en el fondo, hay una visión que se desencadena, hay un dictado de otro orden que nos es concebido expresar en el mundo de la palabra”, finalizó.
*Con información de NDT